Fueron varios cientos de personas las que asistieron al concierto de Mario Díaz en esta noche fría y de temporal de la capital gaditana, en la que destacó la complicidad y la cercanía del artista a su público.
Sábado 19 de enero, en la sala Supersonic, empezaba el primer concierto de Mario Díaz en el 2013. La noche, con el cartel de “entradas agotadas” era un preludio de lo que iba a suceder en la sala.
Todo preparado. Las luces calentaban el escenario. Casi media hora de retraso, hicieron que el público se ambientara y se moviera al ritmo de la música de la sala. Suena la batería, bajo y guitarra. Mario aún se hace esperar, mientras la gente corea las canciones que el grupo toca. Con el tema “Cuando aprenda a volar” aparece el artista, dando comienzo así a dos horas ininterrumpidas de concierto.
Tras el tema “Toca el cielo”, presenta a los componentes de su grupo, mostrándose muy agradecido de que lo acompañen en este nuevo disco en solitario: José Marín Rodríguez, a la guitarra; Oliver Sierra, tocando el bajo y Miguelo Batún, a la batería.
El cantante, en esta nueva aventura de “Está en ti”, experimenta combinando rock, reggae, poesía y flamenco, toda una mezcla que no deja indiferente a su público. Esta vez, Mario busca que todo lo que está en el disco, suene igual en el directo. Resultado: Un concierto natural y cercano al público. Mario no nos deja parados ni un segundo y mientras se toma unos minutos de descanso, cede el turno a su banda, la cual interpreta un tema compuesto por José Marín: “Zambando”.
La noche continúa y tras el respiro, el autor hace hincapié en lo afortunado que se siente al poder hacer lo que le gusta y poder vivir de ello, a pesar de las adversidades que el país, en general y el mundo de la música, en particular, están pasando. Introduce así su tema “Igual que tú”.
Una actuación llena de buenos rollos, consejos y soluciones que hacen que la vida se vea desde un punto de vista más positivo, hicieron que la noche estuviera llena de momentos. Como era de esperar, el público no dejó que se marchara. De modo que regaló dos temas interpretados sin su grupo, al ritmo de su guitarra acústica.
De nuevo, no lo dejan marchar y vuelve a llamar a la banda, para interpretar “Soy un traidor”. Sin dejar de sorprender a los espectadores, ahora le toca al batería dejarnos alucinados, al tocar con sus baquetas sobre las paredes de la sala. Se despiden, pidiendo aplausos al público, al grupo, a su manager, Fredy, a Lidia, del merchandising y a sus familiares que siempre lo acompañan. Y suena “Homenaje a la Vida”, que pone fin al concierto.
En resumen, toda la pasión, energía y dedicación que el autor ha puesto en su trabajo, una vez más, se traducen en la extraordinaria respuesta de sus seguidores durante todo el concierto. No hay duda de que Mario vuelve pisando fuerte