El pasado jueves 22 Lori Meyers actuó en Joy Eslava en un concierto-festival (junto a Yani Como y OVNI) organizado por la productora Mondo Neo. El caso es que apenas tocaron 45 minutos, por exigencias del evento. Ante las encendidas protestas de sus fans, que pagaron de 15 a 20 euros por asistir, el grupo, su agencia Spanish Bombs y la sala Joy Eslava decidieron ofrecer otro concierto gratuito el día 30, en la sala madrileña, para aquellos que presentasen la entrada del anterior concierto.
En este caso la velada la abrió la banda L.A., que sorprendió gratamente al numeroso público. Su sonido recordó a los primeros Coldplay, pero con más mala leche, o a unos Muse menos barrocos. El grupo tocó varias canciones de su primer disco, “Heavenly hell”, mostrando mucho aplomo en el escenario, así como su querencia por los sonidos británicos. Gustó mucho la maravillosa voz de su vocalista, que además supo sacarle más partido jugando con dos micros distintos.
Después de escuchar su myspace http://www.myspace.com/louisalbert me quedo con lo visto en el directo, en donde la banda le dio mucho más cuerpo a las canciones, que sonaron muy contundentes, con una batería poderosísima y con una guitarra afiladísima. Para terminar el grupo tocó una divertida versión del “Girls just wanna have fun” de Cyndi Lauper que animó mucho a la concurrencia. Esperemos que vuelvan pronto por Madrid.
Y con puntualidad británica salieron a escena Lori Meyers, lo que ya puso patas arriba la sala. Si antes de su último disco los granadinos eran uno de los mejores grupos de pop, tras la gira de “Cronolanea” la banda ha ido creciendo en público y en calidad. Lo de Lori es pop de verdad, entendiendo el concepto de pop como una elevación del rock a un terreno puro y cristalino, bello y contundente. Se les podría añadir la coletilla de indie, pero yo sigo sin saber qué es eso. Lori Meyers han superado esas estúpidas barreras ideológicas que tratan de limitar la popularidad de los grupos, y pronto estarán jugando en la Primera División de la música popular española.
La banda en directo es una máquina de soltar himnos por doquier, con un Noni cada día más cómodo como frontman, acaparando las miradas expectantes de todo el público, atento a cada movimiento del cantante. Pero cuando uno raspa un poco la superficie descubre la enorme figura de Alejandro, que domina la escena desde la retaguardia, mientras se retuerce con la guitarra. Y sus aportaciones como cantante enriquecen muchísimo al grupo. Pero si hay algo esencial en este grupo son los coros. Coros por todos lados, por doquier, que elevan las melodías de las canciones, que añaden ese punto preciosista, que nos hacen pensar en que los Beatles y los Brincos nos dejaron un magnífico legado, recuperado felizmente por los granadinos.
Y con esos mimbres, y un público entregado que coreó cada canción, el concierto discurrió con alegría y vivacidad, con la banda disfrutando arriba y el público bailando abajo. Además Lori sorprendió con un tema nuevo, que gustó, y que recordó a los riffs de Franz Ferdinand. Tras una intensa hora y media, la banda, sudorosa, se retiró para, esperamos, seguir componiendo bellas canciones.