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MEGADETH – END GAME

Poradmin

Sep 26, 2009
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Por fin ha concluido la espera. El nuevo disco de Megadeth ya está a la venta desde el pasado Agosto: “Endgame”.

 

 Parece que había suscitado bastante interés la edición de este nuevo trabajo de Mustaine & Co. tras el adelanto de un par de temas (“Headcrusher” y “1,320”) que dejaron entrever un cierto retorno al estilo más clásico que consagró a la banda.

 

Lo cierto y verdad es que el grupo ha pasado un periodo de varios años donde se ha movido en el mundo musical sin pena ni gloria, tras la publicación de varios álbumes bastante por debajo de lo que nos tenían acostumbrados. Sin duda este “Endgame” supone un repunte.

 

 

Y es que la última década (o algo más) no ha sido precisamente un camino de rosas para la banda. Los constantes cambios de formación en cada uno de los trabajos y un giro en cuanto al tipo de composición y producción creo que habían terminado por afectar negativamente a la elaboración de cada disco. Y me figuro que también minado bastante la moral de los seguidores de la banda (y no sé si hasta del propio Mustaine), los que iban necesitando un golpe de autoridad que les recordara y reafirmara que Megadeth es un grupo de thrash.

 

Este sería precisamente el golpe de efecto que se iba esperando desde que en 1.997 sacasen un “Cryptic Writings” que no dio la talla de lo que Megadeth supone al mundo del metal. Si bien contaba con varios temas que guardaban esencia, se presagiaba un bache de calado. Así ocurrió cuando en 1.999 les dio por sacar “Risk”, resultando un bajón en cuanto a calidad del material. Hecho que quedó refrendado dos años más tarde con “The World Needs A Hero” (el mundo necesitará un héroe, pero lo que no necesitaba era ese disco). No todo puede ser malo en estos discos y se encontraban partes más logradas (“Breadline”, “Wanderlust”, “Burning Bridges”, “Return To Hangar”…), pero creo que nadie se explica el por qué de la necesidad de experimentar en estos discos, abandonando el sonido que nos alucinó desde el “Killing Is My Business”.

 

También es cierto que el “System Has Failed” de 2.004 suponía una recuperación de valores. Mustaine no es tonto y debía ser plenamente consciente que un trabajo de Megadeth exige un nivel compositivo e instrumental acorde con su caché. Resultó un buen disco, mucho mejor que los tres anteriores (cosa no muy difícil), pero no daba la verdadera mesura de una banda legendaria.

 

La progresión continuó con un mejor “United Abominations” y eso se agradeció. Pero después de este “Endgame”, aquel se quedaba en el camino.

 

En este disco debuta Chris Broderick a la guitarra (ex de “Nevermore” y “Jag Panzer”) y la verdad es que, sinceramente, lo borda. El aporte de calidad técnica es innegable y el necesario para hacer de este un gran álbum.

 

Declaraba Dave Mustaine que es el mejor compañero que ha tenido a la guitarra. No sé si la frase continuaba con un “… desde Marty Friedman”. Sea como fuese (y rencores a parte) el señor Broderick parece ser la pieza que faltaba para la elaboración de un álbum contundente, con un sonido verdaderamente logrado. Las guitarras toman el protagonismo absoluto en cada tema, con continuos solos y punteos que devuelven a la época más remota y recordada de la banda.

 Verdaderamente la pieza era Broderick, pues con el productor ya contaban desde el disco anterior: Andy Sneap, que (como no) ha mantenido el sonido y que es el que se imagina alguien cuando habla de Megadeth. Así pues, pasemos a un repaso de cada uno de los cortes que componen este “Endgame”: 

   Dialectic Chaos”. Es un comienzo instrumental como ya ocurriera con “The Lungs Of Hell” del “So Far, So Good, So What”. El tema tiene muchísima fuerza y es ideal para este disco, pues esta no se pierde a lo largo del track-list. Repleto de continuos solos donde Broderick y Mustaine comparten el protagonismo y una tremenda velocidad donde se da la talla de estos grandes músicos.

 

   This Day We Fight”. Este tema empalma con el anterior, quedando aquel como una especie de intro de esta. De nuevo, la velocidad de las guitarras hace de este un tema letal. Las guitarras descarnan los oídos a base de buenos riffs y, sobre todo, unos solos acojonantes. La voz de Dave es bastante buena, tónica general a lo largo de todo el disco. Incluso recupera ese toque de mala leche que le caracterizó en sus discos más reconocidos, así como en los conciertos. La voz vuelve a acompañar al punteo que da fin al tema, como en “Take No Prisoners” del “Rust In Peace” (disco al cuál podría pertenecer este tema perfectamente). Mención también a la potente batería de Shawn Drover que no deja de marcar el ritmo con un doble bombo muy meritorio.

 

   44 minutes”. Arranca con el sonido de una radio de policía a modo de intro para dar paso a una guitarra super rítmica en un riff entrecortado, acompañada de una fuerte línea de bajo por parte de James Lomenzo (¿os acordáis de “Symphony Of Destruction” o “Reckoning Day”?). El estribillo se hace sumamente pegadizo a base de una buena melodía. Los solos no son de los mejores del disco, aunque rayan a buen nivel.

