Sala MobyDick, Madrid
Con motivo del estreno de la película ‘Control’ biografía de Joy Division dirigida por Anton Corbijn, volvímos a llenar la sala una vez más. No era para menos dos bandas unidas bajo un mismo sentido. Y no solo no defraudó…más bien fue genial.
El próximo día 8 de Abril se estrena en cines la película que recrea la vida de Ian Curtis, líder de Joy Division. Tomando como base el libro de su viuda y sus propias vivencias con la banda se crea un retrato de lo más interesante y que no nos podemos perder echar un vistazo, la inspiración, la enfermedad, los últimos días, una época… La ocasión lo requiere, no en balde premios y elogios de todas partes han sucumbido a esta biopic.
Y para lo ocasión que mejor que contar con La Habitación Roja. Recién venidos de realizar las Américas con puntos y comas como nos comentaron ellos mismos, de sentirse queridos al otro lado del charco y de recordarnos que llevan unos años interpretando a Joy Division pese a que los comparen con Los Planetas…en breve volverán al estudio para darnos otro pedacito de su música que esperamos con ansias.
Joy Division, creadores del gótico según dicen algunos, más bien encajarían como creadores del grunge si en vez de nacer en UK lo hubieran hecho en USA y su disco ‘Unknow Pleasures’ habría sido el referente de ese movimiento y no los manidos Nirvana (solo sabían gritar y gritar). Liderando el postpunk de la época nos dejaron en 1980 con el suicidio de Ian Curtis, a la par que U2 iba naciendo y cogían en cierto modo el relevo (donde andan metidos estos ahora…) mucho más político.
Y desde luego fue genial. La elección de La Habitación Roja nos regaló la mejor interpretación moderna que se puede hacer de Joy Division. Puestos al día, como si hubieran sido ellos mismos 30 años después (como se notan los años en la tecnología, en el sonido, en el ambiente…), de nuevo esas atmósferas oscuras llenos del humo de esos cigarrillos llenos de sensaciones, metales, frío y calor al mismo tiempo, comenzaron como no con el primer tema de ‘Unknow Pleasures’, Disorder que bien se dejaría notar quizás más tarde en los Stone Roses. Este disco no es posiblemente algo que se deje coger a la primera, quizás haya que estar poseído por alguna sustancia o por alguna enfermedad mental que no nos permita ver la realidad que dicen que es real, pero una vez superado ese primer momento es una gran expresión depresiva, angustiosa belleza llevada al extremo.
Así se fueron desgajando los temas del disco, más potentes, más eléctricos de lo que fueron en la época, con un solo día de ensayo para LHR, la sala empezó a explosionar con Insight donde se empiezan a ver esas influencias a lo Kraftwerk, momentos bien defendidos She’s Lost Control y guitarras aturdiendo la oscuridad en el final I Remember Nothing.
Pero habiendo dejado el disco impoluto no nos dejaron así y cerraron esta fiesta con un par de bises de los cuales fue explosión emocional de todos los allí presentes Love Will Tear Us Apart tarareada y tarareada y quizás esa que los une a Happy Mondays o a The Cure, la otra parte más dulce de Joy Division. Concierto recuerdo y emotivo sin lugar a dudas de una de las bandas de mayor influencia y culto. Gracias Joy Division. Gracias LHR.
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