En 2009 y tras una odisea hasta Madrid, Dinero, formado por Sean, Rubén y Ekain, nos enamoraron con su debut homónimo, lleno de frescura y garra, haciéndose hueco en el indie nacional más orientado al rock. Y es que Dinero traían un estilo que parecía no acomodarse a estas tierras, un rock de raíces anglosajonas cultivado en español. Tras un segundo disco igualmente notable, Año Perro, nos traen DNR, su ya tercer largo en el que su sonido sigue creciendo y destilando personalidad. Hemos tenido la oportunidad de hablar con Ekain, su batería, y esto es lo que nos ha contado.
-El nombre de vuestro nuevo álbum se llama DNR, que viene de Dinero, ¿a qué se debe ese nombre? ¿Alude a una especie de nuevo comienzo?
Un poco sí, se refiere a un nuevo comienzo, y por lo menos a nivel interno nuestro sentimos como que hemos roto un poco con lo que veníamos haciendo. Hemos dado rienda suelta a nuestro sonido, no más primitivo pero sí al de nuestras raíces musicales o al de la música que más nos influenció en esa época tan importante en la vida de uno que es la adolescencia. Y sí, viene un poco de ahí, hace un tiempo que venimos usando el DNR, Sean lo puso en su amplificador y no sé, nos gustó. Era como un RNR (Rock'n'Roll) pero adaptado a las consonantes de Dinero.
-Se nota que en este álbum el sonido se ha vuelto más duro pero a la vez más natural, de forma que da más la sensación de que te envuelve como si estuvieses en un concierto, que de hecho es lo que queríais, ¿verdad? ¿Cómo habéis llegado a ese sonido?
Claro. Hombre, estamos muchísimo más cómodos tocando este disco que los dos primeros, nos sentimos más nosotros, es como más natural para nosotros tocar de esta manera que la de Año Perro. No sabemos por qué pero así es. Y sí, hemos querido buscar un poco esa energía en los directos y plasmarla en el disco, por eso lo hemos grabado juntos en vivo, los tres tocando las canciones de principio a fin sin parar y sin ningún tipo de Photoshop o arreglo de después. Hemos buscado eso, hay mucha gente que nos decía que no sonábamos igual en directo que en disco, que a ver cuándo íbamos a hacer que los discos sonaran tan potentes como los directos y bueno, esta vez hemos ido a por ello y creemos que lo hemos conseguido.
-¿Hasta qué punto ha tenido que ver la producción en él, ha habido algún cambio en ella o algo?
Pues sobre todo ha sido el proceso de grabación. El cambio ha sido la manera de grabarlo, los dos primeros discos los grabamos por separado y este, como decía, en directo, los tres tocando las canciones juntos. Digamos que el clima que se genera tocando los tres juntos en una sala es lo que ha hecho el mayor cambio en este disco.
-¿Os habéis inspirado especialmente en el sonido de algunos grupos o discos a la hora de dar el paso desde Año Perro hasta este álbum?
Bueno, no hay grupos en concreto que nos hayan inspirado para este disco. No es que hayan salido cuatro discos que de repente hayamos dicho “pues esto nos mola y tal y vamos a ir por aquí”, no ha habido nada de eso. Yo creo que es más bien que nos hemos olvidado un poco del qué dirán o de lo que se esperan de nosotros. Nos hemos olvidado un poco del rollo bailable que teníamos ahí como incrustado, como si tuviésemos la obligación de conservarlo y nada que ver, no nos apetecía hacer nada bailable y por ello nos hemos liberado un poco. Hemos dado rienda suelta a lo que nos apetecía y claro, nos han salido unas canciones más fuertes, más duras. También nos apetecía, después de venir de Año Perro, dar caña y hacer un disco que pudiésemos tocar entero en conciertos y eso ha sido. Ha sido más la intención que fijarnos en los grupos que salen ahora o en los discos y tal, pues tiene más que ver con los grupos que nos han gustado de toda la vida y la música que nos ha gustado siempre.
