Sevilla, 29 de Octubre, 2015. Sala Custom
El rock actualmente parece ser que no es tendencia, que cualquier tiempo pasado fue mejor y que los grupos supervivivientes (encabezados cómo no por Los Rolling Stones) son dinosaurios en peligro de extinción o como elementos de exhibición en museos o parque temáticos.
Pero es entonces cuándo surge la atemporalidad de la música. Los escoceses Gun otrora capaces de congregar a miles de personas (se habló de 100.000) durante un recordado concierto en la expo 92 de Sevilla, se presentaron en la Sala Custom con un digno aforo que previamente disfrutó de una contundente apuesta local con los teloneros Bledding Rock. Sobresalieron en su repertorio con My medicine con voz poderosa, temas con recorrido y progresivos y un ambicioso cierre con el Voodoo Child de Jimi Hendrix.
Y los Gun parecieron salir timoratos a ritmo de la delicada Let it Shine pero era sólo un despiste porque ya con la segunda canción don´t say it´s over el concierto, la banda y el público habían despegado para ya no aterrizar hasta el final del mismo. Atacaban con una línea frontal de 4 donde las miradas se repartían en todo tipo de poses cuando enlazaron con otro de sus más celebrados temas, Better days.
Los reinventados Gun (de los 5 componentes, 3 pertenecían a la formación original) disparaban perfectas canciones, de esas que te encantan y te enganchan. Sobre el escenario los integrantes de Gun se mostraron simpáticos, agradecidos y con camaradería entre ellos. Hacia la mitad sonó la benéfica Everyone´s a winner original de Hot Chocolate y el deleite con el juego de voces en Hold your head up. La noche invitaba a que en cada estribillo unieras tu voz con la banda y así ocurrió especialmente con Inside Out que entrelazaron con So Lonely de The Police. Dos nuevos disparon de atemporalidad con Word up y Steal your fire que demostró porqué es una de las más emblemáticas del grupo.
Para los bises el antiguo bajista y ahora cantante Dante Gizzi salió ataviado de una camiseta del club baloncesto Sevilla que previamente le habían lanzado y con la que atacó la balada Taking the world antes de dejarnos con el grandísimo sabor de boca de una despedida con Shame on you.
Quizás las familias de rockeros estén sufriendo algo similar a la famosa ley del hijo único que precisamente hoy se ha eliminado en China y las nuevas generaciones optan por otros estilos que se agrupan en tendencias sociales y de mercado. Quizás así lo sea pero cuando Gun sufría a finales de los 90 el relevo modal a favor del brit pop sus canciones permanecieron ahí, justo para que 20 años después demuestren que las viejas canciones rockeras nunca mueren. Hoy al menos nosotros no las hemos dejado morir.