Con Caballero desembarcaba Xoel López en la Sala La Rivera de Madrid para ofrecer el cierre de su gira en España. Puntual en su cita con el público, el músico advertía momentos antes en las redes sociales su intención de aprovechar todo el tiempo del que disponía para compartir en la noche los temas de su último trabajo, Atlántico, el primero editado bajo su propio nombre.
Y así fue. Durante dos horas, sonaron sobre el escenario canciones como Hombre de ninguna parte, El asaltante de estaciones o Joven poeta, melodías que mezclan el pop con exquisitos sonidos latinoamericanos en perfecta sintonía. Todo un ejercicio de armonía e intercambio cultural que se desprende no sólo de la voz del artista, sino también de una banda que cuida con una precisión mágica cada nota que reproduce con sus instrumentos. La gran montaña, De piedras y arena mojada, Postal de Nueva York o La boca del volcán, fantásticas piezas de sencilla profundidad e intenso sentimiento que aparecen entre ukeleles, armónicas, maracas, teclados…, una auténtica convulsión de buena música y admirable composición.
El público de La Riviera acompañó al gallego con las letras de Por el viejo barrio, Desafinado amor y un merecido homenaje que rinde a ese lugar tan bello como su trabajo, Buenos Aires querido. “Y me encuentro que la vida siempre tiene algo preparado que supera cualquiera de mis fantasías”, esa fue la sensación al escuchar Tierra, extraordinaria composición de este Atlántico que logra aún más en directo conquistar a sus seguidores para quedarse a vivir en la memoria como un viaje placentero, confortable, delicioso.
Y de la misma forma que los sonidos se fueron sucediendo entre frases, las canciones de Lovely Luna y, cómo no, Deluxe aparecieron en la misma sala donde hace cuatro años se despidió el grupo. Xoel López recordó guitarra en mano su anterior etapa con temas como Reconstrucción, Pájaros Negros, De vino y espejos o Historia Universal (el amor no es lo que piensas). El público vibró con la letra de Que no y, por supuesto, no pudo faltar El Cielo de Madrid, testigo en la noche del gran encuentro entre el gallego y el público español.
Xoel López demostró que sigue teniendo la fuerza de siempre, el mismo carisma y la humildad de un artista que sabe conectar con la gente, con los amantes de la buena música, la sincera, la compuesta con conciencia y honestidad. Palpable es su evolución, todo ese bagaje que ha recopilado e interpretado en sus viajes por diferentes ciudades del mundo, captando lo mejor de sus culturas para transformarlo en sorprendentes melodías. Una nueva etapa aún más personal en su carrera musical que ahora toma un nuevo rumbo para seguir deleitando al público por las Américas. Y en esa aventura arrastrará el sabor del éxito cosechado en los escenarios de nuestro país, un triunfo trabajado y recompensado con aplausos y admiración.