Anoche, el grupo Amaral nos acogió en un gran escenario como sus cómplices.
Quedamos iluminados por decenas de constelaciones en el techo que conformaban la decoración del escenario, además de una pantalla al fondo que recogió otras imágenes estelares durante el espectáculo. Este conjunto logró crear la ilusión principal de encontrarnos en su cosmos y, una vez ingrávidos, estuvimos preparados para ellos. Sin duda, la escenografía fue uno de los puntos más potentes del show.
Abrieron su concierto con “Algunas veces se gana y otras se pierde”, seguido de grandes temas como “Salir corriendo”, “Cómo hablar” o “Moriría por vos”, pero juraría que se alcanzaron tres puntos álgidos durante la noche. Momentos de hermandad entre los artistas y el público, en los cuales sólo resonaba una misma voz. Uno de los primeros llegó con “Revolución”, apenas al poco de empezar.
El público supo responder al mensaje de la canción y alzaron sus gritos tal y como lo sentían. Más tarde, “El universo sobre mí” nos trasladó a uno de sus hits más conocidos y que más han calado en nosotros a lo largo de los años. Uno de sus cantos a la libertad que junto a “Hacia lo salvaje” siempre ha conseguido transmitirnos fortaleza y poder. Nada menos que lo que demostró Eva a lo largo del concierto con coreografías impactantes, gruesas y llamativas que aprovechaban el contraluz de la pantalla para potenciar su imagen y el contenido de la canción.
El baile fue una constante y uno de los elementos principales que se contagió a los espectadores. Un total de 23 canciones conformaron el espectáculo completo, cerrándose con “Sin ti no soy nada” el tercer gran momento, composición con la que nadie quedó indiferente. Los últimos tonos y coros que se oyeron en el CAAC fueron tiernos, íntimos y rociados de un foco azul. Amaral creó un eco colectivo, una voz única que retornará constantemente a la noche del 14 de septiembre.
Después de cinco años sin volver a la capital andaluza, “Nocturnal” dejó un sabor de boca más que satisfactorio, prometiendo un reencuentro próximo.
