Otro año más nos vemos en Villena. Bajo el nombre de Fuck Censorship Festival, el que otrora fuese la Fiesta Presentación del Aupa Lumbreiras!, nos reúne para una nueva fiesta de música Punk Rock reivindicativa.
De nuevo en la plaza de toros cubierta de la localidad alicantina. Con otro nombre pero con la misma organización, con las mismas ganas de pasar un día lleno de música y diversión, e incluso con muchas caras que repiten entre el público que se ha hecho fiel.
Más de 12 horas de conciertos se acumularon a partir de la inauguración a cargo de Konsumo Respeto en primer lugar, seguidos de La Kontra. Los shows más tempraneros suelen ser los que amenizan la entrada de público en las primeras horas, de tal manera que los más rezagados (como es mi caso) entramos cuando ya habían finalizado sus espectáculos. No obstante, la gente que ya estaba en la plaza parecía bastante entonada para afrontar la tarde noche.
Los primeros que vi fueron la Fuckop Family, que cambiaron su puesto en el timeline a Envidia Kotxina.
El quinteto jugaba en casa y se vio el tirón que tienen en su tierra, pues mucha gente cantaba sus temas.
La Fuckop Family es un grupo que mola bastante de verlos, por lo entretenidos que son conjugando Metalcore, Reggae y Punk en dosis variables, según los temas que se marquen.
Los que se llevaban la atención eran los vocalistas Ganga y el “rasta” Abadía. Por supuesto, por allí también andaban Ricky, Arturo y Paco alternando ritmos Core con compases Reggae y otros riffs más metálicos.
Así, en la hora corta que estuvieron tocando, se dejaron caer con canciones como las celebradas “La cultura del odio” o “Esto no es vida” que sonaban a celebración. Aparte de por la fiesta que arman, por el propio hecho de que esta gira conmemora sus 15 años de existencia. E incluso tuvieron tiempo para marcarse una cover de Cicatriz: “Aprieta el gatillo”.
Sin duda que la Fuckop Family es una banda con merecimientos para estar en este festival y en este cartel, e hicieron pasar un buen rato.
Tras el breve break para cambiar los equipos, llegaron The Locos al escenario. Con la tarde invernal ya oscureciendo, Pipi devolvió el colorido a la plaza con esas chaquetas tan… “discretas” que gusta vestir.
Obviamente era Pipi el que captaba todas las miradas, pues ya siendo el corista y showman de Ska-P lo hacía, pues en su propio grupo, ni que decir tiene.
Con una banda renovada, pero con la misma intensidad y energía, dado que es Pipi el que hace y deshace, tanto en estudio como en directo. Realmente se comía el escenario, sin parar de moverse, cantar, arengar al público (que ya de por sí estaba bastante arengado)… Probablemente The Locos fue la banda más divertida. Va en el ADN de su líder. Con una clara intención de “dar la nota” de color, Pipi se empapó de un público encantado con temas como “Paletovisión”, “Vendedor de gloria” o “Buscando líos”. Con tanta energía como acostumbra a explotar desde su época en Ska-P.
La música, eminentemente Ska con apoyo de metales de viento, guardaba su punto de Punk inconformista en algunos momentos y algunos mensajes. Mensajes combativos y de resistencia que fueron el común en muchos de los conciertos.
The Locos se marcaron la cover del Txus de La Polla. Imagino que Evaristo, que esperaba a actuar más tarde, les dio sus “bendiciones” por ello. También cayeron otras como “Don’t Worry, Be Happy” y la archiconocida “Surfin’ Bird” de los Trashmen.
En fin, de todo un poco, y mucho humor y buen rollo con Pipi y sus secuaces. Con The Locos se hizo de noche en Villena y el público definitivamente copó la plaza de toros para colgar un año más el Sold-Out en taquilla.
Les tocaba a continuación a otros que también tocaban cerca de casa. En este caso: El Último Ke Zierre. EUKZ para los amigos.
Una banda de las de renombre en el Rock Radikal español, pero que aún aparecen sobre el escenario como si de colegas se trataran. Realmente es una banda empática y cercana con su público, haciendo que conciertos como este adquieran una acogedora atmósfera desde el primer acorde.
EUKZ presentaba su formación con El Feo (voz), Pedro (bajo) y Óscar (guitarra) como integrantes históricos, Kusio en la batería y la más reciente incorporación (Tico) en la guitarra.
Como decía, crearon una atmósfera muy grata desde el primer instante, por el gran feedback que tuvieron con un público que tenían de su parte siempre; pero creo que empezaron fríos y necesitaron un par de temas para coger la velocidad de crucero y encarrilar el resto del show como ellos querían.
EUKZ tienen bastantes discos dentro de una trayectoria de décadas, algunos más inspirados que otros y con una música que ha ido evolucionando durante años. ¿Y cómo se reflejó en el concierto? Pues hubieron cortes más intensos y otros más melódicos, pero consiguieron cohesionar un show muy homogéneo que levantó los ánimos y seguramente fue de los que más gustó en este festival.
Con las tablas que tienen el Feo y los suyos, tampoco es de extrañar. Pero la clave fue la elección de un setlist con lo más granado de su historia. Imposible resistirse a “Vuelta al infierno”, “Enganchados”, “¿A dónde vas” o “Mis calzones”.
A poco que se emplearan un poco y con semejante selección de cortes, iban a triunfar… Y así fue. Una plaza de toros entregada a los riffs de Óscar y Tico y, sobre todo, a la voz de un Rober que volvió a encandilar.
“Canto”, “Hachís”, “Altero mi cuerpo”… Los minutos pasaban y veíamos claro que estábamos disfrutando de uno de los grandes en este Fuck Censorship Festival 2017.
Y “No tengo miedo”, “Yo podría ser tu perro”, “Tus bragas”, “A cara de perro” colmaban las expectativas de los más exigentes seguidores de EUKZ para este show.
Otra muesca más en la dilatada trayectoria de los de Burriana, demostrando por qué son de los más reconocidos grupos de la escena.
Y si EUKZ son conocidos, qué decir de Evaristo Páramos. Gatillazo se subía al escenario entre vítores y ganas de juerga. Como siempre, el excantante de La Polla no dejaría indiferente a nadie.
Con otros dos exPolla (qué mal suena esto), como son Txiki y Tripi, además de con Ángel y Butonbiko, Evaristo se hacía fuerte en un escenario que conoce muy bien. No en balde ha sido uno de los habituales en las distintas ediciones de este festi (con sus correspondientes cambios de nombre).
Alternando cortes de Gatillazo con canciones de La Polla, Evaristo también aprovechaba los intercambios de temas para “comentar sus cosas”. Proclamas que no puedo reproducir porque me temo que el lenguaje no resultaba apto para menores… Es decir, Evaristo en estado puro.
Así se dio un genuino concierto Punk en este Fuck Censorship Fest por parte de uno de los grandes del género. Todo a base de “La familia unida”, “Señor juez”, “Un minuto de libertad”…
Cortes que proponían pogo entre los concurridos, que aceptaban esta propuesta de buen grado cuando sonaban las crudas melodías de “Lucky man for you”, “Cómo convertirse en nada” o “Nada que ver”.
La verdad es que sonaron un buen puñado de canciones, dado lo fulgurantes que resultaban en las guitarras de Txiki y Ángel: la genial “Mucha muerte”, “Hemos venido a divertirnos” (como una declaración de intenciones en toda regla), la aclamada “Bla-bla-bla” o “Johnny”, por ejemplo.
Todo adornado con la cáustica sorna del frontman y su ácido sentido del humor que no dejaba títere con cabeza. Evaristo, genio y figura.
Y de Salvatierra, saltábamos a Sevilla para recibir a los Narco. Otro de los habituales en estos lares.
Los andaluces ya tienen un nombre más que consolidado como banda referente del MetalCore nacional. Prácticamente desde aquel “Satán vive” del ’97, adquirieron un prestigio tan sólido como su propia formación.
El caso es que encima del escenario, con la dupla Vikingo – S Curro, se mueven como por su casa y se refleja en la fluidez con que manejan el setlist y los tiempos.
Su reconocimiento quedaba patente entre el público, pues fueron de los que más pogo y movimiento frente al escenario provocaron. Y es que con temazos como “Siempre enmarronao”, “Son ellos”, “Vizco”; el triunfo estaba garantizado.
