Se trata de todo un personaje, de un artista cuya música trasciende el arte, la industria discográfica y todo lo superfluo que a veces rodea a este ámbito. Su último trabajo, Barr10, le permite reencontrarse con sus fans. Hablar de Haze es hacerlo de un ejemplo social, de un cantante formado en el barrio, que ha bebido en la fuente de la vida y transmite a través de sus letras las sensaciones de una juventud que busca una salida llena de esperanza e ilusiones. Señoras y señores, Haze ha vuelto, y lo ha hecho cargado de proyectos, personales y profesionales. Llega la hora de disfrutar con él.
Seis años después de Doctor Haze, presentas Barr10, tu nuevo trabajo discográfico, ¿por qué tanto tiempo entre uno y otro?
Se llama Barr10 en honor al principio y al primer disco que se llamaba Crónicas del barrio. La idea era volver al comienzo, a las calles de Los Pajaritos, contar las historias de mi gente, y hacer un remember. En 2011, viendo que España estaba en crisis y que la industria musical estaba hecha una mierda, decidí ponerme a estudiar. Hice la prueba de acceso a mayores de 25 años de la universidad, y del 2011 al 2015, me gradué en Filología Hispánica. Ahora estoy haciendo un máster en estudios americanos, y tenía muchas ganas de volver. Así que ahora es el momento. Ya me he preparado, me he cultivado… Me he quitado esa «asignatura pendiente» que era entrar en la universidad por la puerta grande.
¿Por qué Filología?
Porque me encanta leer y escribir. E hispánica, porque pienso que tenemos que conocer nuestra propia cultura antes que otras. Hay que conocerse así mismo primero.
Y tienes pensado realizar un doctorado…
Después de terminar el máster me tengo que preparar muy bien el Inglés. Necesito un buen nivel, ya tengo el B2, y quiero conseguir el nivel C. Bueno, tengo que hacer el TOEFL, porque me gustaría solicitar beca en los Estados Unidos, y es esencial para que me la den. Me gustaría estudiar allí, porque mi música aquí se queda pequeña, hay mucha gente que habla español en el mundo. Y en los Estados Unidos es donde está la industria de verdad, la fuerte. Me voy para allá, me doctoro y encima meto una maquetilla por ahí, y ¡quién sabe! (risas).
¿Qué diferencia a Barr10 de tus otros trabajos?
Respecto al último, Doctor Haze era mucho más desenfadado. Había temas de barrio, de calle, duros como por ejemplo ‘Galopa’, con Los Chichos. Pero luego era más ameno, más divertido, más suave, más light, podríamos decir. Aquí (con Barr10), volvemos a la carga, a la materia más dura de las historias difíciles de barrio. Cuento historias, como la de un señor que se engancha a la cocaína, y sale gracias al Evangelio. O la historia de un preso que tiene una campaña muy larga y quiere lanzar un mensaje positivo: que de ahí se sale. También hay una mezcla de culturas con Sayflhak, un rapero marroquí. Mezclamos el rap con el flamenco y la música rai, típica de allí. Hay diferencias.
‘En esta celda’ es el primer single del mismo, háblanos un poco sobre él, porque además tienes la colaboración especial…
‘En esta celda’ colabora Pedro el Granaíno, que le pone la voz a Camarón en el espectáculo Eterno Camarón. Un flamenco tradicional, de cante jondo, con mucho talento. Tiene una voz rota, que cuando la escuchas crees que es un señor de 60 años… ¡Un tío joven!, a quien posiblemente pronto lo cace alguna discográfica, le hará un disco, pegará un pelotazo… Y yo he tenido la suerte de tenerlo en ‘En esta celda’, y siempre lo recordaré. El vídeo lo ha dirigido Julián Lara, director de cine, de Alcalá de Guadaíra. Además, colabora una bailaora, Pastora Galván. También, Miguel Espada y Dany Torres, que son freestylers, y suelen ir a las Red Bull X-Fighters a hacer piruetas. La más famosa que hacen en España es la de la plaza de Las Ventas de Madrid. Resumiendo… ¡Un temazo, vamos!
Dices que tu barrio es el centro de tu universo, ¿cómo te han influido él y tus experiencias allí a la hora de hacer tu música?
Sí, es el centro de mi inspiración. De ahí me vienen las ganas de hacer música. Cuando era muy chico, salía a la plazoleta a jugar al fútbol, y me encontraba a gente drogándose, con las jeringuillas, el papel de plata… Eso me causó un impacto muy fuerte, y por eso en mis canciones hablo mucho sobre las drogas, de su problema… De que si te drogas, puedes acabar muy mal. Pero no solo es eso. El barrio es como una nación pequeña de la que me nutro, pero es un sitio localizado que puede convertirse en universo. Barrios hay en todas las ciudades, en todos los países. Se coge un extracto de vida de un sitio pequeño, como un microcosmos, y se puede trasladar a cualquier parte del mundo.
