Cuando uno escucha grupos del etiquetado como "rock urbano" espera que tenga elementos diferenciadores, que no suenen a copia y puedan tener alma propia. Gurú Pendejo la tiene.

Para empezar a crear personalidad nos topamos con la voz, en este caso, de Lalo Álvarez que con nitidez y claridad nos va conduciendo dentro de cada universo contenido en cada canción. Y si además se la juega con alguna parte hablada y con mayor desnudez de la prevista en "Al sur", una romántica declaración de ausencia, y sale ganador la cosa va funcionando.

Y la otra parte fundamental en esto de sonar propio son las canciones. Tienen que decir algo, expresar por supuesto y no reubicarnos en otros momentos o otros lugares ya andados por otras canciones o historias. Aquí Gurú Pendejo no abusan de la excesiva profundidad que lleve a lo abstracto ni abogan por una poesía exquisita donde los versos hagan tirabuzones sino que todo fluye con más naturalidad, haciéndolo más creíble.

Contiene además tres cortes ya presentes en su anterior disco, "Romper con todo" donde brilla con luz propia "1000 caladas" no sólo porque acompaña en la parte vocal Kutxi Romero (Marea) sino por la canción en sí, brillante en letra y ritmo.