Con el notable acento y la voz áspera de Vikingo (no sé si el hecho de beber whiskey a porrón, como hizo en el concierto, tendrá algo que ver en esto último), la gente coreaba los estribillos de himnos de Narco como “Tu dios de madera”, “Dame veneno” o “Kolikotrón”; haciendo un repaso por sus seis álbumes. Incluyendo el estupendo "Versiones para no dormir”, pues su pudo oír la “Demolición” de los Saicos.
Obviamente el contrapunto lo hacía un S-Curro que tenía un brazo en cabestrillo, aunque no pareció limitarle mucho a la hora de manejar el escenario y las letras con una entonación más limpia.
El resto de la banda, pues a lo suyo: Diablero y Amnésico a las cuerdas y Abogado en los teclados, con especial presencia en “La hermandad de los muertos”. Personalmente es una de las que más agradezco, será por ese toque “Folk” que supone la marcha procesional.
Sí es verdad que Manipulador no se encontraba en la batería en esta ocasión, siendo sustituido por un percusionista circunstancial, pero que defendió muy bien los temas.
“Chispazo” y “Puta policía” no podían faltar, dando cuenta de un nuevo show donde triunfaron nuevamente, sin duda.
Los siguientes en liza fueron Boikot, un fijo prácticamente en cada edición. No obstante, no puedo dar crónica de su concierto porque en esos momentos aproveché para hacer una entrevista a Aitor, insigne cantante de Hora Zulu. Entrevista que podéis leer en esta misma web.
Y precisamente Hora Zulu fueron quienes se subieron al entarimado a continuación. Los granadinos eran un contrapunto más lírico y reposado quizás, ante la efervescencia Punk y fiestera de muchas de las bandas del cartel. Esto no quiere decir que fuese un muermo de concierto. Más bien al contrario, sólo que desde un concepto distinto a los demás.
Personalmente me agrada mucho Hora Zulu, pues me parece que el Metal alternativo que producen es de lo más destacado de esta escena. Así pues, estaba encantado con verles de nuevo. Expectante ante su propuesta para este festival, particularmente quedé muy satisfecho con la actuación.
Con canciones como “Toma y obliga”, “Y no protesto” o su “Tango”, Hora Zulu aportó mucho valor añadido a la noche de Villena. Me gustó la solvencia con la que Álex y Javi marcaban los ritmos con el bajo y la batería que sonaron la mar de bien. Por su parte, Paco tan notable como se le esperaba en la guitarra. Un espectáculo muy fluido, a pesar de que hubo alguna queja por parte del público porque Aitor se extendía un tanto, hablando entre tema y tema.
Ciertamente que le gustaba presentar y explicar los cortes, con tranquilidad y propiedad. Seguramente a alguno se le hizo un poco denso, sobre todo en comparación con lo que solían las bandas previas.
Con todo, Aitor es un excepcional vocalista y un gran frontman. Templado y sereno, no necesita mucho para captar la atención de un público que incluso se atrevió con algunos pits cuando sonaron los acordes más duros.
El Rap cantado de manera impecable, sobre la base Metal, con letras elaboradas, labradas y más; todo ello hacían que temas como “Tientos”, “Camarada” o la excepcional “Mis barraqueras” sonaran enormes.
Por cierto, que creo que algunas de estas las cantó Aitor mientras se comía un par de bombones o dulces o algo así […].
“Agua de mayo”, “Andaluz de nacimiento” y “ A ver si me entiendes” no faltaron, rematando una faena notable de los "granaínos". Personalmente me supo tan a poco que quedé expectante por verles en una próxima ocasión.
Los últimos en liza fueron unos Envidia Kotxina que habían cambiado su puesto en el timeline a la Fuckop Family. No sé si intencionadamente o por necesidad, pero dejaron a esta veterana banda para cerrar el festival, en lo que sería la penúltima actuación de su historia. Tres días después, Envidia Kotxina tocaría su último concierto, por lo que este, en el Fuck Censorship Festival, era prácticamente la última oportunidad de verlos en directo.
No puedo comentar en profundidad el show, porque el cansancio ya hacía mella. No obstante, sí puedo decir que la actuación estuvo muy envuelta por una atmósfera muy emotiva. Se manifestó un grato afecto mutuo entre la banda y el público. Un homenaje en las dos direcciones que dejaba un gran feedback.
Bueno, todo esto sin dejar al margen el hecho de que Envidia Kotxina es un grupo de Punk, claro.
Ahí estaban Ziku, Aguelo, Txafas y Ska, además de la familia de Ángel (Aguelo), que se acomodaron en un lateral del escenario para participar de esta gran velada.
Con canciones ya míticas dentro de su carrera de 7 discos, ofrecieron a un público aún muy numeroso el deleite de oír por última vez: “La raba”, “Daños colaterales”, “Mala patada”, “Un madero, mil lapizeros”, “Malos pensamientos”, “Akaba ya”, “Alimañas”... Para mantener la esencia de Envidia Kotxina hasta el final.
En fin, así transcurrió. Esperamos vernos en la próxima edición.
Hasta la próxima.
Salud!
Viernes, 23 de Mayo 2014 - CAAC, Festival Territorios, Sevilla
Una edición más, Musiqueando personalizado en un servidor, se hacía presente en un cartel que, la verdad por delante, sigue sufriendo eso de los recortes en una programación que para más inri hace coincidir en horarios muchas de las actuaciones a priori más interesantes.
Dicho esto, me fui desde bien temprano, con la merecida previa que los grandes eventos merecen porque, venga quien venga, la celebración de un Festival como Territorios en ese marco incomparable del Monasterio de la Cartuja y en Primavera sigue produciéndome esos nervios desde días antes.
Un más que digno heredero de la Fiesta Presentación del Aupa Lumbreiras! De hecho, en lo que a mí respecta, esta primera edición del Parental Advisory Explicit Lyrics Festival fue mejor que cualquier edición de la Fiesta Aupa, por cartel. Esta es una opinión personal pero, ante la gran afluencia de público que colmó las instalaciones de la plaza de toros cubierta de Villena desde el primer hasta el último grupo, creo que es una opinión muy compartida.
Nueve grupos, varios de ellos auténticos grupazos, ofrecieron hasta trece horas de música, intercaladas sólo por breves descansos de veinte minutos para cambiar los sets en el escenario único.
Empezaron Habeas Corpus, la banda de Hardcore, Rapcore o (como ellos gustan denominarse) Combat Rock.
Empezaron fuertes, con el tema que da título a su disco “A este lado de la crisis”. Buena dosis de Rock en la música, con la voz de Mars en modo Core y una profunda carga política en la letra. Fueron caldeando el ambiente con esta y las siguientes “Otra vuelta de tuerca” (cantada con rabia y tocada con buenos riffs) y “Ay de los vencidos” (que sonó más Punk-Rock que Hardcore, dadas las melodías).
Tras breve parada para recomponer las energías, y con intro incluida, “Fascismo nunca más”. Una de las más aclamadas por una audiencia que comulgaba con los mensajes de la banda, esta se celebró y coreó desde que Mr. Chifly hizo sonar las primeras notas en su guitarra. Un tema fácil y cómodo que encontraba un feedback muy positivo en el público.
“Fanáticos católicos” y luego “ A las cosas por su nombre”, retomando el más acentuado Core de la banda mientras que el público iba entrando en la plaza de toros cubierta de Villena para comenzar a disfrutar de una jornada llena de música e inconformismo. “Retomando el último adiós” sonó bien, con una buena base rítmica desde la batería de Iker, que se veía secundada por el bajo de Víctor. Una buena mezcla de melodía y fuerza lírica amenizaba el tiempo que la banda madrileña dedicaba a sus seguidores.
Luego vendría “No es tiempo de llorar”, con un magnífico arranque de guitarra para enfatizar un mensaje positivo dentro de un corte con mucha armonía. Los coros de los guitarras (Chifly y Víctor) secundaban en tonos más musicales a la desgarrada voz de Mars.
Se llegaba a la mitad de la actuación de Habeas Corpus con “Basta Ya!”, de nuevo con un profundo estilo Core, de sonido denso y buen trabajo de bajo, y con una tensión que se trasladaba a una concurrencia que se movía al son de los ritmos que la banda imponía sobre el escenario.
Luego llegarían “Mano de hierro, guante de seda” y “Distancia”. Esta con un brutal comienzo de bajo, y que creo que sonó de las mejores de su setlist.
