No sólo de conciertos vive la música. Resulta que hay muchos más formatos… y hoy os voy a hablar de El pimiento Verdi, una maravillosa obra de teatro en la que se mezcla la interpretación con la ópera. Sí, sí, algo a lo que no os tenemos acostumbrados en musiqueando, lo sé, pero no deja de ser música y, sinceramente, altamente recomendable.
El pimiento Verdi es un restaurante en el que se dan cita aficionados a la ópera y la zarzuela en una velada muy especial, ya que se va a rendir homenaje al bicentenario del nacimiento de Verdi. Pero resulta que entre los asistentes a la cena hay un par de detractores del compositor italiano que, casualmente, son fanáticos de Wagner a quien también desean homenajear por su bicentenario.
La obra se desarrolla entre arias, duetos, coros y romanzas, dominando los fragmentos de Verdi y Wagner, pero con cabida también para Rossini, Beethoven o Chopin. Una puesta en escena sencilla, con un argumento sumamente entretenido en el que se integran a la perfección cada una de las piezas seleccionadas. El éxito del trabajo de Boadella con este duelo musical pasa por contar con un elenco de profesionales que consigue mantener al público en vilo y sin parpadear, deleitándose con sus voces y consiguiendo que todos saliéramos con una sonrisa dibujada en la cara.