Bien, ahora vayamos con lo que más nos gusta, la música. Y la de Josh Rouse nos gustó mucho. Bueno, la de Josh y los Violent Femmes, protagonistas de la primera parte del concierto, uno más de los “We used to party” donde un grupo o artista interpreta de cabo a rabo el disco de otro. Uno veía el escenario y recordaba cuando, en 2006, pudo ver a los mismísimos Violent Femmes en directo en un Primavera Sound. La misma disposición sobre el escenario y un xilófono del que los conocedores de la obra magna de los Gordon Gano & co. Sabían exactamente cuál sería su función.
De buenas a primeras, ante una sala prácticamente llena, Josh Rouse dejaba bien claro que tocaba dejar atrás los aires mediterráneos que impregnan su obra desde hace unos años y retomar las maneras de su Nebraska natal, saludando a la manera vaquera.
Sin sorpresas, siguiendo el orden esperado, Josh Rouse y su banda defendieron con algo más que dignidad las diez canciones del disco de los Violent Femmes; desenfadados, intensos y con pinta de pasárselo muy bien con lo que estaba haciendo, brillaron especialmente “Please Do not go”, ese “Add it up” que siempre nos recordará a Ethan Hawke cantado enfurecido a una encantadora Winona Ryder en “Reality Bites”, con Josh recreándose en el “Don't shoot, shoot, shoot that thing at me” y, claro está, “Gone Daddy Gone”, con Marcos “Betunizer” tomano el protagonismo junto al xilófono antes mencionado. Cerraba la primera parte “Good Feeling” y, a buen seguro, muchos fueron los que, desconocedores de las canciones del grupo de Milwaukee, acudieron a la red para “redescubrir” una caciones que aguantan a la perfección los 30 años que las contemplan.
Con un interludio de versiones, algunas tan sorprendentes como la un poco descacharrante “Boys don’t cry”, Josh Rouse atacó, ya sí, algunas de las mejores canciones de su ya dilatada discografía. Así, sin apenas pausa, y de manera más rockera que en los discos, sonaron de su maravilloso disco de debut, “1972” (destacar que alguien entre el público gritó: “¡toca el 1972 entero!”, cosa que no habría estado nada mal), “Love vibration”, la coreada “Come back” y la delicada a la vez que preciosa “Flight Attendant”, “It’s the night time”, “Winter in the Hamptons” y “Street lights” del no menos imponente Nashville y Quiet town y It looks like love de ese Subtitulo que cierra su gran trilogía. No dejaron de sonar otras como el “Do you really want to be in love”, de la banda sonora de “La gran familia española”, que mereció un Goya y parecía ser la canción más conocida de su cancionero (cosas tiene el marketing y la farándula…), Lemon tree o las que aparecen en su último trabajo, firmado junto a The Long Vacations, “Diggin’ in the sun” o esa golosina pop llamada “Oh, what the sun did!”
Dos conciertos en uno que demostraron la grandeza de Josh Rouse, tan capaz de recrear uno de los discos capitales de los últimos 30 años como de lanzar, una detrás de otra, una docena de canciones de su discografía que pueden competir sin problema con las de cualquier orto artista del panorama actual. Y eso que se dejó “Sad eyes”.
Fotos: Lidia de Dios