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Musiqueando con… Guillermo Alvah y Carlos Abad

Poradmin

May 13, 2015
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‘Es el comienzo de una bonita amistad’. El rock les unió de forma casual, pero lo que no se puede negar es la química que existe entre Guillermo Alvah y Carlos Abad, tanto de forma profesional como personal. Durante una agradable velada, Musiqueando tuvo la oportunidad de charlar con ambos sobre el público, sus planes de futuro, sus temas… y, sobre todo, de rock.

Si el lector se queda con ganas de más, este viernes 15 de mayo podremos tenerlos en Sala X, junto a sus respectivos grupos. Guillermo Alvah con los Predicadores y Carlos Abad con los Infames. Las entradas se pueden conseguir en Sevilla Record o bien por Internet: http://salax.lastticket.es/comprar-entrada/?evento=76

 

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1. Para introducir un poco al público de Musiqueando, ¿cómo nacen tanto los Predicadores como los Infames?

Carlos Abad: Los Infames es un nombre que adoptamos hace tres o cuatro años para un proyecto de vida, porque Guille, el batería, y yo llevamos tocando prácticamente desde siempre (unos 18 años). El otro miembro de los Infames es mi hermano, con quien que llevo tocando 20. Y, por último, el cuarto infame es Domingo Díaz, que tiene un estudio de grabación. Nos conocemos desde hace 10 años. Así ha ido entrando y saliendo gente, y al final nos hemos quedado nosotros cuatro. Adoptamos ese nombre, pero mañana puede ser otro diferente. No tenemos mente comercial para mantener una idea fija.

Guillermo Alvah: Los Predicadores fue el nombre que le di a la banda que monté cuando quise grabar mi primer disco. Antes iba solo, en plan Dylan, con la acústica y la armónica. A la hora de grabar yo tenía la idea clara de un sonido clásico de banda de rock. Siempre digo que una noche se me apareció Elvis en sueños y me dijo «ponle a tu banda…». No, pero sí, lo pensé y lo propuse así. No había posibilidad de respuesta. Dije: «tíos, los Predicadores». Y bueno, los Predicadores que ya van por su tercera encarnación. Solo se mantiene Antonio «Rojo» como componente original.

2. El nombre de un grupo es algo muy importante. Los de los vuestros son  muy llamativos. Guillermo ha dicho que fue inspiración pero, ¿Infames tiene algún tipo de explicación?

CA: Me alegra que me hagas esa pregunta porque nunca me lo han preguntado y estaba deseando contarlo. El nombre nace por cómo suena. Es como un juego de palabras. Infame es porque no tenemos fama ninguna y consideramos que no tenemos razón para ello; somos muy malos. El término abarca las dos grandes cualidades del grupo: la no fama y la no bondad.

3. ¿A dónde queréis llegar en el ámbito profesional?

 CA: Si me quedara como estoy no me importaría, sinceramente. Personalmente,  vivo de la música desde siempre, puesto que no he trabajado en otra cosa. Estudié mi carrera pero no he conocido otra profesión. Y por suerte esto me permite vivir de la música, lo que me da para grabar mis discos con total independencia y poca repercusión. Es mayor la satisfacción personal que la pública o comercial. Me gustaría llegar a más gente, pero me parece que eso hay que relativizarlo. No hay que matarse por darte a conocer. Por otra parte, yo no vivo de los Infames, tengo otros grupos y siempre los he tenido, lo que me permite que pueda manejar más proyectos. El más personal es con los Infames.

GA: He querido vivir de la música desde que me la planteé como algo serio. Nuestro primer disco tuvo una repercusión pequeña pero positiva. De hecho, Carlos y yo nos conocimos cuando yo teloneaba a Lapido. Ahora que vamos a grabar en otoño el próximo disco lo tenemos enfocado de una manera más seria, para acoplarnos a la industria; esto es, todo un poco más cuidado, más medido… Es un paso importante. Tenemos la intención de que llegue a más gente. Quiero que sea mi modo de vida. No sé si de mis canciones o de versiones, como pasa con Carlos.

 

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4. Respecto a lo que acabas de mencionar, ¿cómo veis el panorama musical?

CA: Yo aprendí a hacer música con la idea de que si te esforzabas e ibas accediendo a una serie de escalones, estos te llevarían a alguna parte. Hoy en día, esos escalones llevan a la nada. Partiendo de eso, dicen también que Internet es una fuente de oportunidades, pero claro, a mayor opciones y libertad, las posibilidades tienden al infinito y a la indeterminación.

