Musiqueando se ha acercado a la nueva experiencia que de manera conjunta viven dos artistas que saben de correr riesgos en la música. Para ellos, cuando se habla de esta faceta artística se hace sobre comunicación, innovación, vida, emociones… Varios aspectos dispares de los que se nutren para acercarse a un público que sabe qué puede recibir de ambos. En esta ocasión van de la mano. Recorren un camino que esperan sea exitoso. Al menos, los ingredientes lo han puesto con mucho mimo y pasión.
Ambos venís de sonidos totalmente distintos, Ed is Dead (rock, reggae y electro) y Ariadna (flamenco y jazz), ¿cómo surge esta unión musical?
Ariadna: Esto surge de una búsqueda que tenía. Empezó siendo mía, al final ha sido de los dos. Yo tenía temas escritos y había hecho un disco con producción electrónica. Y en un festival, después de haber escuchado a mucha gente, me hablaron de él, lo vi actuar, y le dije «venga, vamos a hacer una canción. A ver qué tal…». Empezamos con una canción, y mira, terminamos con doce.
A la hora de crear vuestra mezcla musical, ¿cómo surge?
Ariadna: Al principio fue con temas que tenía yo, hechas para piano. Yo quería que él empezara haciendo la producción, y después desde las canciones, que eran larguísimas, íbamos cogiendo los trocitos que quedaban mejor, arreglando, quitando. Posteriormente, íbamos añadiendo las colaboraciones, y ya cuando llevábamos más semanas trabajando juntos, decíamos «pues haz tú el principio, y voy a componer yo encima, a ver qué se me ocurre». Al final ha sido un poco así.
Contáis con la colaboración de artistas como Zara McFarlane, Nach, La Tremendita u Odille Lima, ¿por qué estos nombres?
Ed: Muchas han sido porque en algún momento nos hemos encontrado con gente durante tu carrera que te flipan mucho, por ejemplo Odille es como mi padawan. Y ella había coincidido con Nach grabando unos programas de televisión. Entonces es como reunir a gente que aporte algo al proyecto, y que sea a lo más alto que puedas llegar. Muchas veces mandamos el tema en una guía, y cuando te devuelven las pistas, como en el caso de Zara o de Covey, es como «¡Venga ya!». Supera lo mejor que tú te podrías imaginar, es muy guay…
Aparte de la música que creáis juntos, quizás lo más llamativo del disco es el título, [MJU:ZIK], ¿cómo surge?
Ariadna: Surge porque soy un desastre para los títulos, no se me dan bien. Y pensé en llamarlo «Music», sin más. Pero me dijeron, «hombre, Ariadna, cúrratelo un poco» (risas). La historia fue que pasamos por una tienda de bicis, y era una marca que estaba escrita de forma fonética.
Ed: Que también tiene sentido, porque nuestro álbum lo importante de la m-ú-s-i-c-a. Por lo que darle importancia al sonido estaba bien. Pero la historia real es esa, la de vamos a currárnoslo un poco más.
Tú misma has dicho en unas declaraciones que «hasta lo más sencillo, si lo miras bien, tiene su complejidad». Así a priori, la producción de este disco, sencilla no ha tenido que ser…
Ed: Lo más difícil ha sido quitar. Porque a lo mejor Ari traía muchas piezas escritas para piano, y a veces eran 7 minutos de ella partiendo el piano. Estaba guay, pero esto tiene su tiempo. También hemos grabado jaleo, palmas, contrabajos, batería, percusiones… Entonces nos juntábamos y teníamos muchas pistas, y necesito menos es más. Necesito que la gente lo entienda, que sea una canción, que tenga sentimientos, por lo que lo más difícil es quitar. Poner es fácil, lo complicado es decidir con qué te quedas, cuáles son las mejores. Nos poníamos los dos en el estudio y había veces que eran más fáciles que otras. Creo que es un equilibrio entre virtuosismo y sentimiento. Que no sea sólo porque es bonito, sino que te transmita algo, y es lo que hemos buscado todo el rato.
¿Cómo está siendo la acogida del disco por parte del público?
