Andrés Herrera, más conocido como Pájaro, acaba de publicar su segundo álbum en solitario, ‘He matado al ángel’. Aunque el cantante sevillano ha intentado acabar con, dicho por él mismo, ‘tío malaje’, en este nuevo disco encontramos a un cantautor con unas letras más significativas. Y es que, como nuestro protagonista nos ha desvelado en esta inspiradora entrevista, ’las canciones tienen que ser de verdad; a mí no me gusta inventarme historias teniendo una realidad que da para tanto repertorio para componer’.
Mucha curiosidad está levantando el título de tu álbum, ‘He matado al ángel’. ¿Por qué este título tan poco convencional?
Pues por eso mismo, porque es poco convencional. En estos tiempos en los que cualquier cosa que se diga se va a mirar con lupa, pues, mira, he matado al ‘malaje’. El mundo tiene mucho malaje. Aquí en Andalucía, una persona malaje es una persona que no es simpática, pero este malaje va un poco más allá; es el de cómo la vida, con tantas prisas, con cómo se gobierna… porque si hubiera un ángel, no estaríamos hablando de esto. Como a los músicos, la gente nos echa un poco de cuenta, mi pequeño grano de arena para aportar es esta reivindicación. Creo que he conseguido plasmarlo porque cuando tú estás escuchando el disco, viene el buen ángel. Es una energía muy bonita cuando uno está escuchando algo, no solo mi disco, sino también poesía o incluso a una persona simplemente hablando…
Has sacado las primeras fechas de esta nueva gira. Vienes a Sevilla con el festival Territorios, pero, ¿piensas sacar más fechas?
En principio vamos a tocar en Territorios, pero habrá más cosas porque Sevilla tiene más historia, como Nocturama. En principio no estamos pensando en salas, pero Sevilla es una ciudad en la que me gusta tocar entre 4-5 veces, y en diferentes formatos. Pájaro tiene la formación de toda la banda, pero también somos el dúo de Raúl y yo, que lo llamamos acústico pero realmente no lo es. Aquí acústico se conoce como la típica persona con su guitarra colegio monja, pero la cosa no va por ahí. Está más cerca del flamenco, no por el flamenco, sino por la seriedad. Incluso, me atrevo a decir que cuando mejor me lo paso es cuando voy con la guitarra de palo, que es la que más me gusta.
¿Qué puedes contarnos de este nuevo disco en comparación con tu primero en solitario?
Hay una gran diferencia. Aunque sigue siendo la fórmula pajarera de toda la vida, en este disco nos hemos soltado un poco más con las letras, que el otro peca un poco más de versiones aunque era un homenaje a Silvio y a gente con la que he estado trabajando toda la vida. Este disco, me atrevo a decir, que me gusta incluso más que el otro porque tiene más trabajo nuestro, tiene más composición y además hemos abierto otros campos dentro de los estilos. Creo que no hay que pararse en un solo estilo. Somos rockeros, pero ser rockero no es sinónimo de músico, es filosofía pura. Ser un rockero no es lo mismo que ser un ‘rockanrollero’, que es más bien una forma de tocar que una forma de ser.
Este disco cuenta con numerosas colaboraciones como las de Guadalupe Plata o Los Saxos del Averno. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos y si has terminado satisfecho en lo que ha desembocado?
Tengo que decir que estoy muy orgulloso del grupo que tengo alrededor, porque Pájaro no soy solo yo. Pájaro une a un grupo de gente. Respecto a las colaboraciones, como tú dices, son numerosas, como Los Quiero, Guadalupe, o una de las más bonitas como es la de Julián Maeso, que es para quererlo. Las colaboraciones no son porque sí, son porque somos amigos y nos conocemos, y cuando hablamos, alguien se ofrece. Eso sí que es un honor. De todas maneras, yo creo que en todos los discos que haga, voy a intentar tener gente que colabore porque quizás aportan cosas que nosotros no aportaríamos.
Supongo que en directo será un poco complicado que coincidáis, por lo que tendrás que defenderlas tú solo con la banda.
No te quepa duda, pero cuando vayamos a presentarlo en las ciudades grandes, intentaremos por todos los medios llevarlos a todos. Pero luego esto lo haremos nosotros. Es un poco complicado, ya veré cómo me busco la vida para lo de los saxofones.
Has comentado que en tu primer disco había muchas versiones de canciones, pero el single del nuevo es ‘Guarda che luna’, una canción italiana de Fred Buscaglione. ¿Por qué elegiste esta canción y cómo decidiste que fuera el primer single?
Si te digo la verdad, eso fue culpa de uno de mis productores, Lamato, que me dijo: ‘Pájaro, he escuchado una canción y he soñado que era tuya’. Y le dije, ‘tío, pues a ver si sueñas que me toca la lotería’. Cuando la escuché, le dije: ‘Paco, qué bonita, vamos a hacerla’. Entonces, yo pienso que para hacer una versión, algo hay que aportar, si no, no la hagas. Hazla a tu manera. Y el resultado ha sido tan bueno que se ha convertido en el single.
Lleva unos días por Internet, un vídeo de ‘La semana más Santa’, que grabaste versionando ‘Amargura’. ¿Por qué elegiste esta marcha?
Si te digo la verdad, yo llevo escuchando marchas de Semana Santa desde que era muy pequeño, nunca lo he visto desde el lado místico o religioso, sino desde el lado artístico. Y como soy una persona que ve el telediario sin volumen, creo que ‘Amargura’ puede ser la banda sonora de lo que estamos viviendo ahora mismo, en esta odisea migratoria de muchas personas que huyen de la guerra. La palabra ‘amargura’ no le llega ni a la mitad de lo que están pasando. Elegimos esta, y después ‘Ione’, porque ahora mismo hay que pensar que no estamos solos y hay que ayudar. Pienso que Europa va a lo suyo, y si podemos aportar algo, bienvenido sea.
Respecto a esto, puedo considerar que, aunque tus canciones tengan una temática, también intentas reflejar un poco todo nuestro entorno, y reivindicar parte de todo lo que está ocurriendo.
Las composiciones siempre vienen por algo. Soy un tipo que ha escuchado mucha música, pero no soy de los que se quedan con la música, con el nombre… simplemente con la información. Porque si no, a la hora de componer, si te suena, ya lo dejas. Y eso está mal hecho. Puede parecerse a algo pero a lo mejor no va por ahí. Cada maestro tiene su librillo, y cada uno compone de una manera. Yo me levanto por la mañana, y lo primero que hago es coger un café y la guitarra, y empiezo a grabar lo que se me ocurre. Pero ya te digo, la composición va con la vida. Yo no entiendo a la gente que hace disco así tan rápido, yo creo que tienen que pasarte cosas. Las canciones tienen que ser de verdad, a mí no me gusta inventarme historias teniendo una realidad que da para tanto repertorio para componer.
Fotografías: Patricia del Zapatero.