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Musiqueando con…Capitán Cobarde

Poradmin

Dic 20, 2015

La clave está en la pasión y el amor por la música, los que lleva demostrando Albertucho durante sus ya diez años de carrera. El ahora Capitán Cobarde deja claro que cosas como el cambio de nombre y estilo son secundarias cuando lo que se hace es de verdad y lo único ante lo que se responde es el instinto, sobre todo al más primitivo de todos: el que busca ser feliz con lo que haces todos los días. Con motivo de su concierto el pasado viernes en la sala Custom tuvimos la oportunidad de hablar con él sobre bluegrass, su último disco y la gira en la que está embarcado.

Antes que nada preguntarte, una vez publicado, ¿cómo ha recibido la gente el disco, tanto crítica como público?

Pues muy bien, muy bien. Aunque sea algo distinto y haya tirado más por el rollo americano, lo haya producido de manera totalmente distinta… pero al fin y al cabo siguen siendo canciones. Yo en todos los discos que llevo nunca he hecho lo mismo, me he ido orientando siempre por lo que escuchaba, por la influencia más inmediata y lo que me ponía los pelos de punta. Por eso siempre he ido tirando por un lado o por otro. El que me escucha sabe que yo me muevo por impulso y ahora lo que me gusta y en lo que estoy metido un poco más es en la americana, en el bluegrass, el ragtime, el oldtime… La verdad es que lo han recibido bien. Siguen siendo canciones y melodías, y lo importante es que les guste.

Como tú dices siempre has tenido una evolución constante, en Palabras del Capitán Cobarde por ejemplo ya empezó a haber más folk americano

Claro, que tampoco es algo tan radical, yo siempre he ido moviéndome.

Y aunque haya sido una evolución constante, ¿cómo ha recibido tu círculo más cercano este cambio un poco más fuerte?¿tienes a alguien que te dijese “no sé si va a funcionar esto”?

Hombre, cuando yo llego y digo “oye, que me quiero cambiar el nombre” evidentemente la reacción de gente que trabaja conmigo, todo el rollo de manager y tal, es de “¿que te vas a cambiar el nombre, compadre, después de diez años?”. Pero no sé, hay que arriesgar y hay que sentir las cosas. Hay que subirse al escenario por derecho y eso son cosas que te pide el cuerpo. Hay que lavarse la cara, renovarse y seguir teniendo la misma ilusión que cuando salió mi primer disco con diecisiete años. Evidentemente hay algunas decisiones que tomo con las que se ponen las manos en la cabeza y otras no tanto. Pero la gente que me rodea, tanto amigos como de profesión, siempre me respeta y me dice “tú sabrás lo que haces”. Siempre es arriesgado todo este tipo de cosas, pero si uno se dedica a hacer siempre lo mismo por miedo y por historias me parece que entonces no tiene mucho que ver con la música, sino con otro tipo de trabajos.

Acerca del nombre, ¿Capitán Cobarde es una especie de personaje que te creas al subir al escenario o es simplemente Albertucho con otro nombre y otro estilo?

El Capitán Cobarde es un personaje, del que habla la canción que compuse, gamberro, cobardica y deslenguado y que no se siente parte de nada ni de nadie, pero aparte de eso es mi idioma presente. Capitán Cobarde es mi yo de ahora. En el pasado he sacado muchos discos y tal pero esto es lo que representa lo que yo soy ahora mismo y cómo sueno ahora.

Hablando del estilo en particular, tú le dices a alguien música acústica o folk y siempre piensa en un género como más blanduzco, pero con el bluegrass por ejemplo no pasa esto, ¿no?

Que va, de hecho tengo canciones a las que he cambiado totalmente la dinámica, que antes tenían unas guitarras eléctricas super incisivas y ahora mismo siendo acústicas son el doble de cañeras. Sobre todo en el directo te das cuenta de que evidentemente el rock and roll es una actitud. Hace poco tocamos en la Rock City de Valencia e hicieron una crónica y precisamente dijeron una cosa que a mí me encantó que fue: “que los entendidos etiqueten como quieran este concierto o esta música, yo lo que he vivido ha sido rock and roll”. Y es eso, solo que con un banjo, una mandolina, un violín…

Que es incluso más difícil

Claro, es otro rollo, es una cuestión de dinámica. Se logra a base de silencios, de atmósferas, de todos a una de repente… Es una música más complicada pero muy agradecida cuando sale bien.

