Una buena compañera me dio a conocer a Lucas Martí tras un intensa aventura transoceánica con mensajería de por medio y la verdad es que es para estar agradecido. Lucas Martí no es un cantante al uso, de eso te das cuenta desde que suena la primera canción de "Segundo y último acto de noción". Ni su música tampoco.
Escuchándolo me doy perfectamente cuenta de por qué Lucas ha conseguido reconocimiento de crítica y prensa con sus composiciones y sin embargo trabajos como el disco que nos ocupa no está pensado para el público en general.
"Segundo y último acto de noción" es un disco acústico compuesto de 24 temas entre los cuales se intercalan 5 piezas instrumentales que segmentan o enlazan, según se mire, las canciones.
Moviéndose en la frontera de lo lírico y lo poético, Lucas Martí, se nos presenta en semidesnudez y exhibiendo buena capacidad no solo compositiva sino interpretativa con su voz enriquecida de matices.
Joyas como "Best Seller", "Aventurero", "También puede ser amor" o "Hace tiempo atrás" pasan por tener la producción justa y una accesibilidad relativamente compleja. Destacaría por último el mosaico formado por la cara del propio Lucas que compone la portadade un disco arriesgado y poco convencional que nos muestra al artista en su lado más personal: en formas y fondo.