Tampoco faltaron “En el punto de mira” o “La rabia”. Unos temas que se celebraron enormemente tanto en lo musical como en lo reivindicativo.
“No te rindas” arrancaría la terna final, que se completó con la esperada “Cada vez más odio”. Dura, desgarrada y enfurecida, colmó las expectativas de los acólitos de los fans de Habeas Corpus a base de tralla.
El final sería para “Sois ejemplo”, con un Mars que agradecía al público su presencia y apoyo. También agradeció la oportunidad a la organización del festival, si bien se apreció cierto malestar con el hecho de la hora de su actuación y ser el grupo que arrancara el cartel.
Tras los veinte minutos de rigor para el cambio de set, se encaramaron al escenario los Dos Tenores Def.
Los otrora Def Con Dos se apoderaban del escenario en formato de trío. César Strawberry y su secuaz Peón Kurtz tomaron la tarima desde el primer minuto. A priori un espacio amplio, pero del que se apoderaron en toda su amplitud, moviéndose de aquí para allá mientras entonaban las letras de temas de DCD como “Apocalipsis ahora” o “Miedo a un planeta Def”. Apoyados en la guitarra y los samplers que manejaba en inconmensurable J. Al Ándalus, Dos Tenores Def expusieron a una muchedumbre que ya colmaba las dimensiones de la plaza de toros de Villena, toda la crítica cáustica y corrosiva de sus letras.
Tengo que reconocer que no soy muy aficionado al Rap ni al Hardcore tal cual. Así, desde el enorme respeto que me supone ver manejarse con unas letras tan complicadas muchas veces, tengo que decir que los temas se me pasaron de manera muy lineal. Ciertamente todos ellos se me antojaron cortados por un mismo patrón: unos ritmos muy marcados que imponían la cadencia para la lírica en las voces de Strawberry y Kurtz.
En lo musical, por tanto, todo muy regular a excepción de los breves solos de guitarra que podía acuñar J en momentos muy concretos.
La letra espetada por las preponderantes figuras de Strawberry y Kurtz requerían las atención para entender la mordaz sátira de sus mensajes. Así dejaron para el momento cortes como “G.I.Joe”, “Coprofagia” o la archiconocida “La culpa de todo la tiene Yoko Ono”.
A ratos se vieron acompañados y secundados por un par de chicos enmascarados que resultaron ser los valencianos Xpresidentex.
Los setenta minutos de tiempo les dejaron posibilidad para casi una quincena de temas, así que aprovecharon bien para hacerse valer en un festival donde el Core competía con el Punk-Rock.
Una bien acogida “Asociación de mujeres violentas”, “Edipo rey”, “Pánico a una muerte ridícula” o “Promiscuidad” dejaron buena cuenta de lo que DCD / Dos Tenores Def pueden dar en directo.
Entonces le llegaba el turno a uno de los platos fuertes para mi gusto. Una banda que garantiza juerga y diversión en todo momento. Era el momento de los navarros Lendakaris Muertos.
Como siempre, tremendos en velocidad, en espontaneidad y en letras irónicas y punzantes. Particularmente Aitor, claro, con la actitud que le hace tan irreverente y provocador como entrañable.
Se arrancaron a lo grande con “Drogopropulsado”, muy seguida de “Cabrón” y “Estamos en esto por las drogas”. De hecho, el último estribillo de esta última lo dejó cantar al que probablemente era el espectador más joven del festival (…).
A base de ritmos trepidantes desde la batería de Potxeta, que secundaba Jokin desde el bajo, los cortes pasaban fulgurantes con letras tan divertidas como políticamente incorrectas.
Así llegó el tiempo de temazos tan reconocibles de su discografía como “Cómeme la franja de Gaza”, “El último txakurra” o “Pasao de rosca”.
La locura era absoluta entre la concurrencia que se divertía en grande entonando las canciones de estos cuatro tipos irrepetibles.
Pero es que, además de todo lo que daban las letras, el joven Joxemi se las apañaba bastante bien para hacerse notar a base de pegadizos riffs de guitarra.
“Detector de gilipolleces”, “Horóscopo”, “Cerveza sin alcohol”, “Una de rumanos”…
Sí que es verdad que Aitor parecía un tanto más apaciguado que de costumbre porque aún no había saltado al público. Pero vamos, que según pasaron a continuación “Violencia en acción”, “Odio el fútbol”, “Nuklearrik bai” o “Héroes de la clase obrera”, Aitor acabó dándose sus habituales baños de masas, siendo llevado en volandas por el público de aquí para allá.
No faltaron los “Besos gaztetxeros” precedidos por un pico que Aitor se dio con un “primo” suyo.
“Vine, vi y me vendí” y “Esto no es punki” precedieron al momentazo que siempre supone oír a los navarros tocar en directo “Gora España”, contagiando de este cántico a todos los presentes, más allá de cualquier ideología o inclinación.
“DNI vasco”, “Fuimos ikastoleros” o la recién estrenada “Modo Dios” sobrepasaron el ecuador del tiempo de Aitor y los suyos antes de llegar al momento por excelencia de un concierto de los Lendakaris Muertos. El “Oso panda” ponía en pie a los pocos que aún se resistían a los encantos de los Lendakaris.
“Teletecho o propofol”, “París” continuaron repasando la discografía de un grupo que parecía divertirse tanto como aquellos que los escuchaban. Prueba de ello cuando en “La hoz y el Martini” Aitor, Jokin y Joxemi bajaron a cantar y tocar entre el público.
Jokin y Joxemi volvieron pero Aitor acabó perdiéndose (o perdiéndole) y tuvieron que esperarlo a que retomara su sitio en el escenario, llegando de algún lugar de entre las gradas.
Los últimos temazos serían “Centro comercial”, “Hotel familiar”, “Satán”, “Se habla español” o “ETA, deja alguna discoteca”. No obstante, el remate final y definitivo sería para la genial y totalmente coreada “Veteranos de la kale borroka”.
Así concluía otro conciertazo de los simpares Lendakaris Muertos, que siempre dejan ganas de volver a verlos muy pronto.
Otros veinte minutos de tranquilidad antes de que los sevillanos Reincidentes se hicieran con el espacio de la plaza de toros de Villena. También muy esperados y deseados, Fernando y los suyos.
Arrancaron fuertes con un tema de esos que enganchan a la primera: “Jartos de aguantar” que, además, se enganchó a la festiva “La cucaracha”. Para este arranque contaron con la inestimable ayuda de los Boikot que subieron a echar una mano.
Personalmente disfruté más la siguiente, con una mayor carga melódica, “En la ciudad de los sueños”. Con las guitarras de Finito y Barea machacando buenos riffs, Reincidentes se hicieron pronto protagonistas de todo lo que pasaba en este espectacular Festival durante su rato.
“Al asalto” o la sentimental “Carmen” dejaron también patente el compromiso social que Reincidentes tiene presente en toda su producción.
Personalmente, que me considero bastante más rockero que aficionado al Punk, me gustaron los detalles con los que Finito y Barea se dejaban caer en sus guitarras a modo de solos de menor o mayor presencia.
Tampoco faltaron cortes del último trabajo de los andaluces, tales como “Refugiados” o “La cuneta del olvido”.
Los temas pasaban y repercutían en los ánimos ya de por sí elevados de los fans y aficionados. Un ambiente más que propicio para Fernando y compañía que veían a miles de seguidores volcados con ellos cuando entonaban “Sin parar”, “Otra vez”, “No somos nada”, “La rabia”, “Corre”, “Dime”… todas ellas de discos legendarios como “¡Te lo dije!” o “Sol y rabia”.
“Nazis nunca más” resultó de las más aclamadas y coreadas, tocada con furia y de guitarras agresivas, seguida del “Cuento del alfajor”.
Se celebraron de nuevo los acordes de una mítica “Republicana”, previa a la sentimental “Ay Dolores”. Un temazo de profundo calado a base de buena composición.
“Rip-rap”, “Vamos pal infierno”… Todo para dejar el espectacular colofón a “Grana y oro”, lo cual aprovecharon para hacer referencia precisamente al recinto donde se desarrollaba el propio festival.
Los últimos minutos serían para que Manuel, Fernando, Finito y Barea se entregaran al “Vicio”. Y con esta fue con la que el público estalló en la locura.
Otros veinte minutos de asueto para que los cuerpos preparasen la venida de la banda internacional del festival. Unos veteranos de la música reivindicativa que se encuentran en España tan cómodos como en Italia. Se trataba, claro está, de la Banda Bassotti.