GA: En el nivel que nos movemos, la gran paloma blanca de la esperanza que era Internet ahora es una gran mentira. Desde fuera se puede ver como ‘oh, qué bien, sí’, pero en la música, si no tienes un montón de dinero, no puedes funcionar. Internet está bien, pero eres un granito de arena y a tu alrededor hay dos mil bandas más, y tú no vas a ir comprando todos los discos sin criterio. Al final es una gran bola.

CA: Hay grupos que se tiran un año en Internet y te crees que el grupo es maravilloso, y cuando lo ves en directo piensas ‘si lo hubiera visto desde el primer día no le hubiera prestado atención’. Ahí también entran otros factores como si es más importante la imagen, o la forma que el fondo, que es lo que trae la virtualidad de Internet.

Se podría escribir un libro solo de esta cuestión.

5. ¿Cómo utilizáis la música en vuestras vidas como medio de comunicación?

CA: Supongo que para un chaval tímido, la música es una forma de comunicación aunque no sea explícita; verbalmente por las letras o de forma musical con el instrumento. Es importante esta pregunta porque si te paras a pensarlo, una cuestión en la que yo incido muchísimo, como una especie de obsesión, es el tema del idioma en el que canta uno. Habrá gente que no le de ninguna importancia pero yo siempre hablo de eso, ya sea personalmente en un bar con Guille o en una entrevista. ¿Cómo de importante tiene que ser la comunicación en algo como la música cuando cantas en un idioma que no es el tuyo? Por mucho que tú lo domines, el arte, de forma voluntaria o involuntaria, es comunicación y me imagino que si lo haces sobre una lengua materna tendrás más control en dicha comunicación, pero si lo haces en un idioma que no es el tuyo, ¿qué puedes decir del mundo si eso no deja de ser una prótesis? Me estoy poniendo filosófico pero es la verdad. Yo que hago versiones, siempre he pensado que el que canta en inglés está haciendo más versiones que yo, porque es una especie de recordatorio del recordatorio del recordatorio de lo que una vez puede ser que te creas que es el rock. Yo me cuelgo una guitarra y te versiono a los Radio Futura que son un grupazo, pero alguien que canta en inglés, ¿qué hay de verdadero en esa comunicación si no es tu lengua materna?

6. ¿Nunca te has planteado cantar en inglés con vistas a un mercado más internacional?

CA: Si haces música pensando en el mercado, estás muerto. De hecho, el músico nace muerto. Es imposible conseguir algo, por lo que la única forma es siendo honesto y fiel a ti mismo. Quizás, un día por casualidad y por tu trabajo se puede dar una circunstancia en la que estás en el sitio adecuado, en el momento adecuado, y vales para esa circunstancia que se ha dado. Pero intentar crear un producto… La diferencia entre el rock de Elvis y el pop de los Beatles… Ahí es donde se creó la industria discográfica. Elvis tenía también algo de producto, pero vino de un sitio auténtico. No hay respuestas definitivas, es todo muy relativo. Está bien dejar las respuestas abiertas. Con lo que digo del inglés puedo estar equivocado. Me gustaría encontrar a alguien que me lo rebatiera.

GA: Respecto a lo de la comunicación, también lo pienso mucho. Para los jóvenes de 16, 17, 18 años…, el rock puede ser todo lo contemporáneo que quieran, pero de su nacimiento hace ya 60 años, y representa cosas de un mundo que ya no existe. Lo que para alguien del año 62 significaban los Beatles, para alguien de hoy en día es un `youtuber´, el tío que le está dando un cauce de comunicación más auténtico y que su generación reclama. Luego, si las bandas de rock español actuales cantaran lo que cantaban los Beatles quizás nos parecerían ridículas: ‘dame la mano, dame tu manita, vamos a pasear…’. Era la adolescencia del rock, y todos la recordamos como el momento más bonito de nuestra vida. En 1963-1964, ‘Want to hold your hand’, no era algo ñoño, tenía su puntillo, pero es verdad que como comunicación generacional hay muchas cosas que han sobrepasado al rock y entiendo que a un chaval de 16 años no le llegue el ‘punch’ de la misma manera. Lo que la música comunica es algo más profundo y más bonito; es personal. Igual que la gente se sigue emocionando con Shakespeare o con cualquier manifestación cultural universal, dentro de 200 años quien escuche ‘Want to hold your hand’ dirá: ‘precioso, cómo refleja’. Lo mismo no llega de la misma manera pero sigue estando ahí.

