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Musiqueando con… Rosana

Poradmin

Nov 21, 2016
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Todo lo que en la vida merece la pena pasa por la piel y si de algo sabe bien Rosana es de erizarnos la piel con cada nuevo trabajo suyo, artistas que perduran más allá de lo voluble de la memoria demostrándonos que la música tiene ese poder de crear melodías perennes en cada poro de nuestro cuerpo. En la memoria de su piel es su nuevo trabajo discográfico, tras más de 20 años en la música la artista vuelve a regalarnos un disco para sentir en cada uno de los temas que lo componen, Rosana sangra cada letra que sale de su piel para entregarnos un trozo de magia que remueve, que enseña, que nos demuestra y nos recuerda lo bonito que es que nos dejen querer y grabar en esa poderosa memoria los momentos que consiguen erizarla. Ella es Rosana y nos vuelve a enamorar con En la memoria de la piel.

– Tras un parón creativo, de casi 5 años, vuelves con tu nuevo disco En la memoria de la piel, ¿ a qué se debió esta pausa en tus composiciones?

Pues nosotros grabamos el disco Buenos días, mundo, lo terminé, hice la promoción y salimos de gira, normalmente las giras son de dos años o dos años y medio más o menos, porque cuando giramos solemos ir a todos lados, y cuando termino la gira suelo ponerme a componer y a grabar, pero en este caso cuando terminó esta gira de la que te hablo, hicimos un disco nque se llamó Ocho lunas que era un disco recopilatorio de toda mi carrera, pero grabado con compañeros, con distintos intérpretes. Entonces ahí no compuse, si que grabamos, hicimos la promo, salimos de gira… todo igual menos el paso de componer, entonces dos años más dos años y pico suma este parón del que me hablas.

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– ¿Eres de las artistas que necesitan sentarte a componer o te pasa como a otros artistas que mientras vas girando van surgiendo tus siguientes temas?

¿Es qué sabes lo que me pasa? Que yo para quedarme en pelotas me apetece estar 100 por 100 en lo que estoy, entonces si me pasa que vas por ahí de concierto en concierto y de repente se te ocurre una cosa, pero no soy de componer en ese sentido, es decir cuando estoy de gira, estoy de gira, cuando estoy de promo, estoy de promo, cuando estoy de componer, estoy de componer. De hecho, hay veces que estoy componiendo y me vienen y me dicen “oye, ¿y si hacemos un concierto?” y no puedo, mi gente sabe que cuando estoy componiendo solo estoy componiendo.

Yo siempre estoy con cosas que me dan vueltas, pero no les hago caso hasta que me pongo a componer porque me gusta, sobre todo, que el disco que vaya a hacer lleve a la yo que tengo más cerca, a lo que más tiene que ver conmigo, a lo que siento y lo que pienso en el momento en que me tengo que poner a grabar. Surgir, surge muchas veces, pero no le hago caso porque, por ejemplo, yo para este disco hice 50 canciones, las treinta y pico canciones restantes no las puedo usar.

– ¿ Y qué pasa con esas canciones que quedan fuera de este disco?

Se quedan ahí para siempre, a lo mejor de cara a un libro puede tener sentido, pero de cara a interpretarlas no podría, como que tendría la sensación de estar engañando a la gente, porque tengo como ese rollo de que les estaría dando algo que no siento, que sentí ya hace tiempo y para mí es importante que mi música refleje donde estoy, que la gente que decide o no decide llevarme a su vida lo decida por quien soy ahora. Sino tengo la sensación de cómo cuando ves una foto donde eras chiquitita todavía y dices “jo, qué bonito el vestido que llevaba ahí pero ya no me cabe”.

– ¿Y no hay canciones que vuelves a escuchar y reflejan en el presente lo que sentiste en el momento en el que las escribiste?

Mira, hay solamente un tema en este álbum, Silencio, y te voy a decir como paso porque ni siquiera es la canción entera es una parte de la estrofa que hice hace mil años, pero de repente uno de los días que estaba componiendo estoy tocando y sale eso y me quedo así y me digo “pero si esto ya lo escribí, qué hago escribiendo una cosa que ya escribí” y me di cuenta de que era Silencio, que por entonces ni siquiera era Silencio porque no tenía ni nombre. Y de repente, cuando hice esa parte salió el resto de la canción, era un momento compartido evidentemente y además el estribillo y todo lo demás tienen que ver.
Entonces es de esas cosas que te pasan siempre, como cuando llega la Navidad y te ves con la familia y Silencio es eso, un momento común de muchos momentos en mi vida y supongo que por eso salió de esa manera natural, pero si no sale así, el rollo de decir “voy a coger esa canción que en su momento me pareció ideal pero nunca la grabé la voy a coger y la voy a hacer…”, no sirvo para eso, no me sale. Es como una necesidad de darle eso a la gente, esa necesidad de decirle esta soy yo ahora, si me quieres me quieres si no me quieres no me quieres pero esta soy yo.