Casi una decena de integrantes sobre el escenario que ocuparon desde los prolegómenos de su actuación con una enorme pancarta escrita en italiano. Para entonar la inicial y celebrada “Luna Rossa”, decidieron dedicarla a un compañero que, por lo que me pareció entender, había desaparecido. Lo cierto es que no entendí demasiado bien las palabras de Sigaro y Picchio a la hora de explicarlo.
La cosa se fue animando en diversión cuando “Cuore Malato” nos dejó ritmos bailongos y el atractivo sonido de la sección de viento a base de trompetas y trombón en manos de Sandokan, Mezzapila, Stefano o Giovanni.
Un Ska que se mezcla con el Punk y la constante reivindicación en las letras de “Carabina 30 30”, “Rum & Polvere da Sparo” o “L’altra faccia del impero”.
Ciertamente que el sonido resultaba sugerente con la buena combinación de los ritmos básicos pero efectivos de batería, riffs tocados de Punk y unos metales que adornaban la mar de bien todo lo demás. Por su parte, Sigaro y Picchio se alternaban a la hora de cantar con dos voces ásperas ambas, aunque personales cada una.
“Revolution Rock” sonó más Ska, aunque con un cierto trasfondo Rock que hizo de esta una buena canción para pasarlo bien. Se enganchó luego con “Juri Gagarin” y “La banda del cimitero” para llegar a la mitad de una actuación que nunca dejó de exponer las ideología y proclamas políticas que la Banda Bassotti siempre ha manifestado. De hecho, la batería quedaba enfundada en una enorme bandera de la DDR durante todo el tiempo que estuvieron actuando, amén de otras banderas que fueron enarbolando a ratos.
Política aparte, la música siempre resultaba fiestera. Si bien Giacomo y Michele imponían los ritmos que Sigaro y Scopa acompañaban para hacer el Punk – Ska propio de su estilo, eran sin duda los vientos los que adquirían enorme presencia para dar la impronta Bassotti al setlist.
Así funcionaron de bien y con tan buen feedback cortes como “El león santillán”, “Ellos dicen”, “Forte il pugno”…
El final se esperaba a lo grande. Aparte de la pancarta que volvieron a sacar, una enorme “Stalingrado” fue coreada por gran parte del aforo, así como “Poliushko Polie” y la gran “Mockba 993”. El remate sería a base de una adaptación de “Bella Ciao” que resultó apoteósica por la comunión de banda y público.
Los siguientes en liza serían Boikot, que empezaron con ritmos muy eslavos para dar cuerpo a “Naita Na”.
Mantuvieron las melodías con influencias de canciones revolucionarias tanto en las siguiente “Inés” como en el resto del setlist. Pero teniendo un ambiente muy propicio para su tipo de música, Boikot se vio apoyado por el mismo Fernando (de Reincidentes) al entonar este corte sobre las tablas.
Alberto y Kosta tocaron los primeros acordes de “Hasta siempre” y lograron enganchar a prácticamente la totalidad del público para que entonasen con Juankar el estribillo de un tema tan celebrado.
“Bubamara” sonó más Ska e impregnó de este sonido la cubierta de Villena, mientras que los ritmos que imponía Grass desde la batería se hacían más rockeros en “De espaldas al mundo”.
Las “Mentiras” aparecieron con la melodía infantil que se conjuga con el Ska para dar forma a esta canción, otra de las indispensables en un concierto de los madrileños.
Boikot alternaban los estilos en los que se han movido durante décadas y ahora se dejaban caer con una más Core, con las guitarras tomando protagonismo con dureza. Sería “Stop censura”.
“Bajo el suelo” alcanzó la mitad del tiempo de unos Boikot que se encontraban tremendamente cómodos en el escenario de este Parental Advisory Festival. Además se vieron apoyados por un grupo de chicas que acabaron cantando las últimas estrofas y estribillo de esta canción tan encantadora, reivindicativa y necesaria para denunciar la infame y maldita violencia machista.
“Gasolina, vidrio y mecha” sería alegre y jovial, aunque sin llegar al nivel de un temazo como sería “Skalasnikov”. Este, siendo una versión, se ha convertido en todo un himno de la banda por derecho propio. Sacudió el recinto y a sus ocupantes como pocas.
“Tierra quemada”, “Amaneció” y “Sin tiempo para respirar” hacían hincapié en la postura de compromiso social que envuelve la discografía de Juankar, Kosta y los suyos.
Y el final se fue acercando con “Korsakov”, aunando el Ska, ritmos de Kazachok y algún toque de guitarra más potente.
“Grito en alto” y la esperada “Cualquier día” fueron coreadas para que la simbiosis grupo – público dejara unas sensaciones inmejorables en el final de la actuación de Boikot. Si bien aprovecharon para ofrecer su versión de “Bella Ciao” (como la Banda Bassotti hiciera antes) para rematar.
Y por fin llegó el turno de la que posiblemente era la banda más esperada por la mayoría: Soziedad Alkohólica ya estaba lista sobre el escenario a eso de las once y veinte.
Tras la intro de “Glock 19”, directamente “Nadie” sirvió para tomar el pulso del ambiente. El resultado fue ideal para empezar otro concierto magistral de los vascos.
Con las guitarras saturadas de distorsión arrancaría “Polvo en los ojos”, al más genuino estilo Thrash, donde Juan y los suyos se mueven de maravilla. SA, no obstante, supo de nuevo dar las dosis justas de Core, Punk y Metal mezclados, que definen su música y los mantienen en la cumbre del Rock estatal.
Con unos ritmos brutales por parte de Alfred desde la batería, los riffs de Iñigo y el veterano Jimmy engancharon “Dosis de violencia”, “Política del miedo” y “Niebla de guerra”. La segunda con un profundo bajo que daba paso a unos compases desenfrenados.
Letras agresivas en la áspera voz de Juan para complementar a las violentas melodías que Jimmy e Iñigo destilaban en sus cuerdas. Muchas de ellas coreadas y cantadas al unísono por una muchedumbre que se sabía las letras al dedillo. Tal sería el caso de la mítica “Perra vida”, “Palomas y buitres”, “En el tejado”, etc.
No me explayo demasiado en la crónica pues SA volvió a acuñar un show de esos que acostumbra, sencillamente impecable. Sabido es de la experiencia que atesoran tras décadas de procelosa actividad y constantes conciertos por doquier; pero es que SA siempre rallan a altísimo nivel. Tanto es así que es muy difícil de que sorprendan pues show tras show ofrecen lo mejor. Eso sí, igualmente es casi imposible que decepcionen a cualquier buen aficionado al Metal Radikal, Thrashcore o como quieran llamar a su estilo.
“Automarginado”, de suculenta melodía, dio paso a una de esas que hacen levantar el polvo: “Ratas” sonó (con dedicatoria incluida) como un trallazo.
Sonaría “La aventura del saber” y una aclamada “Piedra contra tijera”, con una clara proclama reivindicativa por parte de la banda.
Una de mis predilectas dejó la impronta Core que Juan sabe hacer muy bien. “Peces mutantes” volvió a ser genial.
Antes de cronicar el quinteto final, quería comentar el enorme acierto que ha supuesto para SA el fichar a Alfred Berenjena para la batería, tras la marcha del mítico Roberto hace unos meses. Personalmente pienso que Alfred es sin duda uno de los mejores y más versátiles percusionistas de toda España.
Una fulgurante y seminal “Sin Dios ni na” daría paso al himno por excelencia de SA “Shaktale”. Secundado por miles de seguidores incondicionales.
Sin bises, el final necesariamente tenía que ser atronador. Juan y cía. lo sabían y por eso dejaron para los minutos finales “Cuando nada vale nada”, la étnica “Motxalo” y, por supuesto, “Nos vimos en Berlín”.
SA puede darse por satisfecho de haber mantenido, una vez más, su leyenda.
Luego les tocó el turno a Los Chikos del Maíz. El trío valenciano de Hip Hop, compuesto por Nega y Toni en la lírica y Dj Bokah en los platos.
Como pasó con Dos Tenores Def, la verdad es que no soy ni conocedor ni asiduo de la música Hip Hop. Sí que estuve atento (aunque cansado) de las letras y los ritmos de estos chicos que basaban su propuesta en una música muy reivindicativa y plena de proclamas políticas y sociales.
