El teatro Arlequín de Gran Vía en Madrid se viste de gala para acoger entre sus paredes una historia de amor musical inolvidable. El público de la tercera edad espera el comienzo del espectáculo que les traerá recuerdos y nostalgia por un tubo: los intérpretes Raquel Palma y Alberto Moreno regalan desde sus privilegiadas voces recuerdos musicales de Rocío Jurado y Raphael, a modo de homenaje.
La actriz en solitario imita con una gran presencia escénica a Rocío Jurado, trasladando a los asistentes a un tiempo pasado: según ella «Rocío era una mujer viva, con fuego, carácter, pasión y ante todo hija y madre´´. A lo largo del recorrido musical por su «repertorio maravilloso´´ se fue plasmando la esencia de esta gran artista española que tantos corazones ha cautivado y sigue cautivando.
Como Las Alas Al Viento, Algo Se Me Fue Contigo, Señora, o A Que No Te Vas fueron unos de los primeros temas que sonaron por el teatro y que lograron comenzar a emocionar a un público que estaba inmóvil e impresionado en sus butacas. Las bailarinas, deleitan además con las maravillosas coreografías de acompañamiento ideadas por Rosa Borrachero y Arancha Hoyos.
Es entonces, cuando, con una retirada elegante a más no poder, Raquel Palma abandona el escenario para darle paso al «Gran Maestro Raphael´´ que traerá una selección gourmet y exquisita de sus canciones más conocidas.
Escándalo o el emblema del repertorio de Raphael Que Sabe Nadie son temas que no dejan indiferente a un público que ya se ha arrancado a bailar y a dar palmas. Raphael, además, regala un par de temas de su disco Eternamente Tuyo que en palabras del intérprete son «canciones con letras que dan un pellizquito en el corazón´´. Emoción y lágrimas: así era el ambiente del Arlequín en esos precisos instantes.
Volvió Rocío Jurado al escenario, con cambio de atuendo incluido: un vestido rojo despampanante. -«¡Guapa!´´ el público queda embelesado ante la seguridad en los pasos de la artista.
Los técnicos de luces iluminaron el teatro de un color azul oscuro como el mar y Como Una Ola, el amor llegó a la vida de los asistentes de la sala.
Manuel Alejandro, compositor de Rocío Jurado, relató la historia de vida de la cantante. Fue tal la conexión que Raquel Palma quiso rendir un homenaje a las canciones más bonitas de este autor.
Las linternas de los teléfonos iluminaron a la actriz con Se Nos Rompió el Amor. Hubo algún que otro problema para apagar luego las luces de los dispositivos entre los asistentes (¡estas nuevas tecnologías…!), pero nada importante.
Finalmente, para terminar se fusionaron las voces de la chipionera y el linarense en un breve repaso musical por algunas canciones más.
Como Yo Te Amo y Mi Gran Noche coronaron el concierto musical. Y con suma alegría, los galanes se funden en un maravilloso abrazo que culmina esta historia de amor musical. Y mientras tanto, el público, aplaudiendo sin parar y con el corazón encogido ante lo que acababan de presenciar.