– También hemos podido saber que te cuesta mucho elegir las canciones que formaran parte de tus discos.

Mucho porque en este caso hice 50 y yo nunca sé por qué unas y no otras. Entonces yo hago grupos de gente, para este disco cogimos entre 15 y 20 días a 20 ó 25 personas y les voy cantando en directo, trocitos de las 50 canciones y les doy una hoja con los títulos y sin poner nombre para que no se sientan mal (risas), les digo que puntúen de 0 a 5, 0 no me gusta nada, 5 me encanta. Con eso tienes la impronta del tema de un trozo que no has escuchado en tu vida, a guitarra y voz o a piano y voz. Eso con gente desde los 3 años que dicen me gusta o no me gusta simplemente.

– Hablando de ese grupo de personas hay un tema, El cielo que me das, que ha triunfado en esa franja de edad desde los 3 años hasta un poco más.

Tú no sabes cómo ha sido eso ( risas ), fijate qué cosa más curiosa que yo no hago canciones para niños, el caso es que en ese grupo había gente de los 3 a los 80 años, lo que hago es poner un margen entre el público que tenemos, porque tenemos un margen bastante amplio. Están los que llegaron hace 20 años cuando yo comencé y están los que han llegado ahora que son ciento y la madre, mira yo llegué hace 3 ó 4 semanas con la prepromoción, esto significa que yo llegaba con mi single y hablaba de que iba a haber un disco pero nadie sabia como era el disco ni nada. Entonces, de repente, estábamos en Argentina también en una prefirma, yo firmaba la carátula del disco y el día que el disco salía la gente iba con la carátula y le daban el disco en si. Pues en esas firmas yo empiezo a notar, fue la primera firma que hicimos, que había muchos niños de 2 y 3 años y pensé lo más natural que era: los padres, la madre, el padre… y miraba para el lado y me decían ellos “ es ella, es mi hijo el que me ha traído a mí “, y había niños que les preguntabas por su edad y decían 2 años, y le preguntabas a los padres y decían “mira que a mí me gustas, pero que es ella, que es la niña que me tiene todo el puto día amargada con la canción” (risas). Y el otro día en Las Palmas, y en Valencia y en Madrid porque, por ejemplo, tú eras pequeñita y tú tienes un conocimiento porque me has ido siguiendo pero un niño de 2 años no tiene conocimiento ni conexión con el último disco que lancé y de repente si, están llegando a mi música, y con todo ese margen en varios días hice esa selección que te contaba.

Una cosa muy curiosa es que nos dimos cuenta de que había 8 de las 11 canciones que van aquí que eran siempre las primeras y hay 3 en concreto que eran en riguroso orden: si o si. Entonces te facilita un montón, porque dices “si hay 8 repetidas en los 15 ó 20 días en gente tan distinta esas tienen que estar si o si” y esas son las que están.

– ¿Y no te quedaste con ninguna espinita de algún tema que se quedase fuera de esa selección?

Realmente no porque a mí me gusta compartir lo que la gente quiere, de hecho hay un tema que es Con los 5 sentidos que yo no lo quería meter (risas). Está gustando mucho a mucha gente, a la gran mayoría, y yo no estaba muy segura, creo que porque fue uno de los primeros que compuse y me sentía más lejos, igual te estoy hablando de meses porque esto fue de Julio a Enero pero al hacerlo al principio era como más lejano.

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– También hay una anécdota curiosa y es que para este disco convertiste tu casa en el estudio de grabación.

También casualidad, este disco ha sido casualmente casual todo el tiempo y la jugada ha sido que termino de componer, ya está elegido el repertorio y entonces me ubico en la productora y entonces me planteó como llevar este sonido, porque a pesar de que yo toque el piano, la guitarra… yo estoy escuchando la canción entera, todos sus sonidos, entonces yo decía “necesito encontrar el sonido que se parezca a lo que yo tengo dentro” y pensando en mi casa, con mi gente, no encontraba ese sitio, no está en España, no está en New York… no había ningún super estudio de los que yo conozco que tuviera ese sonido, “aquel lo tiene muy apagado,aquel demasiado encendido…” y según iba pensando dije “joder ¿y si pruebo aquí? A lo mejor me equivoco, luego metes lo micros y no suena igual, pero ahora mismo me gusta”. Entonces llamé al técnico de sonido y le pregunté si era una locura y él, que está igual de loco que yo, me dijo “mira lo mismo es una locura pero vamos a probar”. Y saqué todos los muebles de mi casa y metimos todo amplificadores, bajos, baterías…y todo multiplicado por mil porque lo que si tenía claro era que tenía que experimentar hasta buscar el sonido que yo tenía en mi mente hasta tal punto que la batería la grabé en el salón, en la entrada y en la piscina. Y efectivamente era ese el sonido, también la inmensa suerte de que ningún vecino se quejara, solamente me encontré a uno que me dijo “oye, ¿eso que suena ahí dentro cuando sale?” (risas). Fue muy muy bonito, por eso yo creo que este disco es tan especial.

