Tras varios años sin Interestelar completo ya sea por la pandemia o por lo climatológico, las ganas y el entusiasmo por vivir el festival se tradujo en un sold out de varias semanas de antelación y una afluencia de público que se hizo más que evidente en las dos jornadas dentro del maravilloso recinto del CAAC en Sevilla.
Y para esta edición de 2022 la organización nos presentaba un cartel muy sensible a las nuevas tendencias junto a otros nombres más habituales de la escena festivalera quizás como una declaración de intenciones en los interestelares del futuro donde las nuevas generaciones encuentren argumentos para sumarse a los interestelares más habituales.
No quisimos perdernos la primera de las actuaciones que llegaba desde Gijón. Tigre y Diamante aunaban garaje y pop en letras que nos emplazamos a escuchar más detenidamente pero que apuntaban a mucha carga de sátira y originalidad. La siguiente parada nos llevó hasta la música fusión de un artista que ha ido creciendo mucho con el paso de los años. Muerdo presentó una impecable alineación de músicos (con unos sobresalientes timbales incluídos) que le daban una gran envoltura a las composiciones del murciano que sin un destacado hit encontró buena respuesta en los ritmo latinoamericanos que caracteriza la sangre del mundo, su último trabajo discográfico.
Con Siloé nos topamos con lo que iba a ser una constante en varias de las actuaciones del festival y el uso de pregrabaciones que nos llevan a un escenario más electrónico que el sonido más natural de una banda en directo. Se da por sentado que así queda más «festivalero» un repertorio que, en el caso de Siloé, sí que suponía un giro más rítmico y bailable en sus temas.
Reivindicando aquello de que un festival debe servir para conocer nuevas bandas allí estaban Irenegarry. Un sonido limpio y preciosista de la guitarra de Irene servía de hilo conductor a temas de carga postmillenial, de inquietudes cotidianas que nos reconciliaban con lo mundano.
Si hablamos de adjetivos asociados a un festival, divertido bien podría ser uno de los más reclamados y celebrados. Y un espectáculo divertido fue el que encontramos en la actuación de Ginebras. Un concierto que se nos pasó rápido entre temas como todas mis ex tienen novio, la versión de Con Altura de Rosalía o la típica canción. Esto nos hizo llegar bien predispuestos al show de Rigoberta Bandini al que la mayoría esperábamos con interés y curiosidad. Y resultó que, a pesar de su escasa aún discografía y tener que recurrir a dos versiones de su popular y aclamada Ay Mamá, el espectáculo nos dejó satisfechos con ciertos momento más acertados, sirva aquí de ejemplo el A ver qué pasa, que otros (mención aparte el bizarro recuerdo al la la la de Massiel).
Gustó también mucho el concierto de LA M.O.D.A. y aún más cuando sacaron la artillería de buenas canciones de su primer disco. Héroes del sábado, Gasoline y ¿quién nos va salvar? nos brindaron grandes momentos en la aún calurosa, muy calurosa noche del viernes.
Y llegó el turno de Izal dentro de la gira despedida de un grupo que dice adiós tras las última fechas anunciadas y que en todos estos años ha sido cabeza de cartel de muchos festivales por la península para gloria de sus seguidores y hartazgo de sus detractores. Además de citas festivaleras hay que reconocerles que han sumado al repertorio del indie patrio un buen puñado de canciones en la memoria colectiva que, obviamente, sonaron en Interestelar de forma imprescindible. Apúntese en este haber la mujer de verde, qué bien, pequeña gran revolución o, esto quizás es apunte más personal, Copacabana que creo que envejecerá especialmente bien. En el debe podríamos decir que a pesar de las circunstancias del adiós el concierto no resultó particularmente emotivo, un concierto más, un concierto menos, según se mire.
El sábado lo estrenamos con Cariño que intentaban compensar con espontaneidad su presencia en un escenario que con ellas parecía especialmente grande. Tiraron también de sonidos pregrabados para hacer más festivalera su actuación con temas como Tamagochi o canción de amor pop que reflejan personalidad y talento. Posiblemente el debate llegó con Califato de 3/4. A los que algunos parecía extasiarles a otros parecía provocarles desaprobación. Una puesta en escena distinta y peculiar como también lo es su proyecto y su idea musical que aúna flamenco con semana santa y breakbeat tenía en Interestelar su gran puesta de largo, ante su gente, en su ciudad.Buleríâ del aire acondiçionao, Buleríâ del aire acondiçionao o Crîtto de lâ Nabahâ parecían someterse a un plebiscito local. Tiraron de entusiasmo desmedido sobre el escenario amén de colaboraciones al cante y al baile, apoyo visual con las proyecciones en la pantalla y pecaron de chillidos, demasiados, a la hora de defender sus alegatos en pro del andalucismo o del consumo de drogas (aquí cada cual que opine lo que quiera).
Tuvimos ocasión de descubrir el pop inmediato de Emlan que nos mostraron que lo suyo es hacer canciones de estribillos pegadizos de historias personales. Nos gustaó especialmente Mala Decisión (de autoría compartida con Despistaos). En Zahara vimos una transformación. No puede hablarse de evolución sino de un cambio muy radical en la artista jienense que ya hace mucho años conocimos con la única compañía de su guitarra. Y lo que parecía es que ella se sentía muy cómoda en esta nueva versión de sí misma, electrónica y palpitante que sólo dejó atisbar algo de esa antigua Zahara en Hoy la bestia en cena en casa o el deshielo.
Quizás el concierto de Miss Caffeina fue el más redondo de todo el festival. Canciones que se sucedían una tras otra con elegancia y bien mesuradas desde la voz de Alberto nos empujaba a esperar con interés la siguiente, y luego la siguiente. Autoayuda, Fuerte el aplauso y el apoteósico final con Mira cómo vuelo les confirmaba como un grupo de presencia festivalera casi indispensable y de un repertorio y ejecución notables.
Con gritos de Nathy, Nathy, el concierto de Nathy Peluso ya arrancó con goleada a favor para la cantante que se mostró versátil en sus diferentes registros de mujer polifacética. De business woman a la versión de Camilo Sesto, Vivir así es morir de amor, Nathy puso de manifiesto los valores que le han convertido en estrella internacional. Una actuación hipnótica en la que en cualquier momento pasábamos de la provocación desde el baile a una pausa vocal.
Y así cerramos una nueva edición de Interestelar con los sones de los hits de La Rubia Pincha a los platos. Y así se abre la espera de un año para la próximo edición donde el halago y la crítica haga seguir creciendo a este festival que ocupa un status y un lugar en el calendario privilegiado y que para quienes disfrutamos tanto de esto tan necesario nos resulta en nuestra ciudad.
Fotografía: Interestelar Sevilla