La noche mágica del sábado 21 de junio, se quedará en mi memoria con sabor a vino añejo, buenas guitarras y uno de los recintos más hermosos en los que jamás pude disfrutar de la música.

De difícil acceso, que todo hay que decirlo, pese a encontrarse en las cercanías de Ronda, supe, al bajar por el camino rural mientras el sol se ponía en la serranía de Ronda desafortunadamente sobre unos tacones, que aquel lugar no me iba a dejar indiferente ni a mí, ni a mis tacones, y así fue. La Bodega Descalzos Viejos se encuentra situada en un paraje único, y el cielo a esas horas, le proporcionaba el escenario perfecto para que los “Surronders”, empezasen a ponerle la banda sonora a uno de los momentazos of my life, como yo llamo a esos momentos musicogeográficos que no se pueden definir acertadamente bien por mucho que quieras.

Sobre el escenario, la banda sevillana formada en 2010 con miembros de distintas influencias y una gran variedad de raíces y géneros musicales, daban el pistoletazo de salida con un sonido dentro del estilo norteamericano del siglo pasado, que iba desde el western a Hawaii pasando por el ragtime. Una interesante propuesta musical que espero volver a ver por el escenario de Nocturama.

Tras su actuación, y mientras la “Furia” se preparaba para entrar en escena, me perdí unos minutos curioseando el lugar con la primera de muchas copas de buen vino que llegaban a mis manos, y cada vez me sorprendía más tanto el vino como el lugar. Dos barras donde degustar buenos vinos, buen yantar y mucha vegetación. Un lugar idílico con la suficiente iluminación que quizás, era una ventaja. Así todo era más especial. En una de mis idas y venidas me crucé con mi querido Andrés Herrera, “Pájaro” quien ya se encontraba revoloteando por allí. Siempre es un placer verle, oírle y sobre todo, escucharle, aunque aún tendría que esperar un poco para dejarme llevar por el swing sevillano. La música de “Furia” se anunciaba y desde aquella mañana en que les descubrí en el Festival de la Marmota del CAAC, decidí no perder atención. El directo de este grupo es su verdadera furia, su estilo propio, y el público asistente, que empezaba ya a notar la conexión entre el maridaje vino+música+lugar, comenzaba a disfrutar de lo lindo. Su guitarra es su seña de identidad, y particularmente, me parecen pura furia.

Y llegó el turno de Pájaro, con su banda; Raúl, Roque, Paco, Pepe y Kini y su Santa Leone, una de las mejores creaciones del pasado año. El padre de Raúl Fernández, músico de Pájaro, gran entendedor de guitarras, así lo corroboraba y sin duda, su actuación, fue lo mejor de la noche, con arrimo y sin arrimo. Su “Esperanza”, que nunca falta, me llegó a emocionar, Pájaro siempre sabe llegar a mi corazón con esa canción, y lo sabe, y yo se lo agradezco siempre. Después subió Kini Triana para convertir Ronda en el salvaje oeste y dejarnos ir definitivamente por las notas de la corneta y los acordes musicales de una de las mejores bandas sevillanas, sin dudarlo. Pero sin dudarlo ni un ápice. ¡Deseando estamos de oír ese próximo trabajo!.

Los granadinos “Pelo mono” pusieron el broche, con su receta mágica para gritar como Tarzán, según advierten,  aunque la noche no había hecho más que empezar; los DJs amenizando, el vino, delicioso, el recinto insuperable, y la buena música, propiciaron que la noche fuese memorable, donde los de Happy Place supieron encuadrar en el recinto perfecto, y también dificultoso, porque aunque para algunos el entrar y salir de la bodega supusiese una osadía siempre habrá que volver, a Ronda y a la bodega Descalzos Viejos a escuchar buena música y beber un vino magnífico.