– ¿Es una formula que vas a repetir en futuros discos?

Si las canciones tienen que sonar así, con este sonido, seguramente si, de hecho ya tengo varios compañeros que me han preguntado si pueden grabar en mi casa (risas).

– ¿Es por eso qué hablas de este disco como tu disco más mágico?


Si y no solamente el más mágico, si no mi mejor disco. Y te digo una cosa nunca he dicho algo así, siempre decía “mi mejor disco está por llegar, mi mejor canción está por escribir…” nunca lo había dicho, nunca se me ha ocurrido decir eso, porque además nunca lo he sentido, ahora siento que es mi mejor disco y con mucha diferencia además.

– Hablando un poco de los temas del disco, tras su escucha tenemos letras como No olvidarme de olvidar o Agua de llorar en el que predomina una Rosana que acepta el dejar marchar como algo pòsitivo.

Es que creo que es necesario ese dejar marchar, supongo que cada uno lo vive de una manera distinta, yo lo resumiría en la frase de Con los 5 sentidos de “pero qué poquita vida para tanta eternidad” y qué menos que sentirte querida pero sobre todo querer.

– ¿Consideras más importante el querer que ser querido?

Para mí si, yo siempre le digo a mis amigos que muchas gracias por quererme pero que muchísimas más gracias por dejarme quererlos, para mí si, o sea cuando te sientes querida es una cosa fantástica indiscutiblemente, pero cuando quieres y te dejan querer es tan bonito… y cuando hablo de querer no hablo solamente del amor en pareja, porque es tan bonito quererte sin invertarte, querer sin trasparencia a quien tienes delante, queriéndolo porque es tal y como tú imaginas, porque lo quieres porque es así tal y como tú lo ves, eso es una pasada.

– También nos llama la atención el sonido de Si dejo, esa mezcla de blues y bolero a priori impensable, ¿cómo surge esta fusión?

También sin querer (risas). No está falseado porque realmente es el paisaje que requería el tema, digamos que el arreglo de cada canción es como la fotografía en una película tú imagínate que una misma historia, un mismo beso, un mismo te quiero lo puedes hacer en la cama, en la cocina, en el parque, en la nieve… pero si tú lo que quieres es de verdad trasmitir ese beso en el que tú estás pensando, ese en concreto solo tiene un sitio que es donde tú lo quieras poner, la música en cada canción o por lo menos en mi trabajo es eso, intentar llevar esa historia al paisaje real donde se desarrolla , otra vez de donde venimos, te puede gustar más o menos pero que sea real. En ese buscar donde se desarrollaba esa historia, ese tema de Si dejo en esa libertad del corazón, en esa anarquía donde él funciona como quiere está la sensibilidad del blues por eso se desarrolla en ese espacio, muy a pesar de que la melodía o de que en algún momento la cadencia la pudieras decorar de otra manera, pero la realidad de esa escena tiene que ver con el blues por eso está hecho así.
Hay un planteamiento continuo de que yo me he hecho especialista en traducir mis propios latidos o por lo menos intentar traducir de la mejor manera posible de dónde viene eso que siento.

– ¿Por qué la piel es la memoria más emotiva?

Para mí porque es la única que es de verdad.

– ¿ Por qué? Tenemos mil maneras de guardar recuerdos, una fotografía por ejemplo.

Pero tú lo estás viendo, ya pasa por la piel, que una canción te ponga los pelos de punta ¿lo decide la cabeza?, que una fotografía te emocione ¿lo decide tu cabeza?, que un momento o que un beso te gusta más que otro ¿lo decide tu cabeza? Por eso la piel, por eso es la aprte más auténtica del ser humano, el pelómetro que uno no controla.

– ¿Tú crees que has hecho de esa autenticidad uno de tus mejores dones musicales? Te hablo de saber hacer de algo a priori simple algo muy grande, temas donde estás tu, por ejemplo, solo con voz letra y guitarra.

Nunca lo he pensado (risas), yo creo que soy un desastre que adora comunicarse a través de la música, lo he dicho muchas veces y lo seguiré repitiendo muchas veces soy un desastre que ama hacer música pero que si hay algo que le guste más que hacer música es el ser humano y he encontrado una profesión donde sumo mis dos pasiones, entonces nunca sé muy bien cómo hago las cosas porque otra vez vuelve a salir la piel, nunca proceso nada con la cabeza, nunca hago nada con la cabeza, hay cosas que le regalo a la cabeza porque me parece que la cabeza es el disco duro y que uno sabe a que hora se tiene que levantar mañana y conservo la cabeza para eso, pero no proceso nada por ahí, vivo más con la piel que con otra cosa. Y supongo que eso a la hora de responder una pregunta sobre si ahí hay algún tipo de pócima o algo no te sabría decir.

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