-También en las letras se os nota más endurecidos y directos, como por ejemplo en Purasangres o Sobran las palabras, ¿a qué se debe esta transición?
Sí, las letras obviamente siempre han estado influidas por el entorno en el que hemos vivido o el momento que estamos viviendo. Si te fijas en las letras del primer disco eran muy de fiesta y de recién llegados a la ciudad, las letras de Año Perro son un poco más difusas o un poco de una época de cambio en la que todavía no está claro qué va a pasar y en este DNR pues sí, ya sabemos todos en lo que estamos metidos y la posición es clara. Y bueno, ahí están, ellas mismas lo dicen todo.
-Vuestras canciones siempre dan una sensación de inmediatez, como de transmitir el momento, ¿cómo nacen normalmente? ¿Les dais muchas vueltas o tratáis de transmitir esa sensación a través de un parto rápido, por decirlo de alguna manera?
El primer momento siempre es algo muy intuitivo y sí que es un parto rápido de primeras. Siempre es un riff, un ritmo de batería o una línea de bajo con lo que empezamos y después solemos montar las canciones muy rápido, igual en una tarde ya la tenemos hecha. Pero luego empieza el otro proceso, que es pulir cada parte y hacer que todo funcione. Ahí sí que nos tiramos muchísimo tiempo, es decir, haciendo que los bombos que tenga la batería sean esos, que la línea de bajo sea definida, la melodía de la guitarra, las partes, la duración de cada parte… en eso sí que gastamos un montón de tiempo. Es como que de primeras la canción sale muy rápido, e intentamos siempre conservar esa frescura, pero luego trabajamos mucho las partes para que cada parte tenga su peculiaridad y su originalidad. Ya cuando entra la parte de la letra ahí nos pegamos otra buena paliza.
-Tras editar vuestro primer álbum, el homónimo Dinero, dijisteis que teníais muchas más canciones de las que quedaron en el álbum, ¿es eso una constante en vuestra forma de trabajar? ¿Qué ocurre con todas esas canciones que se quedan fuera?
Pues sí, para el primero contamos con no sé si 35 o 40 canciones, un montón; para el segundo 25 y para este hemos estado sobre las 18 o por ahí. Entonces trabajamos siempre de sobra para luego ir descartando las que no acaban quedando bien… Siempre cuando elegimos las canciones para un disco elegimos las que más coherencia tienen unas con otras, no siempre las mejores que están, de forma que si tenemos una canción muy buena pero no pega con el resto de las canciones no la solemos incluir. Las dejamos ahí y si en futuro disco pueden entrar o nos piden una canción para algo especial o tal las utilizamos. Está el caso de Orión para el primer disco, que al final salió en la reedición o en la reedición de Año Perro, y en este DNR está, por ejemplo, Duelo de Titanes, que ya la grabamos en 2007, es una canción que tiene el mismo tiempo que Mentiras o Trastorno Bipolar. Es decir, que es una canción que podríamos llamar vieja pero que hasta este momento no había tenido cabida en ningún disco, siempre había estado como posible canción pero nunca ha entrado, hasta que en este DNR ha entrado pero de lleno, vamos. Se veía claro que tenía sentido incluirla. También están Segunda piel, Parásito o Tiene que parar, que son las tres de la época de composición de Año Perro y las ensayamos para grabarlas para ese disco pero al final se quedaron fuera por diferentes motivos. Las solemos aprovechar, sí. Cuando nos ponemos a componer un disco nuevo cogemos todo lo que ya teníamos y miramos las partes que más nos gustan, vemos las que no… Esta vez han quedado cinco o seis canciones fuera, pues las retomaremos si hacemos otro disco y diremos “a esta canción le falla la estrofa, la vamos a trabajar”, e igual de repente algo que en dos, tres semanas o meses que has intentado arreglarla no lo has conseguido en una tarde después de un año te sale.
