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Monkey Week 2017: Cualquier hora es buena para.

Poradmin

Oct 15, 2017

Monkey Week 2017 ha cumplido un año más con lo que se espera de esta cita que con tantas ganas (y un poquito de ansia) esperamos sus eclécticos y declarados fan del mono. Una edición que confirma Sevilla para dejar atrás el debate del cambio de ciudad (contentados los nostálgicos con lo que fue un maravilloso Monkey Weekend) y para ir puliendo ciertas mejoras y, no nos dejemos atrás lo más importante, escuchar mucha y buena música.

 

Mis crónicas solían ser una sucesión con orden temporal de lo que mi ruta me iba deparando. Este año no será así. Monkey Week es ese festival en el que puedes escuchar música desde bien temprano por la mañana hasta altas horas de la madrugada porque cualquier hora es buena para estar en el Monkey Week. La luz del Espacio Santa Clara va cambiando según avanza el día y la torre don Fadrique supone un fondo realmente hermoso para ver conciertos allí. Cualquier hora es buena. Y además es otro acierto que los espacios novedosos (pista de coches locos de Happy Place o la Casa Palacio) convivan con las salas de la ciudad donde la programación musical es constante durante todo el año configúrándose así un circuito diverso y con espacios diferenciados.

 

Pero hablemos de música. En el cartel infinidad de bandas desconocidas y una variedad de estilos que enriquece al Festival. Entre unos y otros vamos señalando nombres para no perdernos recomendaciones. Fruto de ellas y en otras casos de la propia casualidad y/curiosidad este año descubrí a Amanitas, un grupo de chilenas que presentan voz principal desde la batería sonando dulce y fuerte a la vez. Melodías pop con toques electrónicos y suavidad de guitarras fueron su principal carta de presentación. Las gallegas Bala ponían desgarro y punk contra propuestas más sutiles, y de vuelta al uso de la electrónica con Gastmans & Morgan. El público general tenía en su agenda a grupos más reconocibles. Cala Vento atrajo a muchos de nosotros y dieron un concierto muy sólido sin desilusionar a quiénes ven en ellos a unos d elos grupos con más proyección en corto espacio. También el escenario principal en la Alameda consiguió en su programación que propuestas locales con reccorido como All la Glory y Quentin Gas y Los Zíngaros se dieran un baño de masas merecido y adquiriendo por derecho propio un status de bandas importantes, de referentes en una ciudad ávida de estilos, de ideosincrasia que elegante en los primeros y temperamental en los segundos conviven en esta Sevilla versatil.

 

El cartel de este año daba cabida al trap. Este género que cada vez goza de más adeptos especialmente entre la juventud tuvo en el Teatro Alameda (mucho mejor situado geográficamente que el central) una noche en la que Nahty Peluso. Ms Niña o Princess Nokia nos daban un máster avanzado de este estilo musical que se ampara en letras descaradas y ritmo cercano al propio regaetón. De los grupos que ya conocíamos The Wheels dejaban a más de uno preguntándose qué le falta a lapsicodelia pop de estos mallorquines para dar un paso más y se le reconozca la calidad enorme de la banda. También teníamos ganas de repetir el fenómenos Robbie and Seth que hace dos años hicieron suyo el espirítu del mono saliendo a la calle con sus guitarras tras finalizar su divertido concierto de melodías surferas. Sin ese factor sorpresa el show sigue funcionando a buen nivel aunque si queríamos encontrar sorpresas probablemente ese sitio se lo ganaron por derecho propio The Teutonics. Los californianos con su actitud punk, un frontman imprevisible (igual se tiraba una cerveza por la cabeza que se subía a la espalda del guitarra) y unas canciones dinámicas y también con sabor a surf, acaparaban los comentarios de quiénesdisfrutamos de su loco show.

Y más. Cualquier hora es buena para un concierto de Juno & Darrel pero personalmente fue como un despertar suave, con soul, en una de las mañanas de festival, cualquier hora es buena para descubrir un grupo como el último Vecino, decidamente ochentero en apariencia y temática o poner paz y equilibrio a todos los sentidos con el folk luminoso de Marem Ladson. 

MON17

 

Y si quedaba algún estilo por reconocer allí estaba Raúl Rodríguez con su son aflamencado, la fusión electro flamenca que los Voluble idearon con las proyecciones de Rocío Márquez o el espectáculo con la cumbia, sí, la cumbia, que Esteban y Manuel nos acercaron con conga y manteo del guitarrista incluídos en la fiesta tropical que nos regalaron.

 

Y pasaron muchas cosas más. Y a cualquier hora. Porque cualquier hora es buena si estás dentro del Monkey Week.

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