Mezclar sonidos, géneros musicales y componer en dos idiomas resulta complicado cuando se quiere alcanzar un trabajo compacto y armónico. Más aún cuando se pretende fusionar todas esas ideas en una única y marcada personalidad. Daniel Machín, Cristina Santana, Alby Ramírez y Sergio Miró lo han logrado bajo la que es ya su identidad The Birkins. Tras sacar al mercado su nuevo trabajo, nos adentramos en un auténtico universo melódico para conocer de cerca el alma del proyecto creado por estos cinco artistas musicales.
Este año habéis publicado vuestro segundo álbum de estudio. ¿Cómo es "Châteaux en Espagne"?
SERGIO: Cada miembro del grupo te podría dar mil respuestas diferentes, pero me voy a lanzar a decirte que es una colección de canciones elaboradas con mimo y ordenadas de tal forma que conformen un discurso más o menos coherente, ya que aún creemos en esa idea de disco a la vieja usanza como herramienta de expresión. Es también la constatación de que hemos encontrado un sonido y un método de trabajo en el que nos encontramos a gusto, donde hay lugar para nuestras obsesiones, donde el perfeccionismo no choca con la espontaneidad, y donde el carácter y la garra rockera nunca quitan a las melodías el protagonismo que se merecen.
En cuanto a sonido y letras, ¿es un disco más extremista e intenso que el anterior?
DANIEL: Se ha acentuado la crudeza y la delicadeza. En nuestro primer trabajo existen momentos de mucha intensidad, pero es verdad que ahora ha quedado más patente en música y letras. Más que un hecho intencionado, ha sido un proceso innato e intuitivo a medida que desarrollábamos las canciones para "Châteaux en Espagne". Es un segundo disco con un planteamiento diferente teniendo en cuenta la complicidad que hemos adquirido y la facilidad a la hora de trabajar los cuatro juntos.
CRIS: Las experiencias que hubo entre el primer y segundo disco han marcado las pautas para que hubiese un cambio de actitud ante las letras y la intensidad de las canciones. Las primeras letras que escribimos tenían un carácter más inocente frente a estas nuevas en las que quizá se imprime uno más desgarrador. En cuanto al sonido, es posible que ahora sea más extremista, pero hay cortes como “Toute cette lumière” o “La chatte de mon amie” que recuerdan nuestras raíces y evocan momentos del disco anterior.
Seguís apostando por un trabajo bilingüe, componiendo en francés e inglés.
ALBY: El hecho de que podamos expresarnos en estos dos idiomas ha hecho que recurramos a ellos como una herramienta más a la hora de componer. Son dos colores más a escoger de nuestra paleta cuando estamos “pintando”, como también lo son los efectos de la guitarra, los instrumentos de percusión o cualquier otro recurso a nuestro alcance cuando trabajamos en una canción.
Melódicamente, están bien diferenciadas: la armonía de la chanson francesa, por un lado, y la energía del rock británico, por otro.
SERGIO: En nuestra cabeza no hacemos esas distinciones, si bien somos conscientes de que lo que se conoce como “chanson” no se caracteriza por la furia eléctrica. Nosotros disfrutamos buscando el contraste e intentando llevar algunas canciones por caminos opuestos a los que su naturaleza melódica podría guiarnos de manera natural. Por eso algunos de nuestros temas más rockeros han acabado cantados en francés con tratamientos vocales más cercanos a la “chanson”.
En cualquier caso, todas están creadas bajo una misma personalidad, la de The Birkins. ¿Cómo os definiríais?
ALBY: Somos conscientes de que las etiquetas son necesarias, sobre todo a la hora de querer explicar cómo es algo que aún no se conoce de manera masiva. Sin embargo, tratamos de huir de encasillamientos y etiquetas al uso. Nos gusta creer que The Birkins es el resultado de la suma nuestras cuatro personalidades e inquietudes…, ¡y no sólo musicales!
¿Cuáles son vuestras influencias musicales?
ALBY: Muchas y muy variadas. Creo que precisamente el hecho de que a cada uno de nosotros le guste tanta música y tan diferente es lo que hace que cuando nos juntamos surja ese sonido tan característico de The Birkins. En mi caso, escucho desde música clásica y ópera a rock progresivo, pasando por el pop, el rock de corte más clásico, el blues, el jazz o el folk. Son pocos los estilos que dejan de tener cabida en mi colección.
SERGIO: Cada uno de nosotros hemos ido haciendo de manera natural una especie de criba acerca de cuáles son los sentimientos musicales que caben en el proyecto de The Birkins y cuáles chirriarían demasiado. Por supuesto que esto no es una fórmula científica y a veces se cuela algún tipo de influencia supuestamente ajena al estilo que hemos forjado.
Aunque habéis compuesto algún tema aislado, ¿os planteáis en el futuro un disco íntegramente en español?
DANI: No sé si sería un disco completamente en español, pero sí que hay un intento de conjugar la música de The Birkins con letras en nuestra lengua materna.
SERGIO: Nos estamos haciendo de rogar porque queremos asegurarnos de que cuando lo hagamos sea sin traicionar lo que somos. Algún intento aislado del pasado ha generado canciones y letras interesantes, pero parecían pertenecer a otro grupo.
Esa dualidad del idioma también se traslada a las voces del grupo, Daniel Machín y Cristina Santana, tan diferentes como compatibles.
DANI: Con el tiempo cada uno de nosotros ha encontrado su sitio en el grupo y eso también ha quedado patente en las voces. Existen muchas conexiones entre Cristina y yo, así que es muy fácil trabajar con ella. El hecho de que cante ella o yo, o los dos, viene dado por la naturaleza de la canción.
