Por fin llegó el momento que llevábamos esperando desde abril, los focos se apagaron a las nueve en punto, y Song to Siren, la misma intro de la gira de Avalancha, comenzó a sonar. “Esta debe ser una canción nueva porque no me suena.”
Al son de El Estanque aparecen las siluetas de los músicos y el público enloquece estirando sus cuellos para intentar ver algo allá al fondo.A continuación Bunbury dice aquello de "Y empezar porque sí…". Y Deshacer el mundo rebota en las paredes del estadio maño. Tras el típico coro de HEEEEEEROES, HEEEEEEROES, Maradentro y Sirena Varada consiguen que el público chille como loco.
Varios temazos de sus primeros álbumes. La Carta, Malas Intenciones, (Y ahora una que no solemos tocar, toma ya!) Agosto, Fuente Esperanza…
“¿Que le pediríais a la virgen del Pilar?, Comienza a sonar Opio, mira qué oportuno!
Pronto decidimos que estábamos deshidratados y buscamos algo de alcohol, que como todo el mundo sabe es lo que mas hidrata. Hemos hecho el gilipollas en el centro del estadio, ¡¡Con lo bien que se ve desde la barra!!
A los tres cuartos de hora de concierto, Bunbury pidió un descanso de cinco minutos para templar la voz, venía el pobrecico con gripe del otro lado del charco…
El grupo empezó sin nosotros pero pronto pisamos césped de nuevo. Miramos al escenario y estába vacío. ¿Dónde se han metido? Si los estoy oyendo!! Heroe de Leyenda, La Herida… sonaban en un escenario circular situado al final de una pasarela central por la que Bunbury correteaba. El espíritu del vino, Nuestros nombres, Iberia Sumergida. Cuando empalmaron Entre dos tierras y Maldito Duende, (“He oiiido que laaaaa nocheeeee, eees todaaaa magia”) la noche se convirtió en mágica, pero de verdad.
Cuando por fin sonó Avalancha y aquellas llamaradas salían del escenario la voz del cantante se perdió bajo las voces de 40.000 energúmenos chillando la misma palabra.Os puedo jurar que los pelos del brazo eran agujas y que nos quedamos sin aire al final de la canción.
La música paró pero todos esperábamos los bises. Alguno se sabía hasta cuáles eran (si es que hay cada forofo).La chispa adecuada, fue un momento especial, con miles de mecheros encendidos antes de la canción (mira que había gente fumando!), y un final impresionante cuando varios cañones lanzaron purpurina al aire y el cielo de la Romareda se convirtió en un mar de estrellas. “¡¡Muchísimas gracias Zaragoza!!”
Todo se oscurece, esto está acabando. Un foco ilumina al cantante mientras camina.Bunbury y Valdivia se sientan juntos en un escalón del espectacular escenario. Suenan unos primeros acordes. En los brazos de la fiebre. Solemne, dramática, sentida.
Héroes se despiden de Zaragoza. Para siempre (me parece mucho tiempooooooooo) Para que no haya más peticiones ni confusiones, unos fuegos artificiales iluminan las lágrimas de más de uno.