Está claro que en nuestro santo país domina el rey don balón y eso es algo que el resto de los mortales debemos asumir y doblar el espinazo como hicimos en el segundo concierto que daba Marka Ramone con sus Blitzkrieg en la madrileña sala gruta 77 y que coincidía con la final de determinado torneo de fútbol.
Así que como dice Evaristo en una canción de la polla records….”Gol en el campo…paz en la tierra”. Dicho y hecho , nos colocaron una televisión en medio del escenario y no empezó el concierto hasta que terminó la dichosa final, desde luego que los tiempos cambian y yo no quiero adaptarme a ellos, lo siento.
Al margen de curiosidades más o menos bochornosas en el terreno musical tampoco vimos algo que nos sorprendiera y es que no hay ser humano que ante tal lista de clásicos diga que ha visto una actuación mala, lo contrario, se disfrutó al máximo de canción tras canción que fueron encadenadas e interpretadas de manera milimétrica por la banda del repertorio inmortal de los ramones.
Y es que sin duda nos dejaron sin aliento al iniciar de manera tremenda con “Rockaway beach”, “Psychotherapy” y “Do you wanna dance”, siendo está última una sorpresa ya que con un registro de voz más melódico se adapta mejor al propio de Michale Graves, que fuera cantante de Mistfits y que venía como voceras junto a Marka y que fue de las que más me gustó junto a otras del mismo cuño como “Pet cemetry” o “Poison heart”.
Como decíamos nada novedoso, solo el placer de escuchar una larga lista de clásicos como los mencionados y otros que sabíamos que caerían como “Pinhead”, “Commando” o la esperada “Blitzkrieg bob”. La banda sonó bien y cumplió su papel que era acompañar a Marky en su explotación del legado de los Ramones, algo discutible desde el lado más moral y ético, pero no nos vamos a poner filosóficos ya que esto es rock and roll y no vale la pena comerse el coco y ponerse a pensar…¿O si?