A mi entender, las rimas quedaban bien construidas y parecían fluir de tal manera que conquistaron constantes aplausos por parte de la concurrencia. Realmente no puedo aportar mucho más a la crónica de este concierto de Los Chikos del Maíz, más allá de decir que repasaron los cortes de su conocido y popular “La estanquera de Saigón”. El público lo pasó bien, aunque el estilo no encuadrase en las propuestas Punk – Rock habituales de este festival.
Luego llegaron Maniática, aunque de ellos poco podré aportar en la crónica de este festival. Prometemos prestarles toda la atención debida en futuras oportunidades.
Enorme el cartel y fenomenal todo el evento, con gran acogida de público. Seguramente la primera edición (bajo este nombre de Parental Advisory Festival) de muchas.
Nos vemos en la próxima.
Salud!
El viernes 9 de Agosto dio comienzo el ECOPOP 2013 en Candeleda, localidad abulense en la que tiene lugar por segundo año consecutivo.
El festival contó en su primer día con la actuación de Proyecto Carambola, quienes ya habían participado en 2011. Abrieron el cartel puntualmente, pero con poco público, debido seguramente a que mucha gente se encontraba aún instalándose.
LEYENDAS DEL ROCK 2015 – SÁBADO
Tercera jornada que empezamos por todo lo grande. El sábado arrancaba el festival con Tankard, nada menos. El segundo de los Big Teutonic 4. De los cuatro grandes del Thrash germano seguramente es el que menos repercusión mediática haya tenido. Personalmente es, de los cuatro, el grupo que menos veces he visto en directo a pesar de que me encanta su música. Por todo ello, ver a Tankard de nuevo sobre un escenario era una ocasión inexcusable y un acontecimiento irrenunciable.
Un buen número de fans de la banda de Frankfurt se agolpaban en el escenario Azucena para ver qué tenían que ofrecer Gerre y los suyos para este Leyendas del Rock 2015. No contaban con mucho tiempo, pues les tocaron las horas tal vez menos agradecidas: muy temprano, calor y poco público aún. No obstante, Tankard se sacudieron cualquier prejuicio y se emplearon a fondo para thashear a tope.
Con el setlist tampoco escatimaron. Creo que si preguntasen a cualquier seguidor de Tankard sobre qué canciones quisiera oír en directo, el resultado poco variaría de lo que se pudo escuchar en este show.
De hecho arrancaron a lo grande y no escatimaron en
riffs potentes, ritmos trepidantes y buen rollo. Si queríamos Thrash sin concesiones, ahí teníamos “Zombie Attack”. Pero es que después llegaron “The Morning After” y “Metal To Metal”…
Los ritmos de batería que Olaf sacaba de sus baquetas eran acojonantes, refrendados por el bajo de Frank, con ese aspecto bonachón que tiene. Y luego la guitarra de Andi que saca unas melodías muy metaleras, junto con unos solos contundentes en manos de este tipo de talante tan sencillo.
Por las pintas (en contraposición a Kreator o Destruction, por ejemplo) no aparentan todo el Thrash y la tralla que son capaces de dar con temas tan cojonudos.
Por cierto, que igual que le pasó el día antes a Rock Icons, Tankard sufrieron las inclemencias del tiempo cuando cayó un buen chaparrón que duró prácticamente lo que su concierto. No tuvieron demasiada suerte en este aspecto, pero sí que resultó emocionante cuando un cuantioso grupo de fans quedaron clavados en el sitio a pesar de la lluvia, para seguir disfrutando de esta gran banda. No faltó ni el circle-pit.
Y aún no he hablado del frontman, la cara más visible y probablemente el tío con más buen rollo que se montó en el Azucena en todo el festival. Gerre apareció con una camiseta negra que simulaba a una de fútbol, con su nombre en la espalda y el número en la silueta de una jarra. No paró de moverse de aquí para allá del escenario, cantando las letras rápidas y fugaces de estos cortes tremendos.
Como decía, una selección exquisita para un concierto demasiado breve. No faltó “R.I.B (Rest In Beer)” o “Chemical Invasion”.
Por cierto que Gerre cogió de la mano a una chica que trabajaba como técnico en los escenarios grandes y la invitó a presentarse ante el público. Ella, reacia a su aparición ante las masas, acabó accediendo y hasta llegó a compartir unos pasos de baile con Andreas Geremia “Gerre”. Finalmente este la despidió con un leve toque en el trasero (de buen rollo, eso sí) y ella le correspondió con una cachetada (igualmente con buen talante) que hizo sonreír a todos los congregados. En fin, que son unos cachondos.
Para la siguiente hicieron una presentación en toda regla. Gerre advirtió de las tres reglas que deben cumplir los grupos para actuar debidamente: “No alcohol antes del concierto, no alcohol durante el concierto y no alcohol después del concierto”. Era el turno de “Rules For Fools”. Por cierto, que Andi se volvió a salir en el solo de guitarra, mientras Gerre enseñaba su cervecera panza subiéndose la camiseta.
Tenían que ir terminando y quisieron hacer valer su presencia en territorio español con una ineludible en cualquiera de sus actuales conciertos, y más aún aquí: “A Girl Called Cerveza”. Thrash, cerveza, más Thrash y luego otra vez cerveza. Creo que esta es la filosofía de Tankard.
Pero para terminar se necesitaba un clásico de los antiguos. ¿Y qué más antiguo dentro de su discografía que el disco “Zombie Attack”? Pues no podía ser otra que “(Empty) Tankard”. Los cinco minutos finales realmente apoteósicos con todo un himno del Thrash. Con su inconfundible ritmo llenando toda la explanada del recinto del Leyendas del Rock 2.015, creó furor entre los fans para acabar el concierto con un pit donde darlo todo en honor a estos cachondos venidos de Frankfurt.
Lo confieso, adoro a Tankard y por eso, después del show, me fui a tomar una birra a su salud, que bien merecido se lo tenían. Por cierto que ellos creo que hicieron lo propio, aunque con más de una y alguna botella de vino, pues, si su música es “Alcoholic Metal”, habrá que predicar con el ejemplo.
Tocaba el turno a Finntroll en el Jesús de la Rosa, pero tuvieron problemas con el avión y llegaron tarde, por lo que cambiaron puestos en la distribución del cartel con Beethoven R. Me temo que de estos no puedo narrar crónica, así que pasaré directamente a Epica, que ofreció su espectáculo en el Azucena.
Como era previsible por el tipo de música que practican los holandeses, emplearon una intro (“Originem”, de su último disco “The Quantum Enigma”) para empezar su tiempo, ayudando a la banda a coger posiciones sobre el escenario. Empalmaron entonces con la correspondiente “The Second Stone” y empezó el show.
Epica salía a escena con todos sus componentes muy conjuntados en la estética y con un fondo decorado con grandes banderas que evocaban en artwork de su último Lp.
Siguieron explotando este con “The Essence Of Silence”. El Symphonic Metal tan preciosista en sus discos de estudio tenía que vérselas con las características que fuerzan el hecho de tocar en directo. Me temo que la cantidad de detalles y la producción tan elaborada quedaban un poco relegadas para que Simone y sus chicos intentaran convencer a la enorme cantidad de fans reunidos frente a ellos.
Echaron mano de una batería bastante solvente que gustaba cabalgar incluso a doble bombo en bastantes tramos. Ariën Van Weesenbeek en esto parecía encontrarse cómodo, dando el pie para que Mark e Isaac cargaran sus guitarras con unos riffs de melodías bastante Power muchas veces.
“Martyr Of The Free World” o “The Obsessive Devotion” recalaron en discos anteriores, ofreciendo otras de las características de Epica: una dualidad de voces donde es Simone la que lleva la carga lírica frente a unos contrapuntos guturales que ofrecen Mark y Ariën. Todo ello envuelto en la atmósfera sinfónica que recrea los teclados de Coen Janssen.
“Sensorium” o “Chemical Insomnia” no faltaron en el setlist, que parecía querer repasar toda la trayectoria de la banda de Reuver.
Obviamente uno de los atractivos (prácticamente en sentido literal) de Epica era la presencia de la pelirroja Simone Simons sobre las tablas, con un vestido negro que parecía levantar pasiones entre el público masculino, al igual que lo hiciera su compatriota Sharon un par de días antes cuando actuaron Within Temptation en el otro escenario grande. La verdad es que podría trazarse una comparativa entre ambas bandas paisanas. Si así fuese, creo que Within Temptation saldría mejor parada.
