Reconozco que me gusta demasiado escuchar música. Me considero un ser
demasiado melómano. Y reconozco también que me produce una sensación
bastante agradable descubrir nuevas melodías, o nuevos grupos que sean capaz de
sorprenderme. Esta tarde Mento han conseguido dar en el clavo.
¿Y quiénes son Mento? Pues os voy a hablar un poco de ellos. Mento vienen desde
Tenerife y nos traen consigo un Rock energético que deriva a veces hacia un Pop
directo, y que recoge lo más alternativo de la vieja escuela. Con todo esto y más,
nos traen su nuevo disco “Oxímoron”, desde las armonías más altas y una tensión
en la voz muy característica, que se encarga de poner el sello Daniel Ferreiro,
hasta las guitarras potentes y rabiosas de Gonzalo Álvarez o Carlos Arocha, el
bajo de Daniel Badal o la batería de Miguel Rodríguez.
La explosividad del disco nace en la primera toma de contacto, “Sácame de aquí”.
Introducción potente con un estribillo que nos hace intuir lo que nos espera a lo
largo de 45 minutos. Mento lleva junto a ellos un furor constante, que a veces
puede apaciguarnos los sentidos, ya que se encargan perfectamente de regalarlo en
su justa medida. Con “Alguien como tú” vemos un tema mucho más matizado.
Este tema nos da paso a uno de los mejores cortes del disco, “Una y otra vez”.
Canción evocadora con una atmosfera especial que sube y baja como una ola plena
de deseo para enfrentarnos a la barrera de nuestros sueños, y finalmente,
conquistarlos.
A lo largo de todo el disco, mantienen un dialogo constante con la redención de
miedos y dolor. Canciones que hacen que deseemos que nuestras pulsaciones
quieran llegar a la cima. “Inocente” es una de esas canciones donde las cuerdas se
nos posicionan dentro de la piel. “Dramaturgia” vuelve a contener esos toques
atmosféricos que rinden homenaje a ese mundo interior que se apodera de
nosotros en la soledad. Y llegamos a “Respira”, y con esto, el final de este viaje al
que Mento ha llamado “Oxímoron”, en el cual nos ha invitado a atrapar las
pulsaciones del viento, canciones cargadas de una especie de brisa interior que se
apodera de nuestros sentidos y recorre nuestro cuerpo.
Me han sorprendido, y mucho. Y sobre todo, han conseguido levantar un amplio
abanico de sensaciones en mí que no me han dejado indiferente, que no pueden
dejarte indiferente.