25 de Septiembre, Madrid
Noche mágica en el Palacio de los deportes de Madrid, pasaban unos minutos de las 22h y con el pabellón lleno desde hacía un rato apareció Manolo García, interpretando un tema de su último album, "Provincia de Rio Negro" el primero de casi los 30 que cantó. También era el tema que abría la primera de las 2 marcadas partes del espectáculo. Una, la primera muy acústica y personal y la segunda, mucho más eléctrica con una iluminación más espectacular y poderosa.
Siguieron exitos de sus anteriores trabajos, "Para que no se duerman mis sentidos", "Malva", "Solo Amar"… manteniendo el carácter acústico y personal que mencionaba encima sin llegar a conectar 100% con los 16.000 asistentes.
Entre tanto hubo espacio para exitos de El último de la fila, cantando "Bailarás como un Indio" y "El loco de la calle".
Los temas que interpretaba hasta ese momento no llamaban tanto al fervor de los presentes, sin embargo y como cada vez Manolo mostraba la entrega y la fuerza de la que hace gala en cada concierto.
Siguió repasando temas de sus discos en solitario con algún despunte de rock en alguno como "En el batir de los mares"y "Una tarde de sol" que cerrarían esa primera parte del recital, completamente diferente de lo que se avecinaba, había sido más de una hora de pura voz e instrumentos muy definidos, sin la explosión que sería desde ahora.
Tras un minuto escaso de parón y con camisa limpia apareció el tipo arrasando en el escenario con "En el oscuro abismo…", llenando por completo el pabellón de música que más se acercaba al rock que al pop Manolero. El público respondió sobradamente, todos a botar y a cantar; y después de esto otro golpe de efecto cantando "Insurrección" dándolo todo, alargó el himno antes de la última estrofa y los que estaban allí explotaron en un frenesí digno del más grande espectáculo musical. Espectacular.
Desde ahí hasta el final el ritmo rockero mandó, luces bastante agresivas y sonido muy guitarrero "A San Fernando", "Rosa de Alejandría" y "Prefiero el trapecio" fueron las más destacadas aunque ninguna desmereció el repertorio. Después de esta última, refrigerio de la banda y el pabellón entero con el cántico que se repite en cada concierto "oe, oe, oe" tiraron de la banda hacia el escenario para atacar la última parte de algo que se estaba convirtiendo en innolvidable, "Pájaros de barro", "Somos levedad" y "Viernes" cerraron el concierto que mejor sabor de boca ha dejado en el Palacio desde hace tiempo al que escribe. No faltó por supuesto la ranchera con la que se despide cada noche.
En total 25 canciones, casi 2h y media de música y un Manolo García que no defraudó ni lo más mínimo; Mención de honor a la banda capitaneada por el guitarrista Pedro Javier González, músico que hace mucho tiempo pasó a ser maestro de las seis cuerdas.