Todo un ejemplo de democracia el que vivimos en Sevilla la jornada del jueves santo. En una ciudad en la que la semana santa se vive y se respira con gran pasión no todos los habitantes gustan y disfrutan de ver procesiones y nazarenos por ello se alzaba la opción de abstaerse del bullicio religioso y disfrutar de una velada de música extrema en la sevillana Sala Q.
El festival Anticristour abrió sus puertas con mucho retraso y las actuaciones se demoraron aún más, pese a ello los allí presentes disfrutaban de charlas, cervezas y de la música proveniente de sus coches en los aledaños de la sala.
Los encargados de abrir fuego esa noche fueron los sevillanos "Los que mataron a Bruce Lee" que fueron junto a Brutal Thin los que crearon más expectación y congregaron a más público esa noche. La historia de este grupo es larga, comenzó hace muchos años con una banda llamada K.D.R (Kaspa De Rata) una banda de thrash metal potente que empezaba a incorporar elementos industriales absorbiendo las influencias que se consolidaban por aquella epoca (mediados de los noventa) en la vanguardia del metal en la que se alzaban grupos como Fear Factory. Con la limitación económica impuesta por un grupo formado por amigos y con el ingenio y el gracejo de la tierra grabaron maquetas muy dignas con temas que denunciaban los polémicos vertederos radiactivos proyectados en la zona, la legalización de la marihuana, la eutanasia… Tras algunos cambios en la formación nació Los que mataron a Bruce Lee de los que en la actualidad entre sus filas ya no queda ningún antiguo miembro de K.D.R.
El concierto fue potente y enchufó al público desde el minuto 1. Mientras el vocalista con una pose algo rapera se desgañitaba con potentes alaridos sus guitarras conducian con riffs sustentabab el sonido del grupo en la que el bajista introducia la nota de eclecticismo a la banda. A destacar el tema Reggeton-metal que se marcaron, todo un pelotazo.
Llegaba el turno para los malagueños Sacristía con un Black metal contundente pero poco original que dejó algo frio al público con el que no llegaron a conectar, muestra de ello fue la huida de público que se produjo, a destacar la versión del Slave New World de sepultura que fue lo mejor de su actuación.
Desde Almería llegaban Infernal Funeral, un grupo genuino de black metal con todos sus típicos tópicos en cuanto a estética (uso de maquillaje a lo Immortal y de cuero pinchos y clavos) y en cuanto a actitud haciendo gala de una borderia sin límites cuando se encararon con los técnicos de la sala en reiteradas ocasiones faltando al respeto por que no estaban contentos con el sonido de los monitores.
La puesta en escena estuvo muy lograda tanto por la caracterización de los músicos con sus maquillajes como por las muñequeras y collaras de clavos y sobretodo por la cabeza de cerdo que clavaron encima de una lanza en todo el centro del escenario. Musicalmente llegaron a sonar por momentos como Mayhem con influencias de la etapa más seminal de impaled nazarene llegando a rayar incluso en algunos momentos el punk.
Tiempo entonces para el arte a modo de performance en el que pudimos observar un espectáculo en el que suspendieron el cuerpo de una persona mediante poleas usando como puntos de anclaje piercings distribuidos por distintas partes del cuerpo del artista. Con referencias a la inquisición y a la crucifixión fue practicamente lo único que hubo de arte de la supuesta exposición de arte extremo que incluia el festival.
Era la hora de que salieran a escena los sevillanos Subliminal Chaos que en principio dado lo tarde que se habia hecho cambiaron su orden dejando tocar primero a Brutal Thin. Subliminal Chaos acabaron no tocando ni en Sevilla ni el dia después en Málaga.
Los veteranos algecireños ofrecieron un concierto potente pero muy corto. Sin duda demostraron ser una banda de directo sonando mucho más cañeros y radicales que en sus discos. Sin duda tras casi 20 años dando caña en los escenarios son todo un clásico ya en la música extrema de andalucía.
Fotografías: Alberto Ferraris.