Con motivo de la visita de María de Medeiros a Sevilla para presentar su nuevo disco Penínsulas & Continentes fuimos a hablar con ella para que nos contara en persona su experiencias como cantante entre muchas otras cosas que deseábamos conocer.
María parece que has dejado un poco de lado tu carrera como actriz en favor de tu carrera como cantante.
Para nada, no paré de rodar. He hecho una película en Portugal que se llama 'Viaje a Portugal' de Serge Truffaut que fue una experiencia muy nueva para mi porque hice de una Ucraniana. Hice todo mi papel en Ruso y… yo no hablo ruso! Fue un trabajo muy intenso. Luego fui a Berlín a rodar la película de Marjane Satrapi, la directora de Persepolis, y ahí hice de una iraní y después de eso dos películas francesas. No he parado de rodar pero tampoco paré de dar conciertos. Llevo 6 meses de pura locura.
¿Cuándo supiste que ibas a grabar un disco y a presentarlo por tantos rincones del mundo como fue 'A little more blue'?
Todo fue una sorpresa. 'A little more blue' surgió primero como un espectáculo. Donde quería homenajear a los grandes autores y compositores brasileños y traducir a otras lenguas sus poemas. Porque todos conocemos la música brasileña pero cuando uno entiende los poemas es todavía más genial. Personas como Chico Buarque, Caetano Veloso, Gilberto Gil… son poetas increíbles… son pensadores, son filósofos. Tienen unas letras de una profundidad increíble. Entonces traduje las letras al francés, español e italiano. Se trataba de dar a conocer al público que no habla portugués otra perspectiva de esa música. Ese disco me llevó a viajar por todo el mundo y de esos viajes nació este segundo disco.
Tu padre es compositor ¿Cuéntanos algo de tu formación musical?
Empecé estudios de música en Viena, allí en Austria todos los niños estudian música. Luego ocurrió la revolución de los claveles, volvimos a Portugal y en ese tumulto se me perdieron los estudios pero me quedó el amor a la música. A pesar de eso dentro de mi familia no me considero del grupo de los músicos. Los músicos son mi padre y mi hermana más pequeña que es compositora y profesora de violín en el conservatorio de Lisboa.
Para 'Penínsulas y continentes' tomaste la idea de los países que visitaste durante la gira del primer disco ¿De dónde sacarás la inspiración para el tercero?
Creo que seguirá siendo de los encuentros. Ahora acabo de grabar dos villancicos con un jazzman español, Ximo Tebar. Tenemos ganas de hacer un disco, creo que los próximos trabajos seguirán saliendo de los encuentros y las afinidades que se crean.
Hasta ahora has cantado canciones de otros. ¿Te animarás algún día a cantar algo tuyo?
Espero que si. Soy muy tímida, ya he compuesto una canción que a veces tocamos en directo sobre un poema de una gran poeta portuguesa: Sophia de Mello Breyner. Es mi primera composición que espero que me anime a seguir.
Al escuchar la primera canción de Penínsulas & Continentes me preguntaba: ¿Has probado la Dolce vita?
Si, intento probarla cada día. Me encanta Nino Rota. Este disco es sobre las influencias mutuas entre las penínsulas latinas de Europa y los continentes de los descubrimientos: África y las dos Américas y Nino Rota es el ejemplo de eso: es totalmente Italiano, fue el músico de de Fellini y al mismo tiempo el músico de Copolla con El padrino. Nino es un ejemplo muy claro de la influencia increíble que pudo tener Italia. Nuestra península también en todo el continente sudamericano.
Provienes de una familia dedicada a las artes. ¿Crees que eso te dio un empujón a la hora de decidirte a iniciar una carrera de artista?
Sin duda, pienso que si hubiese elegido un curso de gestión o contabilidad mi familia lo hubiese encontrado muy raro.
Comenzaste a estudiar filosofía y lo dejaste ¿Qué te impulsó a estudiarla y qué a dejarla?
Por mi no lo dejaría nunca. La filosofía es algo que hay que estudiar toda la vida porque es un puro placer. Lo tuve que dejar porque simplemente hubo un momento en que ya no podía hacerlo todo. Estaba estudiando filosofía pero también estaba en el conservatorio de teatro. Jamás tuve una beca y tuve la suerte de comenzar a trabajar en mi profesión muy joven. Nunca tuve que trabajar de camarera y a los 19 años estaba trabajando en el teatro. Todo el día en la escuela y luego actuar por la noche: imposible seguir los estudios de filosofía en la universidad. Aunque lo intente durante un tiempo luego ya con los rodajes… Tengo mucha pena de no haber seguido.
¿Cuál es tu filosofía de la vida?
Bueno por un lado es intentar que sea ‘dolce la vita’, aprovechar los momentos… el Carpe diem y el intentar estar atenta. No creo que el arte exista para distraernos, creo que la función del arte es abrir nuestra atención, nuestra curiosidad hacia el mundo y espero contribuir en ese sentido, en abrir las fronteras.
¿Que diferencias y que parecidos encuentras entre María de Medeiros cantante y la María actriz, hay mucha diferencia entre cine y música?
