Todo comenzó con un grupo de amigos que se reunían para hacer música como forma de divertirse. Años después de esto, ese grupo se ha hecho más grande y se encuentra recorriendo la geografía española enseñando su trabajo por salas y festivales. Cuenta con un disco en el mercado, Monzón, y ya piensa en el siguiente. Musiqueando ha charlado con Álvaro Ayuso, uno de los integrantes de Club del Río, un grupo madrileño que poco a poco se va haciendo un hueco en el mundo de la música.
¿Quiénes sois Club de Río? ¿Cómo surge la idea de formar el grupo?
En Club del Río somos siete personas. La formación musical son tres guitarras, dos acústicas y una española, tres voces, normalmente cantamos todos a la vez, también hay perculatina, batería, bajo y piano. Esteban, que es el cantante principal, y yo llevamos tocando juntos de los 18 años; lo hacíamos en casa, tranquilamente. Así decidimos formar una banda más instrumental, llamada Mutea. Hacíamos electrónica y voces, y pensamos en meter a más gente, como Pichi, que es el guitarrista, la percusión… Hicimos la cosa más seria, llamamos a más colegas, y formamos la cacho banda Club del Río.
¿Y no es un poco complicado organizarse siendo tantas personas?
Es complicado, pero lo principal es que todos somos amigos desde jóvenes. Y quedábamos para hacer música sin ningún fin, a tocar en casa, vivimos varios juntos. Así no es muy complejo, porque ensayamos allí. Es una cosa llevadera.
¿De dónde viene este nombre tan particular?
Es curioso, porque Club del Río era como hacíamos llamar a nuestro grupo de amigos en plan coña. Íbamos a bañarnos al río y teníamos como unas medallas, “si te bañas en el río a 0 grados en Salamanca tienes la medalla Club del Río”. Al final le hemos robado el grupo a los amigos, que somos como veinte, para ponérselo a la banda. Tenemos una canción que surgió antes de llamarlo así, titulada Club del Río, y está en nuestro disco Monzón.
¿Cómo os decantasteis por el sonido folk? Porque es un género muy de moda, pero que a la hora de tratarlo es complejo…
El folclore es reunirse con gente y hacer música sin ningún fin, en casa, en el campo, en el parque… De ahí surge, de la necesidad de hacer música simple con una guitarra y una voz, e intentar hacer música española también, que tampoco hay tanta. Y si la hay, no como para transmitir las raíces de aquí… También nos influimos por muchas cosas de Sudamérica, por el folk americano, del que somos super fans, Neil Young, Bob Dylan, Johnny Cash… Nos vamos moviendo ahí.
¿A qué público os gustaría llegar en principio?
No tenemos ningún objetivo fijo. Yo creo que el grupo tiene mucha suerte porque es un poco para todos los públicos. Hemos hecho conciertos de día en alguna plaza, los niños están encantados, los adultos, los jóvenes también… Es una música para tener en casa y disfrutarlo. Y los conciertos… Los hacemos de noche en salas, de día en la calle… Intentamos mostrar varias vertientes del grupo.
A la hora de hacer un concierto, ¿cómo os organizáis? ¿Cómo decidís de qué manera se enfoca o qué canciones vais a tocar?
Lo vamos organizando en los ensayos anteriores, pero en principio, todo surge en el momento. Porque cuando tienes un público, tienes una conexión y se va creando algo, tampoco están muy predeterminados. Porque no es lo mismo llegar a una sala, en la que hay diez personas, que es todo más íntimo, que un festival como el Sonorama, donde te encuentras a miles de personas… Pretendemos ser nosotros mismos, pero sí, van surgiendo distintos clímax y ambientes.
¿Cómo es el público? ¿os sentís apoyados?
En Madrid tenemos a la familia, a los amigos… Al final se va creando parroquia. Pero luego cuando sales de Madrid te das cuenta que hay que moverse, hay que darle caña. Ahora estamos con la gira GPS, y hemos ido a Soria, a Galicia… Pero es complicado, hay que seguir y ser fuerte.
Cuando componéis vuestras canciones, ¿es cosa de uno solo o hay aportación de todo el grupo?
