Ya ha empezado el Monkey Week. Tras el traslado a Sevilla de un evento que acumulaba en su sede del Puerto de Santa María un sinfín de parabienes y piropos, el Monkey Week se ponía en marcha este jueves.
Así que para irle cogiendo el pulso al Festival salí para comprobar que la Alameda será el punto neurálgico del Monkey Week así como para reencontrarme con amigos, compañeros y conocidos con los que compartimos esta confesa devoción por esta auténtica Feria de la Música.
Una vez acreditado y con el imprescindible Manual de Supervivencia sufriendo el primero de los manoseos era el momento de escuchar música en directo así que tras una cola motivada por el sobreaforo (que no parecía tal una vez accedí) el escenario Arnette congregaba los primeros conciertos. Y es que Monkey Week combina su programación entre salas que durante todo el año ofrecen directos con lugares singulares como así sucede con este donde la Torre don Fadrique preside el escenario. Bellísimo.
Y Monkey Week es música. Es dejarte sorprender por bandas emergentes con propuestas originales y de nivel. Es observar el choque entre el sonido de sintetizador de los murcianos Noisebox que hacen honor a su nombre con el lugar de apariencia recogida anexo al Espacio Santa Clara.
Tras ellos los vitorianos Izaki Gardenak restauraban la paz del lugar con una propuesta interesantísima cercana al folk y que cuenta con un juego de voces preciosista. Me encantó.
Ya ha empezado el Monkey Week y desde Musiqueando seguiré contándolo (salvo desde los sitios en los que me limitan el acceso) y como una relación que acaba de empezar entre Sevilla y el mono ahora toca conocerse, seguir explorando las nuevas posibilidades, los defectos y virtudes. Deseando que esto acabe en historia de amor.