Bajo este pseudónimo pseudo-americano la identidad de Carlos Sánchez (ex-Mercromina) se erige como una figura plenamente independiente, llevando las canciones hacia terrenos no del todo inexplorados pero difíciles de encuentro aunque finalmente placenteros.
Resulta realmente impresionante como desde lo sutil, desde un folk dibujado en lentos y finos trazos se llega a una densidad, a una pretendida oscuridad donde una voz taciturna y personal junto a la brillante literarura contenida.
Difícil desprenderse del efecto del tema que abre el disco, "Pablo Borell", una historia real sobre un sintecho relatada de forma desgarradora y cruda con la que es imposible no pararse a reflexionar. Y con esa sensación de respeto y de profundidad ganada el resto de temas de "esta tierra hostil" discurren saboreando sus distintas joyas brillando especialmente "Lucky Man", un tema de más de once minutos donde toda la artillería al más puro estilo "Dylan" queda de manifiesto con una sucesión de coros realmente notables.
Instrumentalmente las harmónicas y las trompetas con sabor sureño que se introducen en "El secuestro de Luis Morales" siguen esa línea que entre austera y personal han conseguido embelesarnos y fijar nuestro interés.