Hasta ahora era fácil asociar las ideas Jerez y motos. Desde ahora Motor Circus pretende ser una cita imprescindible coincidente con el Gran Premio de Motociclismo de Jerez y que vaya de la mano de esta celebración que se amplía a otros lugares de la provincia de Cádiz. Así, el lugar elegido fue un El Puerto de Santa María en un entorno ideal junto a la Playa de la Puntilla.
A los festivaleros más madrugadores nos recibiá la sesión de Colin Peters que uno tras otro pinchaba grandes clásicos del rock antes de que, con puntualidad máxima, Los Zigarros aparecieran a las 5 de la tarde sobre el gran escenario que se erigía en el interior del Polideportivo Municipal al son de No obstante lo cual.
Los valencianos han conseguido ser por derecho propio unos firmes herederos del rock and roll español a base de letras inmediatas, de vivir deprisa y sin red. Ya queda algo lejos cuando los descubrí como teloneros de Fito & Fitipaldis y aunque ciertos temas recogen más la senda de bandas como Mclan lo cierto es que a pesar de lo temprano de la hora nos pusieron a base de actitud a bailar y corear con ellos. Dejaron para la parte final de su actuación sus más celebrados éxitos de los que destacar ¿Qué demonos hago yo aquí?, Hablar, hablar, hablar o la simpática Dentro de la ley con la que pusieron punto y final a su actuación.
Con Silvia Superstar amenizando la espera a los platos casi sin darnos cuenta aparecieron por el escenario Love of Lesbian aún con el sol, bendito sol de Andalucía, bien presente en el cielo gaditano. Ellos mismo no recordaban la última vez que habían tocado en horario similiar y pronto nos sumergieron en su universo personal con temas de su último disco, El poeta Halley como su mirada atrás a temas ya imprescindibles de su discografía como resultan Algunas plantas, el buenrollismo de Los toros en la Wii (Fantástico) que Santi Balmes enlazó con Amante bandido de Miguel Bosé y Lobo Hombre en París de La Unión y la nostálgica Allí donde solíamos gritar. Hubo tiempo para emocionarnos con Belice, recibir un subidón de autoestima con Me Amo y cómo, no, recordarnos que ya somos fans de John Boy. Un concierto impecable y con un sonido sobresaliente que disfrutamos a lo largo de toda la jornada.
El recinto ofrecía una exposición de motos antiguas gran comodidad de servicios, estauración y lo cual siempre es de celebrar en citas multitudinarias como esta pero la fiesta continuaba con otra sesión de Dj´s.. Nasty Mondays nos proponían baile, ritmo y que la fiesta no decayera. Su inclusión en el cartel presagiaba una sesión potente y bien afamada que no defraudó y que nos dispuso perfectamente ante el mayor reclamo del cartel del Motor Circus.
El señor Iggy Pop, a sus 70 años salió con el torso desnudo como en él es habitual y dejando bien claro desde el primer momento porque es una leyenda viva del rock mudial. Con Iggy te cuesta separar la mirada de su espectáculo, con ese andar característico, esas poses imposibles y esas bajadas del escenario (en esta ocasión no hubo subida de fans) que ya son marca personal de la Iguana. A todo esto súmale una banda que lo acompaña de sobriedad notable y una voz que sin alarde se conserva en un registro notable y al final el resultado es un concierto memorable, único y que difícilmente te dejará impasible. Del repertorio hizo sonar bien pronto temazos como Lust for life o The Passenger sin dejarse en el tintero otro de sus himnos, No fun. Grande Iggy.
Tras su concierto pudimos asombranos con una espectacular exhibición de motos, la Red Bull X-Fighters, donde Dany Torres y Pedro Moreno en la modalidad de Motocross Freestyle dieron un auténtico show de acrobacias sobre dos ruedas y saltos imposibles. Para quien les escribe llegó el momento de la retirada previa a la transición que se esperaba hacia el baile y la electrónica de la mano de Crystal Fighters primero, The Zombie Kids y de Fat Boy Slim.
FOTOGRAFÍAS: IRENE GARCIA MEDINA