Lo suyo es una carrera de fondo, de tenacidad, de creer en sí misma, y de hacer que los demás también tengan fe en su trabajo. Se podría decir que este es un perfil muy común en todas aquellas personas que se suben al barco de la música para navegar por las procelosas aguas de una carrera harto complicada. Pero en su caso, quienes la conocen personalmente están en condiciones de asegurar que su sueño comenzó siendo una niña y que ha ido madurando con ella misma, hasta llegar a un presente radiante como el que disfruta en la actualidad. Su apuesta es firme y no cejará hasta lograr su objetivo.
Después de Más que personal, te encuentras sumida en la promoción de tu segundo álbum, Caprichosa vida, ¿es este el comienzo de una nueva etapa en tu carrera musical?
Yo lo percibo así. Creo que con el primer disco empiezas a investigar tu estilo, a buscarte a ti misma, a comprobar con qué melodías te sientes más a gusto, con cuáles no… Con este segundo disco siento que he conseguido un poco más de madurez. Es un disco muy completo, muy versátil, muy trabajado… Y se nota el haber crecido tanto personal como artísticamente
Con el título Caprichosa vida parece como si quisieras rebelarte por los malos momentos por los que pasamos en ocasiones pero, a la vez, con un gran entusiasmo. ¿Cuál es tu receta para superar los contratiempos que nos encontramos a diario?
Caprichosa vida engloba una filosofía de vida que intento llevar a mi día a día. Lo que yo canto o escribo en mis canciones, quiero que se refleje también. Habla de cómo saborear o disfrutar al máximo lo positivo que te venga, y de cómo plantarle cara a lo negativo. Al fin y al cabo, nosotros tenemos la última palabra y somos quienes manejamos los hilos de esta caprichosa vida.
Tu disco está compuesto de 11 canciones; 8 con tu firma y 3 de ellas, con la de David Santisteban. ¿Supone un reto para ti moverte en el panorama nacional como cantautora?
Fue un reto porque siempre he sido una fanática de las canciones. Me ha encantado ir analizando al máximo las letras, las melodías… Cuando empecé a componer quería hacer grandes canciones. Lógicamente, cuando haces las primeras, no te salen como tú quieres. Pero ahora con este segundo disco, sí creo que son canciones más maduras, tienen un sello más «coralunero», podría decirse (risas). Me gusta ser obsesiva del tema musical. No me gusta repetir las mismas cosas y sí investigar en el tema de la composición, hacer cosas nuevas, transmitir un mensaje, y por qué no, con un compromiso social. Y eso siempre trato de llevarlo a cabo.
¿Qué supone para ti componer y cantar tus canciones?
Exactamente yo compongo para mí. En el primer disco me preguntaron si quería componer para Pastora Soler, porque por entonces trabajaba con un productor que lo hacía para ella. Me gustaría componer para otra gente. Pero ahora mismo, las canciones que hago siento que están hechas para mí, para mi estilo. Es un sueño hecho realidad. Me gusta cantar sobre lo que escribo, porque son temas que me inquietan, que me remueven por dentro, y creo que eso se expresa mucho mejor a la hora de cantar. No son canciones que te llegan de otros, y tú las cantas. Pero en esta ocasión, con Caprichosa Vida, y con los temas que me ha dado David Santisteban, me siento como si fueran míos. La complicidad que hemos creado entre los dos y las cosas que hemos hecho juntos, la manera de trabajar, me han ayudado a entender su forma de componer, y hacerla mía en mi voz.
Una de las temáticas de este disco es el desamor, ¿cómo crees que se compone mejor: cuando te rompen el corazón o cuando estás feliz?
Se compone mejor cuando estás cabreado con el mundo (risas). Ahora me encuentro en una etapa de mi vida muy feliz, y también estoy sacando cosas bonitas. Tengo un cajón repleto de canciones, y me encanta disfrutar de todo, del amor, del desamor… En este disco hay mucha variedad, por ejemplo, hablamos del maltrato, una lacra social que está ahí, que a veces miramos para otro lado, y que nos afecta de una manera u otra. Hay otra canción que se llama ‘Hoy toca’, que habla del efecto tan precioso que es el arcoíris. De dejarnos de etiquetas, el arcoíris es la bandera de la homosexualidad. Otra canción se la dedico a los hermanos, habla de mi sangre, de mi otra mitad. Hay mucha variedad, no tiene que ser siempre el amor. Y por ejemplo, el primer single que es ‘Por fuera y por dentro’, aunque hable de amor, va hacia algo más espiritual, un tema de renovación por fuera y por dentro, de encontrarte otra vez a ti mismo. Me gusta jugar con el tema de la filosofía de la gente.
¿Se llega mejor al público cantando temas basados en el desamor o en el amor correspondido?
Creo que la gente se engancha más al desamor. Porque cuando estás enamorada y haces canciones sobre que todo está bien, que mi pareja es lo mejor que tengo… Eso la gente lo vive, pero con el tema del desamor es como que está más receptiva. El drama vende mucho, y con las canciones desgarradoras me encuentro muy a gusto, con las baladas…, cuando esperas la respuesta del público, que dice, «¡uff, qué baladón, qué bonito!». Yo también me engancho mucho. Somos más de llorar que de reír, fíjate. Es curioso, pero me gustaría que la gente se enganchara más a lo positivo, porque lo negativo siempre está ahí.
¿Cómo ha evolucionado Coraluna desde sus inicios hasta la publicación del presente trabajo?
