Mis nervios empezaron a calmarse pero mi ilusión y mi emoción fueron in crescendo el resto de la noche porque fueron tres horas de concierto, qué digo concierto, de ESPECTÁCULO (sí, también en mayúsculas). Yo pensaba que iba a su gira De amor & desamor, pero resulta que nos regaló 40 temazos, sí señores 40, que se dice pronto, con los que hizo un repaso por toda su discografía porque como bien dijo “tengo la suerte de tener un repertorio tan enorme… y eso es gracias a ustedes”. Por no faltar no faltó ni El Tamborilero, en octubre, pero a RAPHAEL se le permite lo que quiera porque tiene un vozarrón como para cantarlo en junio si le apetece.
Ni que decir tiene que al dar el primer paso sobre el escenario, Fibes rompió en aplausos y ovaciones que lo acompañaron durante toda la noche, sobre todo en temas como Mi gran noche (he de decir que me sorprendió que fuera una de las primeras) o Digan lo que digan, la cual tuvo que parar un momento porque parecía que el palacio de congresos iba a caerse con tanto taconeo y palmas por parte de un público de lo más entregado y afectuoso con el artista. El de Linares, por su parte, devolvió este cariño con un “gracias Sevilla por tres años consecutivos, volveré, y volveré, y volveré hasta el final”.
Uno de los momentos más especiales para mí llegó con Despertar al amor, cuando RAPHAEL se quitó la chaqueta, la preparó, se la echó al hombro e hizo su tradicional paseíllo en el que demostró que a sus 70 años aún tiene mucho que dar en el escenario. O cuando sólo acompañado por la guitarra española interpretó su canción fetiche, esa que le ha dado tanta suerte… Gracias a la vida que enlazó con unos pasos de baile flamenco para continuar con Cuando llora mi guitarra.
En el ecuador de la velada llegó uno de los momentos de interpretación máximos que caracteriza a este grande, una letra cantada e interpretada, vivida y sentida sobre el escenario como si de una obra teatral se tratase: Por una tontería fue RAPHAEL en estado puro, con lanzamiento de vaso incluido al final. Con Detenedla su voz terminó de conquistarme y parece que se ganó de sobra la confianza del público porque en su Maravilloso corazón estábamos tan entregados que si él decía palmas, había palmas y si decía ahora poneros en pie, nos poníamos, ¡nos hizo hasta un examen de sus letras y entramos al trapo!
Para la recta final dejó temas como Nostalgias, En carne viva o ese Escándalo que nos puso a todos en pie para pedirle a base de aplausos que no se terminase así la noche y nos regaló un Ámame que coreamos junto a él para continuar con Qué sabe nadie y finalizar con un Como yo te amo que tuvo el detalle de dedicar al público hispalense con la promesa de regresar el año que viene.