La discografía de Epica cuenta con discos entretenidos, con canciones muy elaboradas y es innegable la gran producción que contienen, pero creo que precisamente esto puede acabar desplazando elementos más esencialmente musicales. Al final se puede acabar ofreciendo sonidos grandilocuentes pero que adolecen de un fondo más fuerte. De todos modos, como en todo, los gustos de cada cual son tan personales como auténticos.
El caso es que los cortes que sonaban más sencillos, más directos y sin tantos arreglos, cambios de ritmos y demás, me gustaron más. Estos últimos citados fueron buena muestra (particularmente me gustó más “Chemical Insomnia”). Con una estructura más sencilla, la combinación de voces (predominante siempre la de Simone) y la ambientación del teclado era más fácil acceder al sonido de Epica.
“Victims Of Contingency”, “Sancta Terra” y “Unchain Utopia” cayeron para ir agotando el tiempo de estos chicos. Estas contuvieron ritmos realmente duros, con guitarras muy apoyadas en una batería que resultaba tremendamente sólida. Esto también era de agradecer, por lo que, como veis, Epica tuvieron buenos detalles que agradaron aun a los no incondicionales.
Por cierto, que otro de los detalles visuales del grupo era ver a Coen Janssen moviéndose por el escenario con un teclado portátil de forma curvada.
Simone no paró de agitar su roja melena a ritmo de batería desde un pedestal en el centro del stage, consiguiendo acaparar toda la atención durante buena parte del show, hasta que llegara el final con “Consign to Oblivion”.
El resultado, al igual que los discos, podría decir que fue entretenido pero no especialmente destacable para un festival con tanto nivel como el Leyendas de este año. Hay que recordar que Epica ya actuaron como única banda foránea (si no recuerdo mal) allá por el 2011 y ahí sí que eran los auténticos cabezas de cartel. En fin, todo es cuestión de perspectiva.
Rápidamente para el concierto de los terceros de entre los teutónicos del Thrash. En este caso, Sodom.
Tal y como hicieran sus compatriotas Tankard unas horas antes, Sodom se dejaron de cualquier cosa que no fuera Thrash, de dar caña sin concesiones y descargar un setlist envidiable.
Si “Agent Orange” cayó muy pronto para romper cuellos desde el primer momento, “Outbreak Of Evil” no le fue a la zaga.
Unas banderas con el logo de la banda y la efigie del soldado con máscara de gas que suele protagonizar las portadas de sus discos como fondo de escenario, Sodom metía tralla a base de bombos atronadores que imponían el ritmo que Bernemann se encargaba de rematar con la guitarra.
Temas contundentes y machacones (o tal vez habría que decir machacadores) a cargo de este power trío en el que el tío Tom Angelripper se encarga de poner la voz tan áspera como adecuada.
Temas míticos para cualquier apasionado de Sodom o del Thrash europeo, como la densa “Nuclear Winter” o una “Blasphemer” de bajo atronador, se aliaron con otras más modernas como “Sacred Warpath” o “Stigmatized”, o relativamente modernas como la “City Of God” de hace una década.
El resultado en cuanto a la intensidad salida de la batería de Makka o la fuerza bruta de las cuerdas de Bernemann o Tom, era más o menos la misma. La que se trasladaba hasta el público para formar circle – pits e incluso un wall of death.
Ahora bien, las que se esperaban y se disfrutaron a lo grande, a juzgar por la gente que secundaba con sus voces a Tom, serían “Sodomy And Lust” (cómo no), la rítmica “Napalm In The Mouning” o la que culminaba el tiempo de la banda de Gelsenkirchen: la brutal “Ausgebombt”.
El resultado de todo esto, pues que Sodom mantuvieron muy dignamente el estatus de ser una de las Big Teutonic 4 con todo merecimiento.
Ahora tocaba Sôber en el Azucena, pero nos tuvimos que ir rápidamente al Marky Reale para ver a Finntroll, que habían cambiado turno con Beethoven R. Afortunadamente llegamos pronto porque la carpa estaba tan llena de gente que tuvieron que cerrar el paso a parte del público. Hubo quien no pudo ver (aunque sí oír) a los finlandeses porque literalmente no cabía nadie más en la pista frente al escenario. Creo que esto es la primera vez que ocurre en el Leyendas del Rock.
Finntroll, una banda a la que sigo desde la primera vez que tuve la oportunidad de verlos en directo presentando su disco “Nattfodd”, volvían a España y parece que cada vez con más seguidores.
Parecía complicado fusionar el Folk de la Polca finlandesa (llamada Humppa) con el Metal extremo, pero ellos lo han conseguido durante seis discos… de momento.
Arrancaron con la “Blodsvept” que da título a su último disco. El sexteto se posicionaba sobre las tablas, caracterizados con sus orejas puntiagudas de trolls y atuendos de lo más variopinto. Había que divertirse, arriba o frente al escenario.
Luego se tocaron “Slaget vid blodsälv”, sensacional con la gran presencia del teclado de Virta en su sonido. Me hubiera encantado ver al formidable Trollhorn como teclista de Finntroll, pero ya sabemos que ha decidido no volver a tocar en directo más con Finntroll, aunque sí con Moonsorrow junto a su primo Ville.
Luego llegaría “Nedgång”, de lo mejor de “Ur Jordens Djup” (seguramente el más flojo de sus discos). De todos modos, en directo Skrymer y Routa se encargan de elevar la potencia de los ritmos para que no haya merma en la intensidad del concierto.
“Fiskarens fiende” o “Solsagan” también cayeron, con una mezcla explosiva de Humppa y Metal de ritmo duro y rápido. La primera genial y la segunda muy jubilosa. El tema es que la gente no se movió mucho porque no había practicamente sitio para hacerlo. Finntroll lo estaba petando.
Luego estaban Tundra que, aunque en un bajo que no tiene tanta presencia musical, sí que se hace muy visible y parte fundamental de la escena del show de Finntroll.
Y luego Vreth, con su peculiar micrófono sujeto siempre en la mano. Una voz muy particular y de fácil acceso a nuestros oídos pese a cantar en noruego. Fenomenal.
“Mordminnen” sacó buen rédito de la particular visión musical de Finntroll, aunando lo fiestero y lo brutal que nace desde los mismos compases de batería en manos de MörkÖ. Este con la ardua tarea de compensar la marcha de un percusionista tan tremendo como Beast Dominator.
Se marcaron también “Grottans barn”, que creo que resultó un claro bajón en el vigor que hasta entonces había llevado el concierto. Quizás fuera la manera de descansar un poco por parte de Tundre, Skrymer, Routa y compañía.
Luego retomaron la fuerza y cayeron algunos temazos, como “Svartberg” del “Midnattens Widunder”, la genial “Jaktens tid” del disco homónimo o las brutales y genuinamente Trollish Metal (como ellos gustan denominarse) “Ursvamp” (vertiginosa como siempre) o “Eliytres”.
El final sería el esperado, cuando sonaron las primeras notas del tema más popular de esta banda de la capital finlandesa. Era “Trollhammaren” y desató la locura. Lo cierto es que creo que Finntroll tienen temas mucho mejores, pero entiendo que al ser tan popular acaben con él. Pero vamos, que aún tuvieron tiempo para marcarse una fugaz “Under bergets rot” que, a modo casi de outro, dio fin al espectáculo de los troll finlandeses en esta edición del Leyendas del Rock.
A buen seguro que la mayoría de los allí presentes estarán esperando una próxima oportunidad de verlos de nuevo en directo.
De nuevo al escenario Jesús de la Rosa para ver al último de los Big Teutonic 4. Nada menos que Kreator. La tercera vez que actuaban en el Leyendas del Rock y las dos anteriores tuvieron problemas con el sonido, cortándose de repente la energía sobre el escenario en ambas ocasiones. Afortunadamente esta vez todo funcionó correctamente y se pudo ver y oír un concierto completo de Kreator.
La intro de “Choir Of The Damned” dejó a la banda sobre el stage, con una penumbrosa iluminación que trataba de añadir aún más siniestralidad a la puesta en escena de los de Essen.
En esto que Mille y los suyos se embarcaron en un comienzo trepidante, con temas de máximo calado entre los acólitos de la banda. Nada menos que “Enemy Of God”, “Terrible Certainty” (con su reconocible inicio de batería por parte de Ventor) o la descarnada y brutal “Phobia” serían las cartas de presentación. Obviamente que no tenían la intención de ser menos que los otros tres grandes teutónicos.
