Nada permanece sin cambios. Todo en un Festival. (público y gruops inclusive) van desarrollando toda una evolución que, finalmente, desemboca en toda una serie de opiniones sobre el resultado final. Pero no empecemos la crónica por las conclusiones de quien la firma. Empecemos por el principio.
Y nuestro principio tiene que ver con esos nervios desde primera hora de la mañana porque ya está aquí el Festival de tu ciudad que semanas antes anunciaba que los abonos estaban agotados. En el sobresaliente recinto del CAAC observamos los primeros cambios respecto a la entrada y ubicación de escenarios que bien pudieran deberse a una gestión de la incidencia de la luz solar más que a logistica de asentamiento del público. Y desde ese nuevo emplazamiento de uno de los escenarios principales ya nos esperaba la música. Morgan, esa recomendación que no faltaba en boca de nadie y que invitaba a entrar a primera hora de la jornada de viernes ya nos recibía con canciones, una voz personal y una patente alegría por estar tocando en Interestelar. No pudo ser más acertado el horario, a modo de bienvenida con bonitas canciones bien engalanadas desde la voz.
La M.O.D.A. nos hizo caer en la cuenta de que estábamos en un festival. Llegaba la hora de bailar, cantar y saltar con la luz del día bien presente gracias a la convicción que desde el escenario nos transmitía este combo de 7 integrantes. Un maravilloso sonido de acordeón y un gran final de setlist que incluyó una pausa rítmica que no emocional a la hora de Héroes del Sábado. Geniales.
Zahara acostumbra a presentarse en los festivales con una versión superlativa de sí misma. Vestimenta, show y en definitiva, puesta en escena para ocasiones así donde la magnitud de público y evento lo requiere. En estas circunstancias parte de su repertorio se hace gigante (como en Caída libre) y en otras ocasiones echamos de menos esa cercanía e intimidad que sabemos de sobra que Zahara y su obra es capaz de dar.
Iván Ferreiro volvía a Interestelar y se consolidó como una de las apuestas más seguras de cualquier cita festivalera. Su estilo personalísimo al que va sumando disco tras disco grandes canciones nos deja con un sinfin de momentos interestelares inclusive cuando toca ponerse nostálgico con los recuerdos a Los Piratas (el equilibio es imposible, fecha caducada y años 80). Iván ya es un artista total y cada artista total tiene su himno, Turnedo, que sonó como apoteosis final.
Con Rozalén la fiesta quedó plenamente asegurada. Su concierto es una sucesión de alegría y de emociones a bordo de una variedad de estilos musicales. La artista salió entregada y el público alimentaba tema a tema esa entrega. Y mientras nos divertíamos Rozalén nos lanzaba mensajes de tolerancia, amor y respeto con el hilo conductor de la música. Incluso nos regaló una colaboración con el Kanka y algunas estrofas de la popular llorona que sonó por primera vez y no la última en Interestelar Sevilla.
Muchos años reclamando que los Festivales le dieran a Second una franja horaria preferencial y ganada a pulso en su brillante trayectoria. Interestelar nos ofrecía a los murcianos en prime time que con la pronta interpretación de Rodamos quiso enchufarnos desde los primeros acordes de su concierto. Entre la responsabilidad y su habitual sobresaliente desempeño el setlist parecía lanzar al público en una constante montaña rusa donde temas como 2502, Rincón exquisito o Mira a la gente de su último disco supusieron las cotas más altas de su actuación.
Espectacular. Así presagiaba el inicio del concierto de Fangoria, otro de los grupos que encajan a la perfección en cualquier oferta festivalera y que puede presumir de ser una banda intergeneracional que no sólo ha sobrevivido al paso del tiempo sino que su popularidad se ha visto reforzada en los últimos años.
Yorch y la superbanda que han configurado en torno a él combatían el calor de la tarde primaveral sevillana con sus historias encerradas en cada canción de Cosas preciosas y relojes económicos, su disco y lamentaban no habernos llevado un sombrero a cada uno de los asistentes. Seguimos buscando la sombra escuchando a Carmen Boza con otro buen puñado de historias en canciones bien resueltas con Gran Hermano sonando de cierre.
Shinova están en ese punto en el que gustan a quién los descubre (en especial ese punto más rockero que otras propuestas es un factor diferencial) y que esperamos expectantes su siguiente paso en la evolución. La banda suena enérgica y del repertorio va destacando más de un tema que en directo gana muchísimo como Doce meses (el año del maravilloso desastre).
Mikel Erentxun es otro de los talentosos currantes de la música patria. No conforme con vivir de las rentas de todo lo que Duncan Dhu supuso, el de Caracas afincado en San Sebastián sigue empeñado en hacer discos donde su prosa busca el constante equilibrio con la melodía aunque la suma de adeptos en nuevas generaciones no resulte una batalla sencilla. Se presentó en Interestelar con un formato de banda sin fisuras en la que disfrutarle en su más reconocible versión. Mágico cierre con la importante En Algún lugar que por sí sola merecía un Festival.
Depedro nos esperaba con esa risueña propuesta de rock sureño y actitud complaciente que nos mueve suavemente a un compás que manda su toque de guitarra. Temas celebradísimos como fueron Como el viento o un hombre bueno que se acercaron al climax musical que alcanzamos con Nubes de papel y cómo no con Llorona, la popular canción mejicana que muchos autores han versionado pero que Depedro hace suya de una forma vibrante.
Y llegaba el turno de Vetusta Morla, esperadísimo cabeza de cartel que refrendaron en una actuación completa y del nivel que se les presupone que ya es decir mucho y bien. Miles de personas en torno a poder ver siquiera de lejos las figuras de la banda que al menos en pantalla de calor se divisaban desde atrás. La hora y media de actuación contó con una buena puesta en escena de audiovisuales y la siempre especial entrega de Pucho que acompaña a una prodigiosa capacidad vocal. La banda a lo suyo, a emocionarnos con los acordes de Copenhague y hacernos enloquecer con Valiente. Un concierto que fue todo una oda a la música y a la capacidad que tiene esta de unirnos y que rubricaron con unos guiños a los grupos del cartel en una sucesión de estrofas en La Vieja Escuela.
No nos olvidamos de la constante actividad en la carpa de Dj´s así como del tercer escenario a pesar de que no podamos reseñar fidedignamente lo que allí acontecía a pesar de que el nivel programado era de gran consideración. Venturi y Tu Otra bonita fueron actuaciones especialmente comentadas por su espectáculo en su actuación.
Ya es víspera del 5º Aniversario, la edición de 2020 que tras el incontestable éxito de público de este año tendrá que afrontar nuevos retos en cuestiones de confort en el uso de barras y servicios en general para que la altura de Interestelar que se ha demostrado en muchos aspectos sobresaliente evolucione de la mano. Un público maduro y fiel junto a una organización exigente y crítica para que este festival que ya nos merecemos siga haciéndonos vivir momentos espacio-temporales únicos y maravillosos.
Fotografía: Interestelar (oficial)