CRIS: Creo que esa dicotomía forma parte del carácter del grupo. Dani tiene una tesitura muy grave que recuerda perfectamente a ese primer Gainsbourg lleno de matices, susurros y erotismo. Mi presencia se alterna para suavizar esa tensión. Eso sí, en el escenario la tensión se mantiene; si no, no habría espectáculo.
The Birkins lo componen, además, Alby Ramírez y Sergio Miró. ¿En qué momento se cruzan vuestros caminos?
ALBY: Sergio y yo llevamos tocando juntos más de diez años en diferentes proyectos. Un amigo en común de los cuatro, David Campodarve, también músico, fue quien hizo de celestina y nos presentó. Cuando escuché las primeras maquetas que Cris y Dani habían grabado con él, fue amor a primera vista.
SERGIO: A partir de ahí, se puso el contador a cero e iniciamos un largo periodo para repensar entre los cuatro el sonido del grupo. Fue un espacio de tiempo muy interesante a nivel creativo, pero algo extraño para nuestro entorno, ya que nos encerramos en el local, nos negamos a salir de él y a dejar escuchar nada de lo que estábamos haciendo hasta que no tuviéramos la certeza de que habíamos encontrado el camino adecuado.
CRIS: Dani y yo éramos viejos conocidos y no se nos daba nada mal crear. Empezamos haciendo melodías sencillas y añadiendo letras en francés porque musicalmente nos parecía perfecto para la intensidad que queríamos dar en esos momentos. Después añadimos letras en inglés y empezamos a ir por algunos locales de la ciudad haciendo pequeños acústicos; más tarde llegaron Alby y Sergio y ya empezó la ‘explosión Birkin’.
Y la oportunidad llegó en 2009 tras ganar el concurso Heineken Greenspace con una de vuestras maquetas.
ALBY: La realidad es que quien confió siempre en ese concurso y en que podíamos ganar fue Cristina, el resto nos dejamos llevar. Y lo cierto es que gracias a esa oportunidad, el sueño de poder grabar un disco y de hacerlo como nosotros queríamos se hizo realidad.
CRIS: Fue una experiencia increíble para poder alcanzar ese sueño que teníamos de grabar y, desde mi punto de vista, fue muy gratificante para engrasar todo un engranaje y convertirnos en el grupo que somos hoy.
El éxito de este tema derivó en la publicación de vuestro primer álbum de título homónimo, “The Birkins”, un debut que tuvo gran acogida y excelente crítica.
ALBY: Los primeros sorprendidos fuimos nosotros. Confiábamos mucho en nuestras canciones y en el disco que habíamos grabado, pero nunca imaginamos que recibiríamos tantas y tan buenas críticas.
CRIS: Si hay algo que debo destacar, además de la buena acogida que ha tenido el primer álbum, es nuestro directo. Hemos ido aprendiendo cuáles son nuestros puntos débiles y fuertes sobre las tablas y hemos ido cogiendo soltura sobre el escenario.
Los comienzos son complicados, sobre todo cuando se apuesta por un trabajo original y valiente, como es vuestro caso. ¿Fue complicado que una compañía arriesgara y apostara por vosotros?
ALBY: Fue complicado encontrar a alguien que en estos tiempos quisiera apostar por una banda desconocida que intentaba abrirse un hueco en el mercado. Tocamos muchas puertas y llegamos a plantearnos la autoedición. Afortunadamente, antes de optar por publicar nosotros mismos el disco, recordamos que nos habían hablado muy bien de un pequeño sello independiente de Barcelona, El Genio Equivocado, y nos pusimos en contacto con ellos. La química y la buena acogida tanto del disco como del grupo fue casi instantánea.
De momento, el arranque de The Birkins con dos trabajos en el mercado ha sido bastante bueno.
CRIS: Todo lo bueno que pueda ser en los tiempos que corren. Y lo digo por esa parte que ya conocemos y que tiene que ver con la cultura en España. Aun así, hemos tenido suerte y esa primera tirada del primer disco se ha vendido completamente y con este segundo parece que la cosa también va en marcha. De hecho podría haber alguna sorpresa.
Desde aquella maqueta con la que ganasteis el Greenspace, ¿cómo habéis evolucionado musicalmente?
ALBY: Para mí, la evolución más importante consiste en que hemos logrado un punto en el que nuestras cuatro personalidades musicales se encuentran. No fue una tarea sencilla y nos llevó meses de trabajo y ensayo. Pero, ahora que lo hemos conseguido, trabajamos juntos con una naturalidad que a veces incluso me asombra.
¿Cuál ha sido vuestro mayor canal de promoción?
ALBY: Yo diría que hoy en día, tanto si eres una banda que empieza como si eres un grupo consolidado, la mayor herramienta de promoción que hay son las redes sociales.
CRIS: ¡Qué sería hoy en de la música sin internet! Gran parte de la difusión ha sido gracias a los blogs especializados, las revistas digitales y, por supuesto, a las redes sociales. De hecho, nuestros contactos para algunas de las colaboraciones, como por ejemplo Rami Jaffee, los conseguimos gracias a Facebook.
Pensando en el futuro, ¿cuáles son vuestras aspiraciones en el mundo de la música?
DANI: Mi aspiración es seguir escribiendo canciones y poder emocionar con mi música. El resto viene por añadidura con trabajo, ayuda y un poco de suerte.
De momento, lo más inmediato…
ALBY: Ahora toca promocionar “Châteaux en Espagne”. Hay varias ideas en el aire para videoclips que acompañen al lanzamiento del disco y empiezan a plantearse festivales de cara al verano en los que poder seguir dando a conocer nuestra música.