Mille, con la misma rabia de siempre que se sube a un escenario, fue marcando el ritmo del concierto haciendo breves pausas entre temas para presentarlos. Ventor, no obstante, marcaba con la seriedad acostumbrada los ritmos pero de los temas. Unos dobles bombos aparentemente sencillos cuando los toca el señor Jürgen Reil.
El setlist ofreció “Awakening Of The Gods” y “Endless Pain” también. Mille se marcaba unos solos de guitarra en la acostumbrada posición para estos menesteres, agachado y con la Dean colgando hasta casi el suelo. Temas estos de la vieja época, sin Christian ni Sami aún en la formación de la banda. No obstante cada uno de ellos tratan estos cortes con el respeto y la solvencia requeridas. Ambos dos parecen pasar un tanto desapercibidos bajo la gran sombra de Mille y aún Ventor, pero nadie dudará de que son tan parte de Kreator como los que más.
“Warcurse” recalaba en discos más actuales como el “Hordes Of Chaos” y “Mars Mantra” anticipaba la propia “Phantom Antichrist”. De nuevo con una batería sobresaliente y una velocidad inusitada, Kreator se ganaba su estatus a base de Thrash destilado con rabia y crudeza.
Lo cierto es que el setlist resultaba embriagador, pero distaba un tanto de los últimos que les había visto y que habían resultado muy próximos entre sí. Han preparado nuevos temas para el directo y estábamos expectantes ante alguna novedad.
Lo que pasa es que Kreator tiene algunas innegables y así siempre se espera oír “Extreme Aggressions”, por ejemplo. Es una garantía para los seguidores, pues siempre resulta sobrecogedor oír las guitarras que se aceleran ante la voz desgarrada de Mille, y también para el grupo de que gustará hasta el circle pit.
El final se acercaría con unos cortes más actuales, aunque no por ello menos contundentes. Si bien es cierto que habría quien esperara más cortes del siglo pasado.
Desde “Suicide Terrorist” a “From Flood into Fire”, “Hordes of Chaos (A Necrologue for the Elite)” o “Civilization Collapse”, fueron pasando dejando un gran trabajo de guitarras y la garra de una banda referencia mundial dentro del Thrash.
Kreator metía “nuevos clásicos” en el setlist a base de melodías crudas y velocidad en los ritmos, que intentaban compensar la ausencia de alguna canción que el público pedía.
“The Patriarch” previno de que “Violent Revolution” se acercaba. Ahora sí que el público aprovechó para echar el resto con unos Kreator que agotaban su tiempo. Un temazo en toda regla que fue coreado a millares.
El remate fue para “Pleasure To Kill”, lo cual fue un drástico cambio respecto a las últimas (muchas) veces que había visto a los alemanes, que siempre habían acabado con “Flag Of Hate” que enganchaban con “Tormentor”. En esta ocasión no hubo ninguna de las dos, pero no evitó que lo pasáramos fenomenal con estos monstruos del Thrash.
Pasamos al escenario de al lado para la que se perfilaba como última actuación en festivales de Los Suaves, ante la prevista y anunciada disolución de la formación en unos meses.
Pero estábamos ahí para disfrutar de esta nueva experiencia suave y así, cuando el quinteto apareció sobre el escenario, los “gatos” aplaudieron y vitorearon a rabiar.
Tengo que decir que, por circunstancias, no pude andar muy atento al show. Lamentablemente sólo pude ir viendo temas alternos, aunque intenté aprovecharlos y disfrutarlos como hicieron sus fans.
Empezaron con “Cuando los sueños se van”, que parece una declaración de intenciones, el comienzo de una despedida. Para luego pasar a la siempre entrañable y emocionante “Palabras para Julia”, el sempiterno poema de Goytisolo hecho canción por obra y magia de los ourensanos, una de las bandas más grandes en la historia de la música Rock en español.
La verdad es que todo sonaba a homenaje, a afectivo abrazo antes de la marcha. Las emociones por tanto andaban patentes, flotaban en un ambiente que también era el de las grandes citas.
Alberto y Fernando, como siempre, sobrados en la guitarra. Particularmente el primero que pasa por ser uno de los más grandes de nuestro país. Buenos temas en buenas manos que escribían hermosos sonidos desde estas guitarras. Charli, como siempre, risueño y controlando los tiempos y los espacios desde el fondo del escenario; mientras que Tino no escatimaba en la gran interpretación de los ritmos. Los Suaves son Los Suaves y tienen demasiadas tablas, además de que están convencidos en retirarse con la mayor dignidad posible y eso exige que cada concierto sea como el último. Entrega, calidad y hacer que el público disfrute.
Oí “Maldita sea mi suerte” con otro de esos inicios de guitarra tan reconocibles. Yosi, por su parte, no anduvo mal. Imagino que le van pesando los años, la retahíla de conciertos y sobre todo la vida. Pero Yosi es demasiado Yosi para caer ahora, cuando ha aguantado todo lo demás. Un tanto renqueante sobre un escenario tan grande, quizás, pero el cariño de tanta gente sobrellevaba cualquier contrariedad. Los Suaves hicieron su concierto y Yosi estuvo ahí, cantando esta “Maldita sea mi suerte” o la sensacional “Por una vez en la vida”. Esta sí que era una proclama, apuntalada en un riff genial y que consiguió que decenas de miles de gargantas recitaran con y por Yosi su letra.
Volví para oír el réquiem por uno de los grandes de la guitarra: “¿Sabes? ¡Phil Lynott murió!”. Un tema también muy emotivo que resulta santo y seña de Los Suaves y donde las guitarras propiamente rinden tributo a este genio de la música.
“Mi casa” también fue coreada, como no, pues es de esas que marcan el carácter de un grupo y de su gente. Así se podía ver con la cantidad de camisetas que proclamaban precisamente que “mi casa es el Rock And Roll”.
“El afilador” lo engancharon con el “Himno Gallego”, que Alberto ejecuta como su admirado Hendrix hiciera con el estadounidense.
Y llegó la Dolores… Sería un final anticipado, una meta volante, para que la banda repusiera un tanto el resuello. Cuando digo la banda resultaba particularmente Yosi. Por supuesto que “Dolores se llamaba Lola” fue la gran sensación hasta ese momento, por el significado que supone dentro de la discografía de Los Suaves.
Personalmente prefiero otros temas antes que “Dolores…”, aunque no particularmente “San Francisco Express”, que fue el primero del primer encore. Pero me encantó oír de nuevo “Ese día piensa en mí”. La emotividad y el sentimiento implícito a este corte, creo que es buena muestra de la parte más melancólica de la discografía de Los Suaves.
Creo que “Ya nos vamos” sería el último de los primeros bises (…). El caso es que Yosi se despidió varias veces; parecía que se le estaba alargando el recital. No obstante, hubo unos segundos bises.
“Dulce castigo” y “La noche se muere” sí que dieron fin a la fiesta, con un cuarto de hora de adelanto de lo previsto en el programa. Yosi hubo de retirarse y dejó a su hermano y sus tres amigos tocándose un solo de casi diez minutos para terminar “La noche se muere”.
Breves saludos y afectuosos agradecimientos sirvieron para que Los Suaves dejaran su impronta en el Leyendas del Rock 2.015. Muy probablemente la última vez, pero no querían faltar a su cita con la historia.
En el Jesús de la Rosa le tocaba el turno a Satyricon, para ir enfilando lo que sería el final del festival.
Una banda de Black Metal (…) que consigue una enorme musicalidad sin abandonar unos principios muy arraigados en su forma de ser. Serios y distantes, pero también profesionales como los que más, Satyr y Frost se presentan como los únicos componentes de uno de los iconos del Black noruego.
Pero como sobre el escenario no pueden hacerlo todo únicamente ellos dos, les acompañan los cuatro músicos que completan la formación para los directos. Azarak y el joven Diogo Bastos en las guitarras, Neddo en el bajo y Anders Hunstad en los teclados.
He tenido la oportunidad de ver a Satyricon en sala y han basado su sonido muy en el Black Metal, pero en festival (sobre todo los que se basan en otros estilos, como es el caso de este Leyendas del Rock) parece que adecuan su sonido a una audiencia menos exclusiva. En esta ocasión creo que el sonio de la banda volvió a ser más metalero.
Supongo que el concierto salió bastante bien porque particularmente a mí se me hizo corto. Aunque a los que venían de ver a Los Suaves y estuvieran esperando da Obús, quizás no tuvieran la misma sensación.
