5 Septiembre, Auditorio Rocío Jurado. Sevilla

La amenaza de lluvia que apareció durantes las horas previas daba un toque de suspense sobre el triple concierto que, cosas de compartir una misma agencia de management, se asemejó más a un festival de rock and roll que a una parada más en la gira presentación de Fito y Fitipaldis de su último disco: Huyendo conmigo de mi.

Con todo vendido desde hacía unos días y con una acústica que siempre me gusta enzalzar en aras de un mayor protagonismo de este recinto en la oferta musical de Sevilla, los primeros en subirse al escenario fueron Los Zigarros. La banda valenciana está siendo telonera habitual de la gira y parece obvio que su estilo de rock inmediato y letras urgentes está más en consonancia que la última vez cuando ejercían dicho papel unos jovencísimos Supersubmarina.

Estaban en el sitio adecuado y a la hora adecuada porque el público quería rock y no poemas de Garcilaso como ellos mismo bromearon antes de iniciar Voy a bailar encima de ti. Otras destacadas de su repertorio fueron, a mi parecer, Hablar, hablar, hablar… con aires a Tequila y por supuesto Dispárame: efectista y directa.

Llamar a M Clan teloneros de Fito sería una incongruencia. La contrastada trayectoria de los murcianos les da para un concierto completo y con repertorio de nivel. La prodigiosa voz de Tarque nos engancha desde Calle sin Luz a la par que va tirando a gran altura la pandereta hacia un cielo que ya no descargaría más agua durante lo que quedaba de noche. Espcialmente sentida sonó Roto por dentro que dedicaron a un músico navarro y especialmente divertida quedó Maggie Despierta con Carlos entre el público cediendo el micrófono a los presentes que no siempre atinaban con la letra. Carolina se hizo esperar pero llegó y también un magnífico cierre con Quédate a dormir con todo el Auditorio dando saltos.

El ambiente estaba caldeado desando que Fito y sus Fitipaldis ocuparan su lugar sobre el escenario pero llegó un parón en torno a una hora que podría haberse titulado, tirando de la discografía del de Bilbao, Un buen Castigo. Fuera bromas, la razón del retraso se debía a la puesta a punto de los videos que como consecuencia de la lluvia habían sufrido percances. Cualquier atisbo de enfriamiento se diluyó cuando arrancó el concierto con un sonido transparente entonando Viene y Va y enlazando con Por la boca vive el pez. Invitando a Los Zigarros y M Clan al escenario atacaron Quiero beber hasta perder el control que quedó con buena voluntad pero algo atropellada en cuanto a la letra.

Lejos de los afiliados derrotistas que acusan a Fito de que sus discos que ya suenan todos iguales lo cierto es que son impecables en directo y la fórmula es exitosa. La banda es sólida y brillante con papeles estelares de la guitarra de Carlos Raya y el inseparable e imprescindible saxo de de Javier Alzora sin menospreciar, ni mucho menos, a Dani Griffin y Alejandro `Boli´ Climent en batería y teclados respectivamente. Así con unos Fitipaldis perfectamente engrasados y un Fito Cabrales con una seguridad vocal a prueba de multitud de conciertos nos entusiasmaron con Corazón Oxidado y unos primeros planos donde deleitarnos con eternos puntéos.

Las proyecciones de video enriquecían aún más el espectáculo a la vez que descubríamos en directo un buen puñado de canciones de su último trabajo. Posiblemente Garabatos fue la más coreada y celebrada de un repertorio que iba avanzando y que se detuvo para recibir un video-saludo de los asistentes al concierto de la noche anterior en Daimiel para acto seguido hacer nosotros lo propio al publico de Madrid que recibirá a la banda en próxima fecha. Eso sí, el saludo con palmas por bulería, que se note que estamos en Sevilla.

Una íntima interpretación de Alucinante de su etapa en Platero y tú daba paso a un bloque final de bises con el efectivo final de La Casa por el tejado y Acabo de llegar. Queríamos rock and roll y nos lo han dado. ¡Salud!