Todo buen melómano que se precie debe asistir a un concierto de este combo, al menos una vez en la vida.
Supone una experiencia tan emocionante como embriagadora que hipnotiza a medida que van descargando toda su caledoiscópica combinación de sonidos , texturas , y ritmos .
Son capaces de crear un universo propio , diferente y original. Sus canciones tienen un extraño regusto clásico pero a la vez una patina de experimentación lo envuelve todo .Muestran que todo es mutable , intercambiable en su particular universo .La complicidad entre todos los miembros del grupo se notó de principio a fin de su actuación .Warren sonriendo y saludando en todo momento a las primeras filas Danny bromeando continuamente con el resto de la banda, y del equipo de detrás del escenario. Sonaron contundentes, bestiales, armónicos, apoteósicos .Es difícil expresar con palabras lo que escuchamos aquella noche. Puntuales al máximo Warren y los chicos se plantaron en el escenario , para ofrecernos un concierto de mas de 3 horas.
La música de estos tipos, es tan bella y cargada de sentimientos que hasta duele .
En cada acorde desatan una emoción distinta. Sus melodías te embriagan por completo y te entran ganas de llorar de felicidad ante algo tan hermoso. Su música es pictórica y narrativa, cruda y delicada a la vez. Sus composiciones cargadas de múltiples recovecos en los que perderse pero a la vez limpias y cristalinas producen un magnifico calambrazo de intensidad.En cuanto al set list De la primera parte destacar las alucinantes versiones que se marcaron de “Red House “de Hendrix , Lively up yourself" de Bob Marley y “Soulshine" que hizo las delicias de los amantes de ABB .En cuanto a composiciones propias reseñar tres de su nuevo album “Steppin’ Lighty”, un tema funky de siete minutos de duración ,“Broke down the brazos” al más puro estilo ZZ TOP y “Frozen Fear “ “.Para la segunda parte nos tenían reservada alguna que otra sorpresa como “John the revelator “.
Indescriptible cómo sonó” Painted Silver Light “, una de esas piezas de arte que obligan a enamorarse de la música de nuevo. Del nuevo álbum sonó la folky “Railroad Boy” con un cierto deje zeppeliano.Para los bises se reservaron Driving rain", un tema del "Deep End" poco habitual en sus conciertos y que constituyó el broche final perfecto para un concierto inolvidable.
FOTOGRAFÍAS: Javier Jimeno