-Dada la fama de vuestros conciertos, aunque este DNR tiene más el sonido del directo ¿nunca habéis pensado en la posibilidad de inmortalizar alguno de ellos, ya sea en audio o vídeo?
Pues la verdad es que no lo hemos hablado nunca, ni lo hemos comentado en la furgoneta ni una vez, ni en audio ni en vídeo ni nada. No sé por qué, pero nos parece como muy pronto. Tampoco es que llevemos una carrera muy larga como para hacer algo así y no lo tenemos en mente, no lo hemos planeado, la verdad.
-Tres discos en 5 años, más giras, parece que no tenéis descanso, ¿de dónde sacáis el momento para componer? ¿Van saliendo en las giras o cómo lo hacéis?
Pues te cuento. El primer disco lo compusimos antes de empezar toda esta locura de conciertos, tuvimos todos los fines de semana y todo y tuvimos tiempo. Para Año Perro tuvimos que parar porque llevábamos un ritmo de gira tan fuerte que entre semana no éramos capaces de encontrar ni tiempo ni ganas para componer. La verdad es que acabamos muy cansados y tuvimos que parar la gira durante un año para componer y grabar el disco y claro, aprendiendo de ese, digamos, error de estar un año casi sin hacer nada, para DNR nos pusimos las pilas y ya casi desde el principio empezamos a quedar exclusivamente para componer en el local. Quiere decir que en vez de para ensayar los conciertos y demás pues quedábamos dos o tres veces por semana para componer. Entonces bueno, sacrificamos un poco de unos ensayos de gira digamos, de repertorio, para hacer canciones nuevas. Ya con más tiempo de antelación planificamos y dijimos “el año que viene a estas fechas ya tenemos que estar en el estudio” y nos fuimos preparando mejor. Y bueno, nos costó, pero ahí está, salió.
-Como hemos dicho han pasado casi 5 años desde vuestro debut y parece que en realidad hayan pasado muchos más, ¿cómo habéis sentido esta, a priori, rápida evolución?
No sé, simplemente seguimos la bola. Sentimos que vamos muy poco a poco para arriba, que cada vez viene más gente a vernos y que estamos consiguiendo un estatus bonito por decirlo así, que nos hace ver gente cada vez que salimos al escenario. Estamos viviendo un momento bonito y hay que seguir en ello y disfrutar, no echamos mucho la mirada hacia atrás. Tampoco pensamos que haya ido todo muy rápido, sino que somos muy currantes y que hemos ido siempre día a día y que nunca ha habido épocas de parón en este grupo, o sea, todas las semanas ha habido algo que hacer y ha sido como un curro diario.
-Volviendo a este DNR, como broche final encontramos Parásito, que es quizá la canción más cruda que hayáis hecho, ¿dejáis con ella una especie de puerta abierta para tomar este rumbo aún más duro en un futuro álbum o vais a intentar descansar un poco de toda esta rabia?
Pues aunque no lo parezca esa canción se compuso para Año Perro, pero no encajaba en el sonido del disco. Es algo que siempre hemos tenido, eso está, es decir, si alguien ha visto un concierto de Dinero, esa energía, esas ganas de, no sé, desfasar con la guitarra siempre ha estado. Sobre si lo retomaremos, sí, obviamente sí, yo creo que si hacemos nuevas canciones no vamos a tener miedo en tocar más fuerte y en hacer cosas más duras, porque realmente nos sentimos muy cómodos ahí.
-Por último, en este sentido, ¿cómo veis vosotros el futuro?
Ahora mismo yo no miro más allá de los próximos meses, de aquí a final de año. No miramos más, o sea, no pensamos en el 2015. Estamos inmersos en la gira, en la promoción, y vamos a ver un poco lo que viene. Hemos hecho un buen trabajo, estamos contentos con nuestro disco. Queremos seguir presentando el disco hasta verano, tocar en los festivales y al final de año seguir girando y entonces ya veremos, ya veremos lo que pasa.