 

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7. Por seguir un poco con la temática, ¿por qué el rock?

CA: Era lo que escuchaba en mi casa. Tenía los vinilos de mi padre y me ponía ‘El disco rojo’ de los Beatles desde tiempos inmemorables. Yo era la música que escuchaba, y me llegaba, y he intentado voluntaria o involuntariamente abrir un poco el abanico de estilos, pero al fin y al cabo no terminan de ser afluentes del rock: el blues, el pop, el folk… El rock pudo cambiar el mundo. No sé si hay algún otro estilo similar; quizás el folk. Es algo que tiene que permanecer, aunque hagamos epílogos del rock y sean restos del naufragio, creo que si no recuperamos esa esencia que movió a los chavales a tomarlo como bandera cultural de una generación… El reggaeton es algo que hoy escucha todo el mundo, pero nadie lo haría un símbolo;  ni siquiera unifica culturas. No deja de ser un hilo musical. El rock puede tener otra oportunidad. Yo no lo elegí, fue casualidad.

GA: En mi caso no lo sé. Mis padres no escuchaban rock para nada. Un tío mío sí escuchaba mucha música y fue el primero con ‘Wish you were here’, cosas de Queen… Es verdad que eso, en comparación con lo que ha terminado derivando, puede ser prácticamente anecdótico. Como hemos dicho, él me eligió a mí.

CA: También era la búsqueda. Antes no tenías Internet, tenías una oportunidad en la vida de vez en cuando en la que decías ‘escucho esto o…’. Entonces buscabas un disco que sabías que alguien se lo había copiado. Suena a discurso pero es que nosotros somos la generación bisagra. Me crié con una cosa que ahora no existe, entonces…

8. Desde mi punto de vista de espectadora veo que hay algunos géneros que se quieren recuperar.

 CA: Eso es un poco hipster, un poco vintage. El rock no puede ser vintage, tiene que ser actual. Es una mera etiqueta. Se está recuperando como forma, no como fondo, como he dicho antes.

GA: ¡Lo retro! Tendría una validez si tú recuperas los géneros que te salgan de los coj**** y los vistes de limpio, por decirlo así. Y lo actualizas, le pones temas actuales, de verdad, en el 2015, y hablar de Rajoy, de la crisis… Creo que ésa es la cuestión.

CA: Como hizo Kurt Cobain en los 90, que probablemente sea el último regenerador del rock como un fenómeno de masas con algo diferente pero auténtico, y no dejaba de ser rock.

GA: Lo pienso muchas veces. Fue algo tan efímero y tan reciente,  y parece que se nos ha olvidado, el boom de hace cuatro años con el rockabilly. Teníamos unas revistas y unas radios que las teníamos copadas con grupos que hacían pensar que el rockabilly había vuelto, con tu tupé, tu contrabajo, y eso no dejaba de ser una mamarrachada. Al no tener fondo ninguno se diluyó, y quedaron pocos artistas de aquello.

CA: Todo se resume a `postureo´. ¿Tú conoces a alguien hoy en día que hable de Rajoy y de la situación actual? Es que pasas por un ‘carca’ que le está dando la brasa a la gente. En el fondo la música no tiene sentido si no le buscas un sentido a la vida. No hace falta que lo encuentres, pero búscalo, ten una inquietud. Para echar el rato hay cosas más interesantes.

9. Por hablar un poco del fenómeno ‘público’, ¿qué os transmite? ¿Os habéis encontrado con alguna situación de desgana en la que el público os haya levantado el ánimo?

CA: Yo, muchos. El escenario no deja de ser un sitio en el que puedes dejar aflorar tus inseguridades, y cuando estás tocando en un bar donde hay un público incidental, a veces da la casualidad de que le gusta, y otras, pasa. No deja de ser un aprendizaje, si no es un mundo irreal.

GA: Empecé mi proyecto yo solo en bares, y muchas veces te plantas en uno y sueltas, ‘hola, buenas noches, soy Guillermo Alvah’, y hay 15-30 personas que no te han visto en su vida y que quizás no te quieran volver a ver. Y, obviamente, ahí se da de todo. Me he sentido como un bluesman viejo, haciendo bromas sobre sexo, diciendo cosas bonitas a las chicas, metiéndome con quien sea para llamar la atención. El público no deja de ser un animal inquieto. No sabes por dónde va a salirte. La semana pasada estuve en La Duquesita, y ése fue un público como el que dice Carlos. Había 30 personas que iban a cenar y resultó que había dos `notas´ al fondo tocando.

