El estadounidense, aunque residente en Denia, Josh Rouse, bebe de una orientación más bien californiana, de las fuentes del country-rock y el soft rock, dejando en su ya larga carrera álbumes extraordinarios como “1972” o “Nashville. A todo eso inyectará el nervio tenso y el poso del primer LP de Gordon Gano, Brian Ritchie y Victor DeLorenzo, una respuesta visceral al reaganismo y al pavor a crecer de muy joven aislado en aquella pesadilla. Escuchadas 31 años después, las Blister in the sun, Kiss off, Add it up, Gone Daddy gone y demás suenan igual de frescas y vigentes.