Dolorosa nace en Granada, esa ciudad que a ojos ajenos es estandarte de belleza y plenitud cultural. Esa ciudad que, como decía Morente: “Entierra sus ríos y mata a sus poetas”.
Raúl Bernal conoció a Natalia Muñoz hace más de diez años cuando ella iba al bar donde él trabajaba. Ahora es él el que va al bar donde trabaja ella: el Ruido Rosa, el epicentro de la música granadina. Raúl milita en la banda de Jose Ignacio Lapido desde hace doce años, creó a Jean Paul hace seis para saciar su ego, ha sido teclista de artista de primera línea, ha comido mucha carretera…ha pisado los escenarios más turbios y la alfombra roja de los conciertos multitudinarios. Es socio del sello discográfico Cabaña y de la escuela de rock Gabba Hey. Pero solo le mueve una palabra: Canción.
Natalia no había cantado nunca, jamás había pisado un escenario, pero su presencia en ellos es icónica desde el primer día. Entre sus gustos musicales circulan Timber Timbre, Cat Power o Barbara Lynn. Nada podría salir mal.
Dolorosa son canciones. Canciones redondas, emotivas y generacionales. Dolorosa tienen eso tan difícil de encontrar en cualquier banda: Que el público la sienta suya.
Completan la banda Antonio Lomas (Expertos Solynieve, ex-Lori Meyers), Fran Ocete y Chesco Ruiz (Brío Afin). Son una banda de amigos, amantes del buen trato, del saludar y del decir gracias siempre. Están enamorados de las buenas canciones hasta la médula.
En su corta trayectoria como Dolorosa han sido semifinalistas dos años consecutivos en Proyecto Demo además del concurso del Festival Contempopranea, Ojeando Festival… y son los flamantes ganadores del Concurso Desencaja, de donde salieron sus paisanos Guadalupe Plata.
Dolorosa tienen un disco redondo, con letras audaces e inteligentes de verdad. Acidas e impertinentes. Poéticas, mundanas y sin tabúes. Adornadas con la delicadeza de los grandes músicos que son. Arropadas por una producción impecable y elegante.
“Dominar el tiempo”, su primer single es una buena muestra de ello.
Raúl compone todas las canciones y Natalia les da vida. Antonio, Fran y Chesco les dan besos en las mejillas. Es cierto que están un tanto al margen de cualquier movimiento y se han posicionado muy bien en su propia ideología, que no es más que la del respeto por las canciones y por el trabajo del músico. Tienen una voz potente, mucho que gritar y mucho que molestar. Pero lo hacen sin que los malos se den cuenta, lo envuelven todo en una belleza sobrecogedora bajo un nombre tan inspirador que no les puedes dar la espalda: Dolorosa.