Siento que he ido evolucionando poco a poco. Siempre digo que la carrera que estoy haciendo va pasito a pasito, pero son pasos firmes. Son pasos que se dan con mucho esfuerzo, pero con mucha seguridad. Y por supuesto, sin el entusiasmo y las ganas de mis fans, de la gente que está ahí desde el principio, apoyando y creyendo en mi música, nada de esto sería posible. Y sobre todo, por mi entorno. El entorno es el que a veces te da esas alas que tú misma te cortas sin querer. Porque este mundo es muy complicado, y cuando hay veces que dices, «tiro la toalla», los demás me aportan esa ilusión necesaria para seguir adelante y no derrumbarme.
Estás muy activas en las redes sociales, ¿te gusta mucho el contacto con el público?
Me encanta. Veo las redes sociales como ese espacio en el que podemos encontrarnos. Siempre digo que esa es la ventanita que nos hace ser vecinos en ese patio de luz que es la vida. Me gusta saber de los seguidores, que me digan qué canciones les gusta, cuáles no. Soy una persona que acepta muy bien las críticas, las constructivas. Aprendo de mis errores, y me gusta saborear eso también, el contacto con la gente. Es una de las cosas más bonitas que tiene esta profesión.
Veo que estás teniendo una agenda muy ajetreada desde la publicación del disco el 1 de abril, ¿cuáles son tus próximos compromisos?
Dar protagonismo a Caprichosa vida; cuanta más gente la conozca, mejor. Estoy a tope de promoción, preparando los directos con la banda, y deseando encontrarme con la gente en estos conciertos, y darle siempre lo mejor de mí.
He leído que vas a compartir escenario con India Martínez (8 de julio en Getafe), ¿tienes pensado cómo vas a enfocar el concierto y las canciones que vas a cantar?
Estamos ahora mismo preparando todos los directos y eligiendo repertorio. Y es complicado, porque aunque este disco va del tirón en los conciertos, hay temas del anterior que se han convertido como en un himno para la gente que me sigue, como ‘Tengo derecho’ o ‘Gracias’. Creo que es bonito llevar esas canciones, porque forman parte de mis inicios, y así lo ve la gente también.
¿Tu plan de trabajo te los estás marcando a corto plazo?
Pienso que si en este trabajo te marcas metas a muy corto plazo, no llegas a ningún sitio, porque es un escaparate muy difícil. Tienes que construirlo todo muy bien, como ya te he dicho, con pasos pequeños y firmes. Ese es mi objetivo, durar mucho en la música, hacer buenas canciones e intentar conseguir que cada vez seamos una familia más grande.
¿Qué público crees que es el que se acerca más a ti?
Es curioso, pero cuando hago los conciertos, cuando tengo ese contacto con la gente, me llega de todo tipo de edades. Desde un niño con 5 años, que empieza a tararear ‘Tengo derecho’, y te ríes con él, hasta personas de 65-70 años, a las que les emociona tu música. Entonces, me llena de satisfacción poder llegar a personas de tan corta edad y a otras con más trayectoria vital y experiencias, más maduras. Eso significa que mi trabajo gusta y que llega a muchos sitios. Y me encanta.
“Sin ti, sin tu condena, vuelvo a descubrir la luna llena…”, ¿’Cada beso arrepentido’ trata de un alegato a la libertad emocional de la mujer como tal?
Me gusta que hayas sacado ese significado de esa canción. Muchas veces perdemos el tiempo intentando dar oportunidad tras oportunidad, y se nos olvida valorarnos a nosotras mismas. Muchas veces las mujeres en el amor somos muy pesadas. Intentamos que todo salga bien, que sea el hombre de nuestras vidas… Pero mira, si no funciona, no funciona. Entonces, esa canción quiere decir eso, concedernos un tiempo para darnos cuenta de si esa persona merece, o no, la pena. Y si no, tira cada beso arrepentido, cada promesa que nos hicimos, porque hoy no tengo miedo a volar. Es lo que transmite esta canción.
En ‘Decido yo’ y ‘No debemos’, ambas compuestas por ti, se tocan la temática de la violencia de género. ¿Qué te ha impulsado a tratar un aspecto de la sociedad tan actual como duro?
Es un tema que me revuelve por dentro, me llena de rabia cuando veo esas noticias, casi a diario, y creo que era algo necesario que yo escribiera sobre esto. Es un tema con el que he tratado mucho, tanto en mi carrera de trabajadora social, estudiando cada proceso, cada situación, como en la musical, ya que hay muchas canciones que tratan sobre el maltrato. Pero aquí le doy otra perspectiva, porque es un canto a ellas, a las mujeres; no está centrado en el maltratador. Es un grito para decir «¡Basta ya!», y unir fuerzas, porque es una problemática de todos los que vivimos en esta sociedad.
¿Cómo estás viendo la aceptación de tu nuevo trabajo que está teniendo el público?
¡Brutal! Las sensaciones que estoy percibiendo están llenas de cariño. La gente tenía ganas de que Coraluna reapareciera con sus canciones y está acogiendo muy bien este disco. ¿Qué más puedo pedir? Esto es lo que pretende cada artista cuando se mete en esta aventura, que el público se sumerja en tu música y disfrute. Percibo muy buenas vibraciones. Me gusta que se comente que hay una evolución en mí, un cambio… Y por eso también he luchado y he trabajado, para que este disco fuese otro pasito más.
¿Cuáles son tus ilusiones con este nuevo disco?
Creo que con este disco van a pasar cosas muy bonitas. Estoy muy segura y satisfecha. Cuando te sientes así ante un trabajo con tanto esfuerzo y rodeándote de tan buenos profesionales, como David Santisteban, logras una gran seguridad. Estoy convencida de que pueden pasar cosas muy bonitas. Y de hecho, ya están pasando. Ese es mi objetivo, cumplir metas a largo plazo, siempre ilusionarme con cada cosa que me dé el público, con cada respuesta. Pero sobre todo, con poder seguir con esta historia y no cansarme nunca.