La artista alicantina salió al escenario sin más armas que su voz y dejándose arropar por la guitarra de su compañero Josué. Y desde el primer minuto, a La Negra le sobra el micro. Quiere cantarle a su público, sin barreras, con el desparpajo y la naturalidad que siempre ha acompañado a la cantante.
Y con su voz rota y dulce al mismo tiempo, va desgranando uno a uno los temas de un repertorio, que nos introduce en la heterogeneidad musical de su nuevo trabajo “La que nunca” (El Volcán Musical, 2012). Álbum compuesto por trece perlas que profundizan en sonidos ya transitados como la bossa nova, el jazz, incluso el tango, pero que sorprende al hacer incursiones en la chanson francesa, en sonidos más orgánicos y viscerales. Un disco donde se reinventa el género del flamenco y se deja llevar por sugerentes toques de psicodelia.
Este segundo largo de La Negra está hecho para escucharlo con serenidad, apreciando los múltiples matices musicales que ofrece en su variedad de sonidos, pero también es para escucharlo en un escenario, porque como dice La Negra, como se entiende a los artistas es en directo.
Fotos: J.M. Grimaldi © – www.jmgrimaldi.com
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