Tom Waits decía algo así como que solo había una cosa que odiara más que el bluegrass y era el bluegrass mal tocado, ¿no?

No no, decía: “hay una cosa peor que alguien que toque el banjo y es alguien que toque bien el banjo”, o algo así (risas). Es decir, alguien que toque bien el banjo es peor. Después fíjate, él es un amante de todo eso. Pero él es un superhéroe, eso es otro rollo. En la cabeza de Tom Waits hay dragones y todo tipo de historias. Yo es un tipo al que admiro y para mí ha sido una referencia total. De hecho yo el primer banjo que me compré, que fue un banjo tenor, fue por el tema Chocolate Jesus. Me flipó ese sonido cutrón y latoso haciendo un blues. Me gustó mucho y acabé comprándome el banjo.

A priori parecía que al nuevo folk, al country alternativo, al bluegrass y todo eso le costaba más adaptarse al español

Sí, hay poca cosa, pero lo que hay está bastante bien.

Parece que la escena española en ese sentido ahora se está abriendo más, estáis tú, están La MODA…

Supongo que es cuestión de tiempo. Somos un país que siempre ha ido un pasito por detrás en todo y en toda la historia. Aquí llegaron los hippies en los setentas, cuando allí prácticamente ni había (risas). Es normal, aquí llegan las cosas y las influencias, la gente las digiere y después quienes hacen canciones empiezan a plasmar su prisma, su manera de ver sus influencias, pero siempre un poquito después que en otros países. Pero es cuestión de tiempo. Yo como estoy de gira continua me ha dado tiempo a descubrir que en casi todos sitios hay grupos de bluegrass, de new folk, etc, En Extremadura hay una gente que se llaman The Garden Band, en el País Vasco hay unos pocos también que son buenísimos… Muchos lo hacen en inglés y está de puta madre. Yo es que soy muy malo para los nombres pero los tengo ahí en Spotify. Pero sí, van saliendo cositas, lo que pasa es que están un poquito en el underground. Así rollo comercial, rollo Lumineers y eso todavía aquí no ha salido nada. No hay nada que explote haciendo folk.

Y mira que La MODA, por ejemplo, pueden ser los que están más cerca por aquí de los Lumineers

Claro, La MODA es un grupo súper potente, que está en todos los festivales y tal pero tampoco se mueven dentro del ámbito comercial. Por ahora ellos son muy fieles y hacen las cosas a su manera.

¿Qué balance haces tú de estos diez años, hay algo de lo que te arrepientas, algo que te gustaría haber hecho…?

Bueno, yo me he dejado llevar, por lo tanto tampoco he sido especialmente pesado en nada ni he perseguido ninguna meta. Por eso hay cosas en las que he acertado y hay cosas en las que me he equivocado, pero realmente la trayectoria ha sido natural. He pasado por muchas compañías, he pasado por todo tipo de plataformas, he tenido todo tipo de músicos… y me he dejado llevar inconscientemente buscando lo que estoy haciendo ahora, que es como más contento estoy. Seguramente me habré equivocado pero tampoco es malo equivocarse, forma parte del camino.

Ahora hablando del último disco, en él están todas tus canciones clásicas pero versionadas digamos y también hay algún tema nuevo, ¿hace eso que sea algo más que un simple disco en directo?

Mi intención era que este fuera el primer disco de Capitán Cobarde, del proyecto Capitán Cobarde como banda de folk, bluegrass y tal. Entonces la cosa era aprovechar la coyuntura de celebrar que llevaba ya diez años cantando para que se viniera mi gente y presentarles este proyecto. El día que grabé el concierto no paré de decir continuamente que esto era Capitán Cobarde, aunque les había llamado diciendo que era Albertucho (risas). Nada más lejos de la realidad, esto es un nuevo proyecto y yo me he querido llevar a mi gente conmigo a mi barco y que todos disfrutemos de la música y de todos estos años, que tampoco hay que olvidar ni renegar de nada. La vida sigue, solo que con otros nombres y otras historias.

