28/01/2010 Fórum Fnac, Sevilla.
Poco queda por decir de Pony Bravo que no se haya dicho ya, no abarcan ningún género musical concreto, aunque si un estilo definido y personal y no suenan como ninguna banda que nadie haya escuchado antes. Y es que al parecer, estas son las premisas bajo las que trabajan Daniel Alonso (voz y teclado), Pablo Peña (bajo), Darío del Moral (guitarra y percusión) y Javier Rivera (batería). Tienen muy presente aquello de no repetir fórmulas a la hora de componer la música y las letras, de no sonar repetitivos con respecto al panorama musical existente en la actualidad y al que nos precede.
Como ellos mismos han mencionado, cualquier persona tiene acceso hoy en día a través de internet a prácticamente todo el abanico cultural que se ha ido gestando en las últimas décadas y las influencias en cualquier grupo nuevo son inevitables e innegables, pero no por ello se debe reincidir y copiar una y otra vez lo mismo, algo que desgraciadamente en los tiempos que corren sucede demasiado a menudo.
Defienden también a capa y espada la importancia que acarrea la influencia de la propia cultura de cada persona en la elaboración de una obra artística y ser conscientes de que lo que ha repercutido en la forma de hacer música de Nina Simone no puede compararse a lo que lo ha hecho en Triana, ni las vivencias que ha tenido Lee Perry se parecen a las de Can, a las de Morente, Pere Ubu o a las de Captain Beefheart, por citar a algunas de sus más que nombradas influencias, ya que cada uno pertenece a un universo social totalmente distinto, cada uno de esos artistas ha vivido o vive en un mundo que poco tiene que ver con el del otro y viceversa. Es por esto también por lo que han dejado el inglés a un lado para la elaboración del disco que venían a presentar en Fnac, Un gramo de fe, y se han preocupado porque sus voces suenen más cercanas, más fieles a ellos mismos.
Cumpliendo con las expectativas, la cola que esperaba para poder ver en directo a los sevillanos era bastante larga y para muchos sería imposible colocarse en un lugar de buena visibilidad. No fue mi caso. Con soberbia puntualidad dio comienzo el espectáculo con unos Pony que se hallaban como en casa, nunca mejor dicho. Se escucharon los primeros acordes de Fullero, ramalazos de soul y psicodélia que darían paso a la celebrada La voz del hacha, ocurrente nombre pero certero para el siguiente track, China da miedo, con su correspondiente dosis de transfondo social coloreado en una canción. El bajo sobresale magistralmente en Salmo 52:8.
Entre los vitoreos emocionados de los asistentes, congregados alrededor del pequeño escenario esperando para recibir su gramo de fe, llega por fin La rave de Dios. Terminan aquí la primera parte y vuelven con un bis que traería en primer lugar Super-Broker, un curioso repaso a la crisis y a la decadente situación económica que vivimos, y sin olvidarse de Si bajo de espaldas no me da miedo (y otras historias) escogieron para cerrar la acertadísima El rayo.
Fueron 45 minutos muy bien invertidos en ver nuevamente a estos chicos, que lejos de defraudar siempre dejan con ganas de más. Y habrá más.
Setlist
Fullero
La Voz Del Hacha
China Da Miedo
Noche De Setas
Salmo 52_8
La Rave De Dios
Super Broker
El Rayo