El dúo musical que conforman Juan Miguel y Antonio se desnudan no sólo en la portada sino musicalmente para mostrarnos un disco de bases elementales, fácil adicción y menos enraizado que de costumbre.
Una vez que pillas la onda divertida de La niña bonita y aceptas la carga de erotismo que supone el tobogán tocará ponerse algo serio para comprender el sabor agridulce de una despedida tal y cómo nos la cuentan en Sigue tú por tu camino.
Tal y como descubrimos a Fernando Polaino y su ukelele en la citada el tobogán al llegar a la rockandrollera Sopla el viento nos sorprende la guitarra de Julián Kanevski, habitual de formaciones con Andrés Calamaro, por poner un ejemplo.
Guiño especial a Kiko Veneno dentro de Frío y la colaboración en el corte final de Rubén Pozo (Pereza) en La Niña bonita pone el broche de oro a un disco que en su inmediatez y consumo adquiere su autenticidad con el sello de El Lunático, a todas luces reconocible.