El hypnagogic pop es la etiqueta que usó David Keenan para hablar, en el número de agosto de la Wire, de la última reconfiguración del underground estadounidense.
Gente como James Ferraro, Zola Jesus, Pocahaunted o el propio Gary War, con Ariel Pink como precedente inmediato, llevan el Noise a terrenos cercanos a un pop influido de manera más espectral que estética por cierto pop de los ochenta del cual el ‘Boys of Summer’ de Don Henley funciona como ejemplo paradigmático. El hypnagogic pop es también una nueva forma de psicodelia; la recuperación del pop de los ochenta no se lleva a cabo reproduciendo fielmente la estética sonora sino filtrando el recuerdo que tiene esta gente de una década en la que muchos de ellos solo vivieron unos pocos años, pues la mayoría nació a mediados o finales de los ochenta. Esos recuerdos se filtran en la música, supuestamente, a través de estados de semiinconsciencia funcionan como portales a otros estados alterados.
Aunque se trate de un underground impulsado por el formato CD-R, este disco de Gary War se publica en cd y en vinilo, de modo que su distribución será probablemente más normalizada y hará que se convierta en uno de los referentes más visibles de este nuevo sonido. Coincide, además, que Horribles Parade es un gran disco. En él, Gary War acentúa el componente pop, aunque sea a través de melodías semiescondidas entre las capas de ruido, guitarras, ritmos rudimentarios y sobre todo sintes planeadores, acechantes y con tendencia a extenderse hacia el horizonte como si fuesen drones de Klaus Schulze. Personalmente es en estos sintes en donde encuentro el punto de mayor satisfacción del álbum. Para empezar porque, como la referencia a Klaus Schulze indica, me recuerdan a los de la kosmische musik, que no por casualidad también pretendían ser pasaportes a estados alterados. Aquí los sintes suenan degradados y retorcidos, como el resto de la instrumentación, subrayando la parte rugosa de una tecnología obsoleta, funcionando como un medio ambiente oxidado e industrial que también remite a aquellos inicios del techno pop en Mute, cuando las fronteras entre el synth pop y el industrial no estaban tan claramente delimitadas. El aspecto emborronado del sonido, la reverberación y el eco son estrategias compartidas con el dub, género que también dejaba irreconocibles músicas previas para proponer nuevos y fantasmales caminos.
En definitiva, hay mucho aquí también de esa tradición que avanza a fogonazos y que casa pop psicodélico con la experimentación sonora más rigurosa, esa que va de White Noise al inminente y también magnífico EP de Broadcast con The Focus Group. Y en conexión con este último grupo, el hypnagogic pop no es más que una versión estadounidense del catálogo de Ghost Box, con el que comparte no tanto estética sino la táctica de utilizar los recuerdos del pasado, de la infancia de sus artífices, para proyectarse al futuro.
www.myspace.com/garywargarywar
Jueves 21 de enero
Wurlitzer Ballroom
22.00 | 8 euros