CA: Aun así te da muchas satisfacciones, y te sorprendente. Hay gente que dice, ‘yo toco para mí, lo que diga la gente me da igual’. Es mentira. Si no, a cuento de qué te subes a un escenario. Sería más bien onanismo musical.

 

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10. ¿Cómo surge la idea de tocar juntos?

CA: Fue una simbiosis musical y personal. No lo conocía. Le vimos teloneando a Lapido, y por defecto, a alguien que telonea a Lapido le prestó atención. Y me encantó. Me acerqué en plan fan fatal. ¡Qué eso me molesta mucho de los músicos, que no te dicen cuándo les gusta algo y cuándo no!  Y a mí si me gusta, lo digo. Eso anima mucho y me gusta decirlo, ser cortés con la gente. Y nosotros se lo dijimos. Le compramos el disco,  hablamos por Facebook,  y dijimos,  ‘oye, a ver si hacemos algo’. Él canta en español, y ya te digo que eso para mí es muy importante. Y ver que hay gente en Sevilla que hace rock&roll en español ayuda a congeniar, por afinidad.

GA: ¡Hombre!, que vengan a decirte cosas bonitas siempre está bien. Es lo que ha dicho: tenemos los mismos gustos, nos movemos en las mismas coordenadas…, y si encima nos cogemos cariño, mejor. Fue un bonito momento de hermandad.

CA: Vamos de rockeros duros, pero al final somos personas normales. Si nos gusta una canción no nos importa reconocerlo.  Es el comienzo de una bonita amistad.

11. Ahora que mencionas los planes de futuro, ¿cuáles son estos?

GA: El 30 de mayo es el último concierto planeado, por ahora. Tendremos un descanso y poco después nos meteremos en el estudio. Lo tengo todo planeado en un cuaderno, pero faltan por rematar dos o tres temas…  En un primer disco aprendes a tortas. Como en este año y medio nos hechos chocado con muchas cosas, en este segundo disco nos volcaremos en el mundo de la industria. Me gustaría estar en el estudio en septiembre, pero no dará tiempo. Así,  lo dejaremos para octubre. Quizás para noviembre/diciembre pueda estar en la calle. Tenemos muchas esperanzas en este disco.

CA: Seguir componiendo canciones, grabar otro disco en cuanto pueda… Ya tengo la idea. Funciono por conceptos. No me gusta grabar sin ton ni son. Me pongo a componer temas que tengan que ver con esa nueva visión del mundo, que me durará unos dos o tres años. Montar esas canciones con el grupo e intentar que ese disco, en vez de llegarles a 30 personas, les llegue a más. Lo que ocupa mi mente son las cuestiones técnicas, musicales, las letras, las temáticas… Siempre he sido muy malo para la industria, para darme a conocer… Si alguien quiere mover al grupo, que lo mueva; yo, encantado.

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12. ¿Utilizáis ideas propias al componer? ¿O de ver una película, por ejemplo, se os ocurren temas?

GA: Creo que es un proceso bastardo. Te iluminas y te inspiras en cualquier momento. Todo puede servir. Me levanto un día y digo, “esto es una obra de arte”, y a lo mejor luego… Reviso mucho mis cuadernos antiguos, de hace unos cuatro años, y lo mismo me sorprendo de algo.

CA: Tengo una teoría al respecto. No se puede evitar empezar el proceso de creación con las vivencias de uno mismo. Creo que ahí tiene que entrar un momento de reflexión, en el que tú no solo hables de ti mismo, porque a nadie le interesa tu vida, y aunque así sea, da igual, no tiene valor artístico. Ese valor reside en la universalidad de lo que tú quieras decir. Pienso que la clave está en lo que has vivido, qué hay de común con los demás, qué les puede pasar. Es partir de lo concreto para llegar a lo universal. A mí no me gusta el sentimentalismo en la música. No es lo mismo hablar de que tu novia te ha dejado, que hablar del amor. El arte es un idioma universal, y tienes que intentar llegar lo más lejos posible. Aunque, probablemente, te quedes a mitad de camino, a no ser que seas Dylan o Shakespeare. Pero lo tienes que internar si quieres decir algo que pueda perdurar en el tiempo, lo escuchen 3 personas o 3 millones, ¿qué sentido tiene si no escribir o componer? 

 

– Fotografías: Patricia del Zapatero.

 

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