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Musiqueando con…Depedro

Poradmin

Nov 27, 2013
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¿Cómo surgen estas ‘Casualidades’?

Yo creo que mi camino musical siempre ha estado lleno de tropiezos felices y casualidades. Había  ideas no terminadas y estos encuentros han permitido que este proyecto fuese una realidad. Y, por otra parte, siempre es interesante ofrecer material nuevo al público.

Unos encuentros de lujo porque cuentas con colaboraciones de músicos como Santi Balmes, Los Coronas, y otros que ya estaban en tu último disco, como Tony Allen o Bernard Fanning.

Es maravilloso estar en ese momento en el sitio adecuado con tanta frecuencia. No dejo de decir que soy muy afortunado. Concibo la música como un diálogo constante y necesito que otra gente colabore y aporte su luz.

Junto a Los Coronas, hay una versión del tema ‘En el lago’ de Triana. ¿Qué tiene de especial este tema para incluirlo en el EP?

Yo he desayunado con los Zeppelin y Triana, forman parte de mi iconografía musical, de mis sonidos. No sé por qué no he realizado antes un homenaje a esa banda que tanto ha hecho por la música en nuestro país. Me gusta la palabra ‘adaptar’ y he hecho lo que he podido, como siempre, con la mejor intención y con todo el cariño y respeto.

En cuanto a las canciones que se repiten, ¿alguna aportación especial?

La que más me gusta, junto a los temas nuevos, es la remezcla de Didi Gutman.

A cada paso que das, se acentúa esa riqueza instrumental propia de tu música, una música que se puede calificar como ‘del mundo’.

Desde luego, no tengo complejos, vivo en este mundo y soy devorador de estilos. Y me siento muy orgulloso de poder aprender. También tiene que ver con mi forma de ver el mundo y entender que las fronteras al final sólo se quedan en una palabra técnica.

Hablando de mundo, has estado girando los últimos meses por EE.UU., Europa, Australia,…, y, próximamente, Latinoamérica.

La verdad es que Depedro tiene algo que conecta emocionalmente con gente de diversas procedencias. Soy el primer sorprendido y es algo que me alegra y disfruto.

Tu tercer trabajo de estudio tiene ya un rodaje. ¿Has logrado lo que te propusiste con él?

Nunca me propongo más que mantener mi estilo de vida: tocar y que mi familia no me eche de casa, jeje… Me propongo lo que quiere todo músico: mostrar su trabajo, poner sonrisas e iluminar un poco allá por donde vas. Si puedes realizarlo, es maravilloso.

En esta gira también estás teniendo un público muy especial porque incluye un show para niños.

Como padre de familia numerosa, me encantaría poder llevar a mis hijos a un concierto de rock. Me agrada que me llamen para hacer esto. Es como un concierto normal y corriente. Y hay que verlo como algo así, normal, porque ellos lo van a incorporar a su ocio, sin ser más o menos importante que otras cosas de su tiempo libre. La música no es sólo una cosa de la noche asociada a determinados clichés.

Calificas tus canciones de ‘pequeñas y sencillas’. ¿Es el secreto para conectar con el público?

Creo que mi discurso, dentro de esos parámetros, se entiende más. Lo de ‘menos es más’ unas veces funciona y otras no. Pero yo en el mundo del barroquismo no soy capaz de abrir las piezas. Estoy más a gusto en la sencillez, lo que no quiere decir simpleza.

Cuando se apuesta por un trabajo tan personal, ¿cómo lo recibe la industria discográfica?

Es un grupo minoritario, no comercial, no es una música fácil de primera escucha. Pero no tengo queja, he tenido mucha suerte en cada paso que he dado y con el equipo que me he rodeado.

Hablando de hombres buenos y de industria, ¿en el mundo de la música faltan buenas intenciones?

Hay de todo, pero quiero pensar que hay mucha gente empujando el carro con buenas intenciones. Desde el punto de vista de un discurso constructivo, hay que hacer platos mejores con lo que hay. Cuando algo no suma, no empleo energía en ello. La vida es demasiado interesante como para pensar en esas cosas.

