Y es que este año tuvimos que esperar dos meses más de lo previsto inicialmente debido a las inclemencias del tiempo. Pero lo bueno se hace esperar ¿no? La organización del festival parece haber tomado nota de cómo ir mejorando según pasan sus ediciones, consolidando el peso del Primavera Trompetera.
Si bien el año pasado traían más grupos, más días de festival y mayor recinto respecto a 2016, en 2018 han limado algunas quejas de los usuarios, de entre las que me gustaría destacar el trasladado de la zona de conciertos más cerca de los recintos del camping y el parking. Por lo demás, veamos si también escuchan este año a los que piden más sombra para acampar.
La bienvenida a la fiesta de la música empezó el jueves 24 con lluvia poco intensa que se resistía a dejarnos en los primeros días, pero por suerte no duró mucho, y los tres conciertos de la noche transcurrieron sin sobresaltos. Con Los Mojinos Escozios el público se preparó para lo que venía, noches de música y cachondeo. El Sevilla, en su salsa como siempre, veía cómo la gente le seguía el juego a su humor y se sabía casi todas sus letras, lo que nos llevó a un estirado concierto que nadie quería que acabara.
El viernes se juntaron en los escenarios principales un mix para todos los gustos de música, desde la nueva generación de rap y trap (Ayax y Prok, Dellafuente, C.Tangana) a veteranos de la música y los festivales (Gatillazo, Rosendo, Trashtucada). Todos estos y otros muchos fueron elevando el ambiente y dando paso al baile y la fiesta.
Lo bueno de estar en un festival cuyos artistas cantan sobre todo en español es que la gran mayoría de los asistentes puede comprender lo que dicen las estrofas. Hubo tiempo para esas letras que hacen pensar con La Raíz o para reivindicaciones políticas con Riot Propaganda o Gatillazo. Tanto fue así que se ha desatado la polémica con la retención de Evaristo Páramos (cantante de Gatillazo) por parte de La Guardia Civil al finalizar su concierto aquella noche, comunicándole una denuncia por las palabras que había dedicado a la Policía.
La última jornada del festival se esperaba con muchas ganas y no creo que decepcionase a nadie. Muchos incluso trataron de reservar energías jueves y viernes para llegar al “día fuerte”. Desde temprano las buenas vibraciones las transmitían Funkiwis o Iseo & Dodosound, más tarde el relevo del buen rollo lo traían consigo Morodo o Macaco con sus lemas inmortales, pasando por el arte que derrama Tomasito. Cuando hay muchos grupos y buenos, algunos no hay más remedio que coincidan en hora pero distinto escenario, como ocurría con los conciertos de Mafalda y Juanito Makandé, éste último contagió a las multitudes de sentimiento y romanticismo canción tras canción. Llegaba a continuación SFDK, confirmando que su último disco, Redención, es todo un éxito. El Zatu demostraba con un concierto plagado de temas nuevos que la gente había podido valorar en poco tiempo un álbum que conecta muy bien con jóvenes y no tan jóvenes en esto del hip hop.
El Canijo, quizá el más emblemático de los anfitriones del festival jerezano, hizo bien en traer al concierto la canción de Los Delinqüentes que da nombre al evento. Como él mismo recordó durante su actuación, “las redes se ponen que echan humo” si no cantaba la Primavera Trompetera, en referencia a las críticas que recibió el pasado año Estricnina (El Canijo de Jerez + Juanito Makandé) por dejar de lado este himno. Para finalizar no podemos dejar de mencionar el fin de fiesta que ofrecieron a pesar de la hora Natos y Waor, Green Valley u O’funk’illo entre tantos.
Así acababa el Primavera Trompetera, con mucha música, buena sintonía y casi abriendo el tour de los buenos festivales veraniegos. Esperemos que el festival continúe en la línea ascendente que lleva y el año que viene se supere a pesar de la ausencia notable de cierta cantidad de público, que presumiblemente no asistió por el cambio necesario de fechas.
Fotografías: Altai Carlos Pavón Paneque