26-09-2008
Las Ventas, Madrid.
Clama el rock urbano contra los medios de comunicación que los ningunea, contra las radios convencionales que solo programan pop comercial y contra las multinacionales que los pervierten y cosifican. Pero ahí están dos de los grupos más grandes, llenando las Ventas y uniendo generaciones.
Por la plaza de toros había de todo. Viejos rockeros con más frente que flequillo, jóvenes modernos que podrían ser hijos de los anteriores, parejas que disfrutaban acarameladas del espectáculo…al ver a éstas últimas uno se plantea cual es la diferencia esencial entre un concierto de rock y uno de pop. A mi lado están ellos, chico y chica. Chico está nervioso viendo a Rosendo, se nota que le gusta. Con cada nueva canción chico grita y aúlla, la corea hasta quedarse afónico, dejando sordo al de al lado (osea, yo). Da palmas, se mueve, salta, la guitarra aérea hace acto de presencia. Chica mira displicente el concierto, observa a chico y sonríe, está contenta de que él lo pase bien. Suena “Flojos de pantalón”, chico está fuera de sí, es su canción. Mira a chica, la besa. Es feliz. Chica baila tímidamente. Probablemente le suena de una cinta que ha sonado en el coche. A ella el grupo le da un poco igual, lo hace por estar con él. Mientras veo a chico no puedo dejar de pensar en esas jóvenes que gritan histéricas cuando van a un concierto de pop, acompañadas de sus novios. Ellas están en la edad del pavo. Chico sólo disfruta de la música. Pero a mi me parecen los mismo.
Dicho esto, lo que ofrecieron Rosendo y Barricada (no llegué a tiempo de ver a Aurora, una pena) fue un concierto de rock en toda regla. Rosendo, imperecedero en su figura, estático ante el micrófono, incontestable en el repertorio, cumplió ante el personal, que se dejó la vida en cada canción. Curioso el contraste con El Drogas, que no para quieto en escena, atrás quedó el pelo largo, ahora se impone la perilla y la cresta. Convencieron los Barri, sobre todo al final, cuando tiraron de hits. “Oveja negra”, “Animal caliente”, “No sé que hacer contigo”…con “No hay tregua” toda la plaza coreó, lo cual me dejó un cierto regusto amargo por el ambiguo mensaje del tema, pero allí nadie parecía planteárselo.
Había ganas de ver juntos en escena a los dos grupos. A mitad del bolo pudimos disfrutar de ellos en acústico, junto a Aurora. Los años piden reposo, menos ruido y más interpretación. Al final de nuevo se juntaron todos para despedir una de las giras más importantes del rock español. Esperaremos al DVD para recrearnos con ello.