Tocaron “Now, Diabolical”, con unas guitarras que empezaban densas y con ritmos que aceleraban y deceleraban de manera brutal.
La presencia de Satyr era enorme. Un tipo alto pero que consigue hacerse aún más grande con su actitud desafiante y una voz tan áspera.
Cayeron unas cuantas de los últimos álbumes, los editados desde el 2000. Supongo que estos también son los más accesibles para el público actual, a diferencia de los más viscerales del comienzo.
La hipnótica “Our World, It Rumbles Tonight” o “Nekrohaven” hicieron partícipes a un cierto público que sí se encontraba muy volcado con la banda noruega, de la evolución musical que han sabido realizar en su carrera (no sin altibajos) pero para seguir manteniéndose en primera línea de los sonidos extremos.
Me gustó “Black Crow On A Tombstone”, con unas guitarras que reproducían con fiereza el sensacional riff que domina el tema, marcando la lírica de Satyr.
Y Frost a lo suyo, manejando como uno de los mejores percusionistas del Metal la batería.
“To The Mountains”, “Rapined Bastard Nation” o la celebrada “The Pentagram Burns” dejaron buena muestra de la calidad de Satyricon en directo, incluyendo al cuarteto de músicos que tocan sólo para conciertos.
El final fue seguramente lo más grandioso de su tiempo, colocando para los momentos estelares dos temazos como “K.I.N.G.” y “Mother North”. Muy distintos ambos, pero que reflejan perfectamente la dualidad de su música en la trayectoria vital de Satyricon.
Una rápida y directa, con melodía de guitarra muy actual, batería más simple y voz preponderante. La otra, un himno generacional, una canción establecida en los cánones de un estilo que arrasó Europa en los 90’s.
Obviamente “Mother North” sonó a directo, pero evocó la sonoridad de un tema envolvente, con unos ritmos casi obsesivos.
Se fueron sin hacer muchos alardes los amigos Satyr y Frost y dejaron que en el escenario Azucena se preparasen los siguientes en tocar.
Dado a que tenía que madrugar, no pude quedarme más que a la primera terna de Obús. Fortu, Paco, Fernando y Carlos estaban en el set que llevan para la gira 30 aniversario. ¿O era el de la gira de “El que más”?
He visto en los últimos tiempos bastantes veces a Obús en concierto y siempre me sorprende el verles tan frescos y aún motivados sobre el escenario. Todo un derroche de energía en cada show.
Se marcaron “Corre mamón”, “Necesito más” y “Te visitará la muerte”, antes de que les dejara con “Que te jodan” sonando.
Siempre con la calidad necesaria para honrar temas tan míticos de la historia rockera española, Fortu tuvo también un pequeño incidente a cuenta de sus peripecias televisivas.
En la primera “Corre mamón” tuvo que esquivar una botella de agua que le lanzaron. Decían a modo de broma por la sed que pasó en la isla esa de los realities dichosos, pero que a punto estuvo de darle. Fortu, no obstante, se lo tomó con buen humor y acabó ahí el asunto. Pronto se pusieron a tocar y lo que importó desde entonces fue sólo el Rock.
Pues bien, con esto concluye la crónica del Leyendas del Rock 2015. Un festival maravilloso que nos lo hizo pasar en grande. Si estuvisteis, enhorabuena. Si no, el año que viene no podéis faltar. Aúpa Leyendas del Rock!!!
Nos vemos en la próxima.
Salud!
Más de una semana desde que acabó el festival he necesitado para recuperar fuerzas, rehidratarme, curarme las quemaduras del sol y sacudirme el polvo de encima. Y es que ya era tiempo de festivales y conciertos de los que me he mantenido apartada un tiempo, más bien por trabajo que por gusto, por lo que me alegra poder compartir con vosotros y todos los lectores de Musiqueando mi experiencia en el Arenal Sound 2013 en la costa de Burriana, Castellón.
Las personas somos animales de hábitos fijos...o al menos yo lo soy así que ya le había pillado el puntito de aparecer de mediodía por la Bodega Osborne y comenzar una nueva jornada, la última, de un gran Monkey Week.
Que el AlRUmbo Festival está en auge, eso ya lo sabemos todos. Las puestas de sol, el paraje natural de la playa de Punta Candor, un elaborado cartel con artistas internacionales y sobre todo: buen rollo, mucho buen rollo, son varios de los motivos por los que el Festival AlRumbo 2013 ha superado en su cuarta edición los 48.000 asistentes al evento.
Segunda jornada del festival que sufrió algunos cambios obligados por la presencia de una invitada, la fuerte lluvia pero que no mermó nuestra avidez de música y de conocer nuevas propuestas.
El ContemPOPránea es uno de los festivales indies más antiguos del panorama nacional, y sinceramente, esperemos que nos dure muchos años porque el castillo de Luna de Alburquerque (Badajoz) se convierte en el protagonista y eso tiene su encanto, no es lo mismo un polideportivo que la ladera de un paraje con historia… Pero dejando atrás la reivindicación por mantener el festival en su sitio vamos a ponerle las medallas correspondientes a la organización, a la gente que lo hace posible, porque vaya pedazo de festival. Son dos días de conciertos, de buena música y buen ambiente.
Mi primer Monkey Week y vaya si le tenía ganas. Durante la semana previa sentí esos nervios propios de la primera vez y ni siquiera la "manta" de lluvia que me dio los buenos días en la mañana del viernes disminuyó un ápice las ganas de salir hacia el Puerto de Santamaría y su festival.
Y llegamos a la última jornada del Hellfest 2013. En mi caso ya había visto el grueso de las bandas que más me llamaban la atención, por lo que esta jornada se perfilaba más tranquila en cuanto a prisas y carreras para intentar no perderme a los grupos de mi mayor predilección. Aun así, fui sumando nombres a los conciertos que me ví, intentando el máximo provecho de un evento musical tan estupendo como lo era este festival.
Y llegó la última jornada, con las fuerzas más justas y aún mucho bueno por ver, así que había que dosificarse con las bandas tempraneras.
Arrancaba el segundo día de este Hellfest, con más frío y viento que el día anterior. Incluso llegó a llover y acabamos embarrados en algunos sitios del recinto. Esto era un poco incómodo pero poco se podía hacer y, además, siempre acaba recordándose como anécdota: ver a tal o cual grupo bajo la lluvia… ¡en pleno junio!
Segundo día del Hellfest 2.014. Sábado. Poco después de la 1 de la tarde ya estábamos echando un vistazo a lo que ocurría en los escenarios principales. De Miss May I sólo llegué a los dos últimos temas.
¡Impresionante! Si tuviese que describir en una sola palabra todo lo que supuso el Hellfest de 2.013, seguramente sería esta. Impresionante elenco de bandas que coparon los hasta seis escenarios que se repartían por el gran recinto del festival. E impresionante también todo lo que rodeaba y permitía que se diese forma a esta gran fiesta de Rock & Metal, gracias a una organización excelente.
Grandioso. Sencillamente grandioso fue el resultado de la edición de 2.014 del festival Hellfest, celebrado una vez más en el pequeño pueblo galo de Clisson.
Un compendio de buen rollo, una organización muy currada, estética propia y genuina, moshers, headbangers, metalheads… y, por encima de todo, unas dosis brutales de música Metal.
Para el sábado ya estábamos prevenidos del frío y nadie se andó con preámbulos en esta jornada pues Los Aslándticos esperaban sobre el escenario 1 para contagiarnos de buenrollismo y energía positiva.
Sábado 24 de Mayo, Monasterio de la Cartuja, Territorios Sevilla.
Con una previa donde las alabanzas al concierto de Loquillo del día anterior eran unánimes nos preparábamos para la segunda y última jornada de un Festival al que impaciente esperamos cada año para disfrutar de lsus eclécticas propuestas musicales.
Así que mientras la final de la Champions League se disputaba y en los alrededores confluíamos amigos, alguien dejó una pregunta en al aire...¿creéis que saldrá bien el homenaje de esta noche llamado Recordando a Triana? Desafortunadamente se cumplió el más negativo de los presagios.
Comenzábamos nuestra ineludible cita con el Festival Territorios con controversia por el cartel final (a priori más volcado en el hip hop y en la música electrónica) pero vestidos con ganas de pasarlo bien y de disfrutar de la música amén de algo de ropita de abrigo...cosas de la Primavera caprichosa.