Buenas intenciones, humildad y valentía formaron parte de ti cuando decidiste dedicarte a la música. ¿Qué más se necesita para sobrevivir?

Mucha energía, perseverancia y mucha suerte. Y también mucha gente que te quiera ver y que te ayude.

Tu llegada al mundo de la música fue un tanto accidental…, ¡bendito accidente!

Para mí sí. Disfruto de cada día, de conocer gente, de transmitir cosas. Y he intentado que ese ‘accidente’ fuese duradero para estar siempre rodeado de momentos felices. Me lo encontré y quise dar un paso más a ver qué tal.

Desde entonces, has formado parte de diferentes proyectos y grupos musicales. Mirando atrás, ¿qué recogiste, y qué no, para labrar tu propio camino?

Yo creo que todo aprendizaje es intrínsecamente imprescindible en tu camino. Todo lo puedes añadir y usar. Hay multitud de cosas que, cuando no son beneficiosas, tienes que alejarlas. Y, al final, todo ello desarrolla tu personalidad.

De todos esos grupos, hay uno que se mantiene, Caléxico. ¿Qué supone en tu carrera?

No sé lo que soy sin ellos. Suponen el instante en el que se abren puertas a otros países y me enseñan a construir de otra manera. Fue un momento muy bonito…, y sigue siendo porque continúo colaborando con ellos. En fin de año, nos vamos New York y habrá gente muy interesante con la que tocaré gracias al grupo.

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De toda la influencia que se aprecia en tu música, ¿quizás la más importante es la del cancionero latinoamericano?

Mi lengua materna es el castellano y en Latinoamerica es donde está más viva. Culturalmente soy muy deudor, soy medio peruano y he crecido escuchando mucha música de folclore latinoamericano que me ha tocado el corazón. Depedro es como una válvula para expresar eso de una manera natural. Quizás es donde tengo más que expresar y decir.

En tu discografía hay canciones como ‘El pescador’ o ‘Comanche’ que rinden homenaje a América Latina. ¿Una de las más especiales es ‘La llorona’?

Todas son llaves, instantes de mi infancia, momentos de mi vida que han significado mucho a nivel emocional. ‘La llorona’ es una canción que me impactó desde el primer momento.

Y la mejor forma de transmitir todas estas emociones es el directo.

Para mí es fundamental. Es el momento en el que se produce el feedback con el público y con los músicos con los que tengo el honor de compartir cada noche. Cuando yo asisto a un concierto, por ejemplo, ahí está la verdad. Me interesa mucho jugar con eso.

¿Han ido cambiando los directos de tu última gira desde que su inicio?

Sí. Ahora estoy buscando un sonido más potente en el directo, prescindiendo de momentos más bajos, que también los hay, pero estoy tocando en un contexto más de tierra, de baile.

Has pasado por muchos escenarios, unos mejores otros más precarios, pero los has disfrutados todos por igual. Mantienes vivo ese espíritu romántico del artista que está perdiendo parte de las nuevas generaciones.

Para mí, todos son igual de importantes porque puede ser que al día siguiente ya no estés ahí. Y cada uno es diferente, nunca sabes quién te está viendo. Lo hablaba el otro día con Fernando Pardo, de los Coronas, con respecto a nuestra generación…, somos románticos a muerte.

Hablar de Depedro, es hablar de un viajero musical. Tras ‘La increíble historia de un hombre bueno’, ¿cuál será tu próximo destino?

No lo sé, pero me atrae mucho África.

Hasta entonces, aprovecharás para dedicar tiempo a la familia, un pilar fundamental en tu vida. ¿Qué lugar ocupa en ella tu guitarra?

La música es muy importante, pero no es mi vida. La familia es lo más importante, lo que me ata al suelo. Aunque sea un tópico, no pierdo el horizonte, disfruto de una comida, de una charla con un amigo…, eso me da perspectiva.

Consulta las fechas de la gira Otoño/Invierno 2013/14 de Depedro: http://www.depedro.net/on-tour/

 

 

Fotos: Javier Salas

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