Con tu trabajo, tus letras, tu música… ¿has querido ayudar en cierto modo a la gente, sobre todo a los jóvenes, a buscar una vida mejor, a que no se conformen con lo que les ha sido dado…?
Por supuesto. Date cuenta que yo tengo amigos que han muerto por sobredosis, que han muerto porque iban drogados en el coche, tengo amigos que están en la cárcel pagando años y años de campaña. Es lógico que yo atienda a esas temáticas. Además, tengo un propósito, ayudar a los jóvenes, intentar aconsejarles lo mejor posible. Y por eso también estudié Filología Hispánica, y quiero ser profesor de Lengua y Literatura.
¿Y te ha llegado algún mensaje de agradecimiento en plan «gracias a tu música he salido…»?
Muchos. La verdad es que cada día me llega un mensaje precioso diciendo, «muchas gracias, Haze, por tu música… porque después de escuchar tal canción, cambié completamente mi vida. Antes estaba perdido, estaba drogado, todo el día delinquiendo. Tú llegaste adentro, y gracias a eso cambié». ¡Ese es el mejor premio! No hay premio de la música, premio Grammy, premio Nobel… que supere eso. A un seguidor que te diga «gracias». Yo creo que no existe premio más grande, de verdad que no.
¿Elegiste al rap o él fue quien te eligió a ti?
Donde yo me he criado se escucha sobre todo flamenco, aunque ahora también reggaeton y rap. Pero lo que se escuchaba antes en las candelas en invierno era flamenco. Las bases americanas de Rota y Morón hicieron que llegaran cintas de cassette de raperos americanos. Gracias a ellas pudimos escuchar este tipo de música. Y claro, muchos de los que la escuchamos nos quedamos sorprendidos y apostamos por ella. Éramos muy jóvenes cuando lo decidimos, rebeldes… Cuando ves a un tío diciendo lo que le da la gana, con una pose de chulo, la gente lo escucha. Pues imagínate. Eres un crío y dices, «quiero ser como ese»
La composición de tus temas, ¿cómo surge la inspiración en tu caso? ¿Qué es lo que te ayuda?
La actualidad social, las cosas que ocurren. Yo tengo canciones para todo, canciones para el maltrato, el acoso escolar, la inmigración, como por ejemplo ‘La valla de la muerte’, con Pitingo. También tengo canciones de amor, de superación, de lucha, como ‘Yo pude, tú puedes’ o ‘Lucha’. La inspiración del día a día, de la actualidad, de lo que pasa ahora. Pero sobre todo, me caracterizo por el rap flamenco y la temática callejera, problemas sociales de la calle.
Háblanos un poco sobre la Fundación Lo Que De Verdad Importa y tu papel en ella, porque tengo entendido que eres Presidente de Honor en Sevilla.
Es una fundación que creó María Franco, y está rodeada de mujeres con mucho corazón. Ella en un viaje a E.E.U.U. leyó el diario de un señor multimillonario, al que de repente le diagnostican cáncer. Se ve que está a punto de morir, y le deja ese diario a sus hijos, como explicando que lo que de verdad importa no es el poder y el dinero, sino otra cosa. Eso, al leerlo María Franco le impresiona, le choca, y dice «me apetece hacer algo aquí en mi país, en España», y crea la Fundación Lo Que De Verdad Importa’. Son 6 o 7 mujeres que organizan congresos en diferentes ciudades del país, y a los que acuden miles de estudiantes de Bachillerato y la E.S.O. Se invitan a diferentes ponentes para que cuenten su historia, su testimonio, sus vidas… Siempre son casos ejemplares para que los jóvenes se den cuenta de lo que de verdad importa. He sido ponente en tres congresos, en A Coruña, Zaragoza y Sevilla. Y contamos nuestras vidas para que sirvan de ejemplo para los jóvenes. Lo que tratamos de decirles es que es importante tener valores, la amistad, la familia, el amor, el esfuerzo, la voluntad… Ese es el propósito.
Te has definido como un rapero flamenco, ¿cómo de importante crees que es el flamenco para nosotros? ¿Crees que en la actualidad no está tan bien considerado por un sector de la sociedad?
El flamenco es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Es parte importante de nuestro arte, que se exporta a otras partes del mundo. Nosotros como ciudadanos de este país lo deberíamos mirar con respeto y con cariño. Los americanos, no todos, porque Estados Unidos es muy grande, pero la mayoría, defienden a ultranza su jazz, su blues, su soul, su rap, su funky, su rock… Y aquí hay como mucho prejuicio, parece que en España hay un pensamiento casi medieval. El flamenco hay que defenderlo, y sobre todo nosotros, los andaluces.
¿Qué mensaje les mandarías, por ejemplo, a los jóvenes, que son como los más reticentes a escucharlo?
No creo que haya tantos jóvenes reticentes al flamenco. Hay muchos que lo aman y habrá muchísimos otros a los que no les guste. Estoy seguro de que en algún momento de sus vidas les gustará.
