El viernes entramos en lo que al principio parecía un Teatro Alameda poco lleno y bastante tímido.
Sin retraso aparecieron en escena ocho instrumentistas entre focos. Vientos, bajo, guitarra, piano, batería,… Y suena una intro aún sin vocalista que empieza a despegarnos los pies del suelo en un espacio ahora abarrotado de gente.
Y tras una presentación nominal al más puro estilo americano se acerca al micro principal una Maika Sitte de rojo y cargada de energía hasta los topes.
Su último trabajo ‘Dignity and Freedom‘, además de denuncia, de reivindicación y de búsqueda del lugar que nos corresponde también da cabida a letras cotidianas, del día a día de la música, del trabajo y el esfuerzo y por supuesto de amor y desamor rememorando a Sam Cooke o Etta James.
Temas como ‘You can’t stop us’, un himno ya conocido, o ‘I don’t need you’ con el piano dando guerra encendieron sin excepción al teatro, unido a que no podíamos apartar la vista de los pasos de baile de esta cantante que captaba la atención de cualquiera. Empezaba la acción.
El bajo dirigiendo el cotarro y la guitarra divirtiéndose, haciéndonos sudar.
‘Dignity and freedoom’ es uno de los hits de este disco analógico, una llamada a la libertad y a la lucha por cambiar las desigualdades que por desgracia tenemos ante nuestros ojos.
‘It’s gonna be fine’ se presenta con una armónica suave, una batería lenta marcando un ritmo pausado y una voz que empieza abajo y acaba dando su golpe magistral por parte de Maika.
Aunque Freedonia es puro funk y soul, también prueba por otras orillas y así lo demostró.
‘The avenger’ sirvió para transportarnos a otro lugar. Flauta, saxo, coros que recuerdan a un poblado entre montañas. Momento en el cual nos olvidamos de la voz, nos concentramos en unos instrumentos ensamblados y que ya se conocen sin lugar a dudas, para dar paso a Maika de nuevo con un cambio de ropa que nos cautivó. Ahora su vestimenta también cumplía un papel muy visual dentro del escenario. Colores y motivos que inevitablemente recuerdan a África se movían como ondas con la música.
Hubo tiempo para recordar el arduo camino de un grupo independiente, que lucha por su cuenta para continuar y que se empeña en seguir adelante a pesar de los obstáculos aunque el público sin duda los reconozca después de estos diez años de trayectoria.
‘Dreaming about you’ nos hacía mover caderas también aunque sabíamos que llegaba el final. Y si aquí la letra ya hablabla de ir perdiendo el control, ‘Shake your body’ nos ayudó a hacerlo con Maika rompiendo la voz y las tablas.
Lo cierto es que con esto hubiésemos tenido suficiente pero ellos decidieron rematar con la versión de ‘Please don’t let me be misunderstood’ que tan grande hicieron The Animals o Nina Simone y fue sin duda la guinda del pastel.
Una noche soulera por excelencia. Muy cercana al público y más que agradecida se describió Maika.
La sintonía entre ellos es una muestra fehaciente y les deseamos, como mínimo, otros diez años de éxito y crecimiento.
Fotografías por Diego Cabeza.