Para mi es lo mismo, Yo siempre canté como actriz, me pidieron cantar en el teatro, en el cine pero nunca me formé como una cantante. No tengo técnica de cantante, tengo técnica de actriz y es esa técnica de actriz que intento traer a la música junto a la expresividad de la interpretación. Para mi es casi lo mismo subirse a un escenario para actuar o para cantar.
En cambio si se nota diferencia en el trabajo con los músicos que es algo mágico: la música es un lenguaje universal. Estoy rodeada de músicos de varias nacionalidades y ese lenguaje universal que pasa entre nosotros y también por el público es algo distinto del teatro.
Y la comunión que se establece entre músico y público.
Ay si! No hay nada más bonito que el espectáculo en vivo. Soy una enamorada del cine pero cuando un espectáculo vivo nos marca nos marca para toda la vida, de ese momento nos vamos a acordar toda la vida. Ahora por ejemplo estuve en Paris en un concierto de Martirio y se que me voy a acordar toda la vida.
¿Qué prefieres un productor musical o un productor de cine?
No hacen lo mismo, del productor cine se espera dinero, el productor musical le da un cierto tono al disco. Creo que hay mucha relación entre el cine y la música y el cine es de las actividades más musicales que existen, cuando estas montando una película estás haciendo música aunque no tenga música, el encontrar el ritmo de tus imágenes es el trabajo más parecido a hacer música.
Se lo escuche decir a Amenabar mientras discutía con otro director que pertenecía a otra generación. Mientras el segundo comenzaba a pensar en la música después del rodaje Amenabar dijo que él concebía ya directamente el todo: la imagen junto a la música.
Yo estoy de acuerdo con él. En las películas que dirigí muchas veces cuando estoy escribiendo la peli ya estoy escuchando cosas, ya la concepción ya viene con música.
¿Qué te lanzó a dirigir tu primera película?
Entre las cosas que deje atrás yo iba encaminada a las bellas artes. Todo el mundo lo pensaba… dirigir era volver a eso: al encuadre, los colores, a ese trabajo gráfico que me apasiona y por eso empecé a dirigir muy temprano, a los 20 años.
Cuentanos el primer recuerdo que se te venga a la cabeza de tu adolescencia en Lisboa.
La revolución sin duda, toda esa efervescencia política que había, éramos niños súper politizados antes de ser adolescentes, y siendo niños cuando nos paleábamos en el patio de la escuela nos insultábamos: ‘Tu eres un capitalista’. Eso hace de nuestra generación una generación muy atípica esta súper politización que tuvimos de niños que siguió en la adolescencia.
¿De dónde viene tu afición por la equitación portuguesa?
Siempre me gustó mucho la equitación, ya en Viena fui a la escuela española, allí ya empecé a montar a caballo y me encanta la equitación española. Me parece una disciplina muy bonita. Es fascinante mirar y también fascinante aprender. El momento en que el hombre dominó el caballo, cambió la civilización. Un cambio increíble. Hay toda esa dimensión mitológica de la relación con el caballo el mito del centauro de hacer cuerpo con ese animal de 600 kilos es algo que me fascina. Además es como un arte marcial y aprendes a dominar no solo tu organismo, tus músculos, tus emociones porque también da mucho respeto.
Y que me dices del vínculo que se establece con el animal
Sin duda, una relación con esa fuerza de la naturaleza, un animal urbano de repente encima de un caballo… de pronto me reconcilió con algo de la naturaleza.
¿Cual ha sido el rodaje más divertido y cual el que más has sufrido?
En todos los rodajes se sufre. Tengo la teoría que el rodaje, el cine vuelve todo lo que es placentero en un horror. Por ejemplo: montar a caballo, yo adoro montar a caballo pero si tienes que montar en una escena, los peores accidentes ocurren en los rodajes. Es muy peligroso porque uno pierde el sentido de la realidad, y hay mucha excitación… Comer, comer es un placer en la vida es maravilloso, en un rodaje es horrible porque tienes que comer durante 5 horas lo mismo… es pura tortura. Nadar, en la vida es maravilloso, si tienes una escena de natación siempre acabas helado con los labios morados… ya no puedes ver agua ni en pintura. Hacer el amor en la vida es buenísimo pero en el rodaje es un horror. Siempre hay esa dimensión de sufrimiento en los rodajes que luego uno se olvida cuando se ve el resultado si está bien dices: valió la pena.
También esa dimensión de sufrimiento hace que te rías mucho porque permanentemente en un rodaje estás en posiciones y situaciones que son cómicas, que son extrañas. En todos los rodajes hay momentos de sufrimiento y momentos de grandes divertimientos.
¿Como aprendiste Italiano?
Por amor a la lengua, el español lo aprendí realmente por amor. El italiano… como no enamorarse del italiano es una lengua tan hermosa. Y también haciendo películas, he hecho unas cinco películas en Italia.
¿Cómo es la experiencia de ser parte de un jurado en un festival de cine?
Forme parte de muchos jurados, es muy interesante porque ves muchas películas pero es duro tener que juzgar. Esa es la parte difícil. Mientras ves las películas es muy placentero pero luego el tener que establecer una jerarquía entre películas resulta ya bastante ingrato.
Muchas gracias María y espero que sea ya miércoles para verte en el teatro.
De nada, un placer.