 

   1,320”. Inicio con el ruido de un Fórmula 1. El tema arranca con un riff y una batería que nos transporta 20 años atrás en su carrera. Tremendo. De nuevo cuenta con un buen estribillo, y con una voz por la cuál parece que no pasa el tiempo. Los solos son sencillamente espectaculares, acompañados por una atronadora batería. 3 minutos y 50 segundos de auténtica fuerza metalera que no dejará a nadie impasible (en particular la parte final del tema). Y, tal y como empezó, el sonido de un Fórmula 1 da fin a este gran tema que esperamos ver en el setlist de la gira.

 

   Bite The Hand That Feeds”. De nuevo desde el inicio, como en el tema anterior, se nos rememoran tiempos muy pretéritos y guitarreros de la banda. Imagino que se habrán escuchado un par de veces “Killing Is My Business…”, “Peace Sells,…” o el “So Far, So Good,… So What!” antes de componer los temas de este álbum (y estos dos últimos en particular). Riffeos contundentes dominan todo el tema, mientras se hacen más metaleros en los estribillos. Y, por supuesto, los solos que se hacen imprescindibles en todos y cada uno de los temas. En particular, el del final de la canción, suena más a época “R.I.P.”

 

   Bodies Left Behind”. Como en “44 minutes” contamos con guitarras entrecortadas y una importante presencia de bajo, si bien en menor medida que en aquella. Cambios de ritmo entre estrofas, estribillo pegadizo (insisto en la buena voz que desarrolla Dave) y un solo donde se produce un radical giro de medio tiempo a un final muy rápido le dan mucha personalidad a este corte.

 

   Endgame”. El tema que da nombre al disco comienza con la intro de una voz por megafonía que anuncia que “todos los ciudadanos han de ir a sus centros de detención de distrito, sin volver a sus casas ni contactar con nadie”. A partir de ahí, riffs muy pesados que acaban acelerándose entre estrofas y un estribillo que versa: “This is the end of the road, this is the end of the line, this is the end of your life, this is the Endgame”. Supongo que la carga política no puede faltar en las letras de Megadeth. Lo más destacable (como en el resto del disco) son, de nuevo, los impresionantes solos que se marca la guitarra de Broderick, que comparte los punteos con una especie de declaración que hace Dave (con muy mala leche) hacia el final del tema. También hay que decir que, en mi opinión, el minuto final se hace muy deslucido para el tema y podrían haberlo obviado.

 

   "The Hardest Part Of Letting Go (Sealed With A Kiss)". Algo extraña en su comienzo y en el final, pues suena a balada. Cuenta con guitarra acústica y arreglos casi orquestales, junto a una voz melódica. Antes de los dos minutos se hace un giro apoyado en unas guitarras (esta vez sí) muy metálicas que cabalgan a lo largo del resto del tema (excepto el final) y en un teclado que acaba por perderse. Ciertamente lo del teclado llama la atención en un disco como este, si bien es breve su intervención. La parte digamos metalera del tema dura minuto y medio aproximadamente y los solos no son los más convincentes del disco, si bien la melodía si es buena. En fin, imagino que se han tomado esta pequeña licencia que podría considerarse algo frívola dentro del disco, pero no creo que empañe el gran nivel musical que exhibe el álbum. Incluso se puede considerar como un pequeño guiño a los escuchantes para que suponga un momento de relax dentro de la vorágine de tralla.

 

   Headcrusher”. Fue el primer adelanto del disco antes de su salida al mercado. Y no fue fortuito el hecho. Quizás el tema con más impacto y agresividad del disco. Muy directo y reconocible. Con un comienzo trepidante a base de una guitarra y una batería a toda tralla, que se mantienen (más o menos) a lo largo de la primera mitad del corte. Luego afloja un poco, aunque compensa con el medio minuto de afilado punteo que remata el tema. Mustaine vuelve a cantar como si estuviese enfadado con todo el mundo. El estribillo es sumamente machacón y fácil de recordar para los directos. Nos gustará escucharlo en vivo, a ver si descargan con la misma fuerza.

 

   How The Story Ends”. Tema también de fuerte riff, acompañado por un importante bajo en manos del señor Lorenzo. Cuenta con estrofas bastante buenas que se intercalan con un estribillo bastante pegadizo, fácil de cantar y con una voz en plena forma. A la mitad del tema se produce un cambio hacia un tempo más lento, con unos segundos de guitarra acústica que pasan a convertirse en un solo eléctrico con escalas. Luego un nuevo cambio hacia un riff muy rítmico y pesado antes del último estribillo. Es el tramo final el que adolece de originalidad y se hace un tanto insulso, aunque se puede considerar una outro.

 

                       The Right To Go Insane”. El tema con el que finaliza el disco comienza con un demoledor bajo antes de que las guitarras se hagan con todo el poder. Un tema algo más lento de lo que ha sido la tónica general del disco, pero que queda compensado con la enorme fuerza y pesadez de las guitarras y bajo. El estribillo, de nuevo, resulta sumamente pegadizo. Bastante acertado en cuanto a su melodía. Las estrofas pasan algo más desapercibidas. A los 3 minutos se hace un cambio donde entra la guitarra de Broderick para regalarnos un par de solos consecutivos, alternados con los riffs de la guitarra rítmica y la buena batería de Drover, y que dan fin al disco. Realmente nos dejan con la estupenda sensación de haber escuchado un magnífico disco.

 

 En fin, un estupendo álbum que hará las delicias de los fans en particular y los seguidores del metal en general. Este trabajo sí hace realmente justicia al nombre de Megadeth. No sé si llegará al nivel compositivo de “Rust In Peace”, por ejemplo, pero seguro que cubre las expectativas de casi todos.

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