Esteban y yo desde el principio hicimos unas canciones, que después se han utilizado con el grupo. Pero siempre alguno de los siete ha aportado su granito de arena, y cada uno compone para su instrumento, es totalmente democrático el asunto. Lo que pasa es que Esteban se ocupa más de escribir las letras, y suele traer como un bocetillo al ensayo, y entre todos vamos dándole forma hasta tener una canción de banda. También tenemos canciones más desnudas, y de vez en cuando hacemos conciertos acústicos. Juan Serra, que es el batería, Estaban y yo, que somos las tres voces, a veces nos vamos por ahí, y hacemos un concierto más pequeño, más íntimo.
¿Cómo ha sido la experiencia de grabar Monzón?
¡Fantástica! Lo grabamos el verano pasado, pero salió en noviembre. Fue en Casadiós, en Madrid, con Juan de Dios, que es una persona magnífica. Y fue una experiencia increíble, poder grabar en un estudio bueno. Nosotros habíamos grabado la maqueta antes con Pablo Estrella, un productor joven amigo nuestro, quedó magnífica. Pero luego entramos en Volcán Música, nuestra discográfica, y nos dijo que teníamos que darle una vuelta al disco, nos presentó a Juan de Dios. Y ya hicimos el producto final que hemos lanzado, Monzón. Estamos bastante contentos. Ahora trabajamos en el segundo disco, estamos maquetando, y creo que el año que viene ya lo tendremos por aquí.
Has nombrado antes el Sonorama, ¿qué opinas personalmente sobre los festivales? ¿Crees que son un buen escenario para darte a conocer?
Creo que hay que tocar en todos lados. Nosotros hacemos música donde bien podamos. Aunque yo tengo más preferencia por un local pequeñito que por un festival. Aun así he estado encantado este verano en los festivales. Hemos tocado en Sonorama, en el Mercat de Música Viva de Vic, hace poco en Monkey Week en Cádiz, que la verdad fue brutal, las bandas no eran mucho de nuestro estilo, pero tuvimos buena acogida. La verdad es que los festivales son una buena alternativa a la poca venta de discos, al final es la manera de promocionarse y de conocer a otras bandas.
¿Hay alguno en particular en el que te gustaría participar?
Aquí en España hay buenos festivales, pero en realidad nuestro sueño sería salir fuera. En España nos quedan muchísimos por tocar, pero por soñar, me iría a tocar a México o a Argentina.
¿Crees que la música es un buen método para cambiar aspectos como la política o la sociedad? ¿Cómo de importante es la música en tu vida?
La música es super importante. Es un medio de comunicación para tratar temas sociales o protestar de cualquier manera. Ya se hace desde los 60. Nosotros en algunas canciones sí que queremos protestar o decir algo, pero en otras simplemente cantamos a la vida, al amor, a la amistad… Al final es un medio para transmitir tus sentimientos, como pintar o escribir.
También os hemos podido ver en los conciertos de Radio3, ¿qué tal la experiencia?
Eso fue magnífico. Yo estuve justo trabajando como becario en Radio3 en los conciertos, y nada, surgió la oportunidad… Tienen un equipo técnico brutal, y la verdad es que estamos muy contentos. Hemos ido varias veces también a la radio, con Ángel Carmona en ‘Hoy empieza todo’, en ‘Como lo oyes’, con Santi Alcanda… Siempre nos han tratado fenomenal. Es la radio que siempre suelo escuchar en el coche y me encanta. Mi programa favorito es ‘Discópolis’ de José Miguel, a las 2.
¿Cuáles son vuestros planes a parte de la gira GPS y el disco?
Nuestros próximos conciertos son el 20 de noviembre en Santander, y luego nos vamos a Toledo el 28, si no recuerdo mal. Y luego en diciembre, a seguir trabajando en el nuevo disco para sacar un boceto final para ponernos luego a grabar. Haremos un paroncito de conciertos, aunque en Madrid seguiremos tocando. Y por ahora este es el objetivo. El año que viene iremos a más festivales, a hacer más conciertos, a mover nuestra música para que la escuche más gente.
¿Es complicado compaginar todos esos conciertos con vuestra vida privada, vuestro trabajo, los estudios…?
Es complicado, pero siempre intentamos que el poco tiempo libre que tengamos sea para hacer música. Por ejemplo, un viernes en vez de irnos de copas, nos vamos a ensayar, y nos lo pasamos incluso mejor que en un bar. Creo que todos disfrutamos un montón, pero siempre está el típico que se va con la novia y te deja tirado, el que está con un examen o el que tiene trabajo, pero se compagina perfectamente.
Fotografías: Patricia del Zapatero.