Te iba a hablar de la banda, cuando te pasas a este estilo ¿a quién decides llamar?¿amigos tuyos, gente que sabes que son buenas…?

Al principio uno va tanteando, ya que esto es música muy específica. Es decir, cuando uno hace una banda de guitarra, bajo y batería hay millones de músicos que tocan de puta madre y que están muy cerca. Pero cuando empiezas a buscar un banjista que toque bien, que como hemos dicho es peor que un banjista que toque mal (risas), es donde entra la dificultad. ¿A quién coño llamas?¿quién toca el banjo aquí? He tenido la suerte de tener en el disco a Freddie Marwan, que es uno de los mejores banjistas de España, y ahora a Ramón, de aquí de Sevilla, que toca en Surrounders y es también uno de los mejores. Uno tiene que mirar músicos muy específicos. Ahora llevo a Félix también, que toca con Kiko Veneno y es un tio multi instrumentista, lo mismo te toca la acústica, que el violín, que la mandolina… y te da una gama de sonidos para el directo muy buena. Por eso te digo que no es lo mismo, es mucho más complicado y he tenido que ir recolectando gente. Sobre todo porque he montado la banda en Sevilla. El concierto está grabado con gente de Madrid porque lo preparé allí, pero yo soy sevillano, vivo en Sevilla y quería que la banda fuera de aquí. Y nada he ido buscando músicos y he acabado con una banda de puta madre.

Aparte de los que ya me has dicho, ¿quién forma parte de la banda de Capitán Cobarde ahora mismo?

Aparte de Ramón de los Surrounders y de Félix Roquero, que toca guitarra, violín y mandolina, llevo a Javi, contrabajo también de los Surrounders, y Richi a la batería. Conmigo somos cinco, creo que no se me olvida nadie.

En cuanto a las colaboraciones del disco, ¿cómo surgen?

Surgen por conocer a la gente, yo no he ido buscando a nadie que no conociera. Algunas han sido por casualidades, como La MODA que los conocí hace un par de años en Burgos, y otras como Kutxi, que lo conozco desde chico, o Lichis, que lo conozco también desde hace mucho tiempo. Tarque fue porque lo conocí en un bolo, estuvimos hablando de Tom Waits de hecho y precisamente le dije: “pues yo tengo un tema en el disco que es muy rollo Tom Waits, te va a gustar…” y me dijo que se lo mandara y me llamo diciéndome que estaba de puta madre y entonces lo grabó. Es decir que han sido gente que he ido conociendo por el camino.

De por ejemplo “El marinero”, con La MODA, ¿qué nos puedes contar?

Pues ya te digo, yo los conocí en Burgos. Vi un cartel suyo en una sala y dije “mira esta gente con los banjos y estas cosas”. Le dije al dueño de la sala “esta gente me tienen que gustar a mí…” y pegué un telefonazo y vino Joselito, el del acordeón, con el disco y me lo dio y tal y cual. Ahí les conocí y desde entonces hemos coincidido en festivales, tocando muchas veces durante dos o tres años. El marinero era un tema que yo tenía muy del rollo ese new folk y pensé que La MODA tenían que quedar guay ahí.

Por otro lado, la versión de I’ve Just Seen A Face, ¿cómo se te ocurre?¿y el adaptarla al español?

Bueno, los Beatles es que a mí me gustan desde chico. El adaptarla al español es porque tengo muy poca vergüenza (risas). Pero sí, a mí siempre me han gustado muchísimo y es un tema que siempre me ha llamado mucho la atención. El álbum Help! es uno de los que a mí más me gustan, no sé por qué pero tiene temas buenísimos, tiene un rollo que te cagas para mi gusto. Me gustan todos, evidentemente me gusta el Revolver por ejemplo, que es espectacular, pero ese disco tiene algo. No sé, la melodía, el rollo de que es uno de los pocos temas de los Beatles que usan las escobillas en plan americano y bluegrassero… dije este es mi tema. Y le hice la adaptación a castellano porque dije “¿que me voy a poner a cantar en inglés?”. Como decía Lola Flores: “ni que Dios lo permita”. (risas)

Lo de adaptar al español antes se hacía más, ¿no? Silvio por ejemplo lo adaptaba todo

Bueno claro, Silvio no hacía falta ni que lo adaptara (risas). Le dabas dos notas y te cantaba lo que le diera la gana. Pero sí, hay tantos temas que se han adaptado… Mira el Rezaré, por ejemplo. Supongo que no se hace tanto por respeto, pero hay gente que no tenemos respeto por nada (risas).

