Vivimos tiempos de mucha gilipollez y dan mucho juego para la crítica: Bravo LaHoz presenta su síndrome de adivino y nos deja esta interesantísima entrevista.
Síndrome de adivino es el anticipo del segundo álbum de Bravo LaHoz pero a la vez es una ya una realidad palpable que se sufre en nuestra sociedad y redes sociales ¿no?
En realidad como ya me pasó con “el gilipollas” es una canción autobiográfica que acabé por generalizar, describía momentos en que la inseguridad y el fatalismo irracional me empujaba muchas veces ha hacer predicciones sobre todo tipo de cuestiones a lo largo de mi vida; y acabé por auto diagnosticarme este síndrome que seguramente no existe o, si lo hay, tendrá un nombre más técnico; pero tiene que haberlo, porque veo que está extendidísimo. Y ahora están además los adivinos de las redes, cuando buscaba imágenes para el video me fui encontrado algunos, son muy distintos a los frikis que veíamos en tv a las 2 de la mañana, buscando ingresos por llamadas telefónicas de incautos o aburridos en directo, pero tan sabios o más, estos nuevos oráculos tienen otro ámbito de conocimiento, en vez de la salud del oyente o sí la niña acabará la carrera, te pronostican quién ganará el mundial de futbol, le ponen fecha al colapso general de la economía (que viene cada tres meses desde que empezó lo del Covid), cómo empezara la tercera guerra mundial… van a por la cosas grandes (como sus egos) dicen que son economistas, politólogos, “expertos” en geopolítica, pseudo-periodistas, y la más baja de las raleas: creadores de contenido, conocedores la verdad, para ellos todos los demás somos unos borregos ignorantes si no atendemos a sus vaticinios; y al final solo quieren dinero; se validan a sí mismos porque uno de sus augurios fue acertado, claro, tiran tantas veces que alguna vez tienen que acertar. Algunos de estos profetas son simplemente imbéciles y desequilibrados que se creen sus desvaríos, pero los hay peores: los timadores sensacionalistas que buscan visitas a sus perfiles de las redes sociales con títulos escandalosos “el fin del euro”, “la peor tormenta de la historia” “se avecina un crack energético”… Pero aún peores son los que les escuchan, y peores que los peores: los que luego reproducen las idioteces como dogma de fe encumbrando a los iluminados.
– Y videoclip y mensaje aquí van de la mano.
En el video aparecen personajes delirantes que hacían predicciones casi siempre catastróficas, pero tienen una imagen fuerte y por eso los he usado, aunque alguno sea de dudosa ética. Son personajes algo ridículos pero muy visuales, en el caso de Manson, la coreografía va perfecta con la canción y no costó nada sincronizarla. Podría haber usado a otros, de esos de las plataformas de video on-line, pero tienen una imagen muy floja, no dicen nada ni desde el punto de vista visual, aún para eso son mediocres.
– Y sobre ese segundo disco, ¿podemos desvelar título, fecha de lanzamiento?
Le queda muy poco, el día 9 de marzo ya está disponible. Y el título es bien sencillo Bravo LaHoz 2, fácil de recordar.
– Escuchado Síndrome de adivino y dado el carácter versátil del artista, ¿podemos esperar un disco heterogéneo en estilo o todo lo contrario?
Lo es, es heterogéneo igual que lo fue el primero, la diferencia es que en este caso parte de una línea argumental (casi podría decir conceptual), hasta el orden de las canciones lo tenía decidido desde el principio. El resultado es también es muy diverso, tiene mezclas de sonidos y estilos que lo mismo pueden ser un poco desconcertantes a veces y en la instrumentación, vuelvo a complementar lo acústico con lo electrónico ya que me gustaron los resultados en el disco anterior. Pero también hay cosas más convencionales. Para mí, lo importante es el discurso y el sonido tiene que envolverlo para enfatizar lo que quiero transmitir, por eso son canciones tan diferentes, cada una se cuenta desde un estado de ánimo diferente, como varias personas contando su versión de una misma historia dando lugar a una personalidad compleja, o algo así, no sé si se entiende esto, bueno, que sí, que es muy variado.
– ¿Podemos esperar un disco contemporáneo con letras inspiradas en el momento actual?
Aunque las ideas con las que construí los textos son muy “antiguas” (salen de diarios de hace más de 20 años) y muy autobiográficas; las he ido adaptando para que estén más cerca de la actualidad, y de paso aprovechar para pasar lista de algunas de las idioteces que hoy nos rodean como todo eso de la deconstrucción, la cancelación, la comercialización de experiencias, la adicción a las redes sociales. Vivimos tiempos de mucha gilipollez y dan mucho juego para la crítica, y no hay que desaprovechar las oportunidades, pero lo hago de una forma sutil. No quiero tampoco dar lecciones de moralidad a nadie.
– ¿Habrá gira de presentación?
No es muy fácil verme en directo, es que no doy conciertos, solo en ocasiones muy concretas. No sé aún como encajar muy bien lo que hago en un formato que pueda resultar atractivo, porque uno da conciertos para que vaya la gente. Pero tampoco me motiva demasiado, los conciertos se han convertido en un evento social, es más importante el hecho de estar que lo que realmente ocurre y no me gustaría participar en eso. Además nadie escucha ni a los que tienen un público, a los desconocidos imagínate. No veo yo que encaje en todo esto de la cultura de las “experiencias” y los móviles dando la paliza todo el rato, no sé, me cansa pensarlo. Por eso solo en ocasiones especiales.
– ¿Cómo definirías un concierto de Bravo LaHoz? ¿Tienes diferentes formatos?
Pronto voy a dar uno, en Fuenlabrada, donde podría ser mejor, ya que todas las canciones del disco tienen origen en textos que escribí cuando vivía allí. Será una cosa muy sencillita en un espacio muy agradable con el público sentado y formato guitarra, voz y buena compañía…Siendo así, como me voy a negar.
– Y tirando un poco de ese Síndrome de adivino, ¿qué esperas de este segundo trabajo?
Pues como también soy un adivinillo te puedo decir que no estará en las listas de lo mejor del año 2023 ni se venderán 50000 copias (si es que alguien las vende ya), pero con que tenga la acogida del anterior me sobra; varios medios lo reseñaron, y eso para un desconocido es una gran recompensa. Ya sé que no es una propuesta comercial en lo estético, tampoco hago propaganda del discurso cultural hegemónico y estoy un poco pasado de moda, y aun así hay quien valora propuestas que se salgan de lo dominante y dais apoyo a proyectos independientes, se agradece muchísimo, nos dais un poco de vidilla, y más aun a los que vivimos en el ostracismo del “underground”. De todas formas el haber podido sacar adelante una nueva entrega ya es bastante satisfacción porque la autogestión permite tener todo el control sobre la obra, pero requiere un gran esfuerzo y es una ruina. Al final lo que uno quiere cuando hace estas cosas es que la gente lo escuche y que llegue el mensaje (desahogarse un poco) y si a alguien le gusta, pues mucho mejor.