Ed: Yo tenía un poco de miedo, porque no sabía cómo iba a reaccionar la gente. Yo vengo del lado de la electrónica, y no sabía cómo iba a reaccionar mi público. Por ahora está siendo guay. Habrá gente a la que no le guste, pero está yendo todo muy bien, en Spotify llevábamos 150.000 plays el otro día. No soy muy positivo siempre, pero te hace ver un poco de esperanza. También es verdad que la música de más calidad, por así decirlo, no tiene su sitio. Nos están poniendo en mogollón de radios y de sitios, el otro día tocamos al lado de Vetusta Morla y La Habitación Roja. A veces es como que tenemos más prejuicios; simplemente poner la música y dejar que suene.
En el caso de este tipo de música más experimental, para la gente es como si por no tener letras le costara más asimilarla, o que porque no tiene letra es menos importante…
Ariadna: Les gusta a gente muy diferente. Antes de sacarlo se lo poníamos a varias personas, que no tuvieran mucho que ver, a modo de prueba, estaba desde uno que no había escuchado pop, un colega suyo que no sabe qué es un do sostenido, a una abuela o a un teenager de mi barrio. Con esto veías que le gustaba a la gente o qué canción llegaba más. Y luego descubres a que gente de culturas o formas de ser distintas también le gusta.
Es muy meritorio, porque conseguir esto es muy complicado.
Ed: Si lo hubiéramos intentado hacer queriendo, no nos sale. La única opción es hacer lo que te dé la gana, pero siendo honesto, «mira yo estoy lo intento transmitir de tal manera», y al final ha salido guay.
¿Cuáles son vuestros planes de futuro en este momento?
Ariadna: De momento estoy hay que girarlo.
Ed: El disco salió hace un mes, y hay que darle vida.
Ariadna: Ahora nos vamos por Europa, es lo más inmediato. Y a partir de ahí ya veremos.
¿Y os gustaría volver a repetir experiencia?
Ariadna: Yo sí quiero grabar más canciones. Aunque no volveríamos a hacer el mismo disco porque no pensamos igual, ahora haríamos otra cosa. Ha sido como un proceso.
¿Qué es la música para vosotros?
Ed: Para mí es todo. Es mi vida. No es en plan místico, sino en plan; «si no hago música estoy jodid*, estoy mal, no soy feliz». Necesito hacer música no sólo porque me gusta, sino porque es mi forma de ser feliz.
Ariadna: Para mí es como una parte de necesidad, casi biológica. Y por otro lado es como darle al mundo lo mejor de mí, es como una comunicación. Pero no de dejar algo para la humanidad, sino como de sacar tu energía.
¿Tenéis alguna rutina a la hora de componer? Porque todo el mundo al que hemos entrevistado nos ha contado diferentes cosas al respecto. Unos nos dicen, «yo compongo cuando estoy triste» o «no, yo me inspiro mejor cuando estoy feliz…»
Ed: Creo que cuando estás triste tiendes a mirarte más para dentro, tienes un apartado mayor de introspección. Ha habido determinados momentos de mi vida en los que me ha ayudado. Yo soy nocturno, cuando más rentable me sale el tiempo a la hora de componer es por la noche. Durante el día, con internet, el móvil… me cuesta más concentrarme. Y por la noche estás tú solo con el piano, la guitarra. Tengo el móvil lleno de notas absurdas, que luego son indescifrables, o de ideas que ves en conciertos y te molan, y lo grabas.
Ariadna: Siempre necesito una idea, tengo que tener algo que me motive. Puede ser cualquier cosa, hasta el sonido del ascensor. A mí me inspira la energía, y que luego no tiene nada que ver con lo que hago. Pero sí necesito un estímulo. Cuando estás más triste, haces cosas más tristes. Una vez tuve una etapa un poco oscura, lo dije una vez y el mundo del flamenco se me echó encima, el flamenco tiene una parte muy dramática, y eso es así. Hay palos que son más alegres, de fiesta, pero aun así los acordes son oscuros de sonido. Y esto era lo que yo quería decir. Ahora estoy en una etapa más alegre, y me sale otra música. Hay momentos para todo.
Fotografías: Patricia del Zapatero / oficial.