¿Cómo ves la posibilidad de un nuevo disco de estudio? ¿Tienes nuevas canciones?

Canciones tengo muchas, pero lo que necesito es trabajar mucho este disco, hacer mucha gira y hacer todas las cosas que tenga que hacer y ya después meterme en el estudio. Es lo que quiero. No sé cómo lo voy a hacer, ni con quién, ni si compañía, si crowdfunding… no tengo ni puta idea. Pero lo que sí tengo son las canciones, que tengo muchas y estoy deseando ponerme a ello. Va a ser un disco también muy new folk, bluegrass… esto que estoy haciendo lo voy a seguir haciendo. Con mucha caña y mucho espíritu rockero siempre. Es lo que tengo en la cabeza. Espero que no me dé por hacer jotas aragonesas ni nada de eso de aquí a que saque el disco (risas)

Pasando al directo, en marzo estuviste aquí también pero en solitario, ¿qué prefieres tú, con banda o en acústico?

Cada concierto tiene su magia. Yo solo en la Malandar la verdad es que fue mortal. La gente se volcó, ni se me escuchaba a mí, solo a la gente cantando. Eso fue una magia muy especial. Yo me puse el bombo y la pandereta y me llevé mi piano y mi ukelele y fui haciendo un concierto variado, cada canción con un instrumento, explicando un poquito la historia de cada una… Con la banda por otro lado estás muy bien arropado. Las dos cosas son muy bonitas. Depende del sitio también, del estado de ánimo del público… Son conciertos distintos, pero no puedo decir que ninguno sea mejor que otro, cada uno tiene sus virtudes.

Hablando del concierto con banda, ¿qué vamos a poder ver en esta nueva gira?

Pues lo que represento es el disco, pero también le hemos dado una vuelta de tuerca más a algunos temas, porque al ser otra banda de repente las cosas suenan de otra manera. Respetando mucho el sonido del disco, respetando el bluegrass y lo que hago ahora, pero sí que es verdad que un poco versionado. Descuida, por ejemplo, está de otra manera. Después presento también muchos temas nuevos. La versión de los Beatles también caerá. En definitiva este disco pero con muchas sorpresitas, partes instrumentales, partes en las que me quedo yo solo con el piano… Es un concierto muy variado, ya te digo, de repente estamos aquí arriba como que estamos más relajados. La calma, la tensión, la furia…son idas y venidas en el bolo. El bluegrass y todo esto es dinámica, y eso yo lo intento respetar mucho.

Ya por último, ¿hay algo que le quieras decir a los lectores de Musiqueando?

Pues nada, que disfruten mucho de la música. Es difícil encontrar a gente que se preocupe por la música, por lo menos de corazón. No digo de calidad o no sino de corazón, me refiero a la música que ha salido de la calle, la que ha salido de gente que hace canciones sin más. En Andalucía tenemos la desgracia de tener una radio fórmula patética y de tener unos medios que no apoyan a los artistas, sino solo la música ultra comercial. Porque ya no es comercial, es ultra, todo del rollo flamenquito reggaetón y todo esto. A mí me tiene muy quemado. Los que de verdad deberían enseñar a los chavales a escuchar música y a culturizar de que existe una tradición de rock en Andalucía se dedican nada más que a poner payasadas y además son a los que nosotros pagamos, porque eso es público. Pero por lo menos hay gente como vosotros que tiene la iniciativa de decir “oye, vamos a hablar de la música en condiciones”. Así que también felicidades por tener la integridad y el corazón para interesarse por este tipo de cosas.

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