En 2003 decidiste grabar y vender por tus propios medios tu primera maqueta, Crónicas del barrio, ¿cómo recuerdas esta experiencia?
Fue divertida, porque no dejaban de llamar al porterillo, por teléfono… Porque por detrás de la maqueta estaba el número mío y el de dos amigos. Reventábamos las tostadoras de los ordenadores, de tantas copias que pedían. A un colega le tuve que comprar una, porque yo no tenía ordenador, así que imagínate. Vendimos más de 3.000 maquetas a 3 euros. Estaba más tieso que un palo, así que me vino de p* madre. Fue una experiencia muy bonita. Escuchar la canción de ‘El Bola’, tanto a un señor con traje y corbata como a un currante que iba a la obra… Eso fue espectacular. Ni en el mejor de los sueños.
¿Cuál es tu opinión sobre la situación música actual?
Hay mucha variedad. Hace unos años, TVE sacaba artistas folclóricos y artistas de diferentes estilos. Había muchos programas de música, como El Séptimo de Caballería. Y la gente en su gran mayoría consumía lo que veía por la tele, porque era el único canal que había. Raphael, Rocío Jurado, Manolo Escobar… Eran ídolos de muchísima gente, y eran lo único que se podía ver. Ahora el espectro se ha abierto, podemos escuchar casi todo, porque tenemos Internet. Si queremos escuchar pop ruso o la última tendencia en China lo podemos hacer con Youtube. Y lo que también creo es que lo jóvenes no se cierran a un palo. Antes estaba muy de moda pertenecer a una tribu urbana, «yo soy rapero», «yo soy heavy», «yo soy tal»… Ahora es como que tienen más criterio a la hora de escuchar distintos tipos de música. ¿Por qué no pueden escuchar a Extremoduro y a la misma vez a Haze y a Bebe? Los jóvenes están más preparados culturalmente, absorben más tendencias.
Hablando de lo de Internet, hace unos años se le echaba la culpa de la crisis que había en el sector por el tema la piratería. Pero ahora ayuda a que se conozca a muchos artistas…
Internet es maravilloso, porque tenemos la libertad de investigar muchas cosas. También es peligroso, porque se le da a la palabra escrita mucha validez, y eso siempre no es cierto. La industria musical ha sufrido mucho con el tema de la piratería, mucha gente se ha ido a la calle, y hacer un disco cuesta muy caro. Entonces es muy normal que se haga victima a aquel que piratea en vez de comprar un disco. Pero bueno, así están las cosas y así se las hemos contado (risas).
En relación con ese deseo que tienes de expandirte por Estados Unidos, ¿has pensado en ampliar tu estilo, en no quedarte solo con el rap y el flamenco, sino hacer alguna colaboración con otros estilos aunque sean opuestos?
Yo soy un tío que lo fusiona todo. En este disco no solo hay rap flamenco, también hay reggeaton, brazilian funk, que es una especie de reggeaton que se hace en Brasil y Portugal. Hay una mezcla de rap con cumbia villera, que es una cumbia específica de Argentina. También tengo un tema en el que mezclo el rap, con el flamenco y la música cofrade. En E.E.U.U. hay mucha variedad de tendencias. Ahora lo que está más en boga es el trap, diferentes versiones de rap, el reggeaton, y mucha influencia de la música latina y caribeña. Si consigo aprender bien el Inglés, a lo mejor me hago un rap, a ver cómo me sale.
¿Nunca has tenido la tentación de hacerlo?
Sí, pero le tengo mucho respeto. No quiero que la gente diga «vaya payaso este. Cómo pronuncia el Inglés. Es para matarlo…». Primero tengo que coger un nivel.
Haciendo balance a tu carrera, y tu vida en general, ¿te sientes una persona afortunada?
Afortunada y privilegiada. No te puedes imaginar el gusto que da hacer un disco y que la gente te pare por la calle, y sobre todo que te digan «gracias a esta canción me enamoré de mi parienta» o «gracias a esta canción dejé las drogas». Eso es lo más grande.
¿Qué metas te has propuesto conseguir actualmente?
Una de las metas que me quedan, y que es la más importante, es ser padre. Habrá que serlo algún día, ya va siendo hora, y formar una familia. Sacar al niño al parque a que le dé el solito, que no me deje dormir, que se ponga malo… (risas). Aparte, la ilusión de doctorarme, de pasarme una temporada en Estados Unidos, preparándome. Todas esas cosas…
Ahora tienes la promoción del disco, ¿y alguna fecha para conciertos?
Tengo firmas de discos el 9 de este mes en Fnac Parque Sur de Madrid y el 11 en Fnac Diagonal de Barcelona. Después, conciertos el 12, también de este mes, en Salamanca y el 13 en Palencia. En marzo, el 12, en San Juan del Puerto (Huelva) y el 19 en Jaén. Igualmente en marzo iremos a Santander, Pamplona y Donosti. Y hay más fechas por Andalucía, en julio y agosto.
Fotografías: Andrea del Zapatero.